Carlos Javier Gonzalez

¿Incumplirá en salud López Obrador?

Esperemos a diciembre a ver si se da la transformación de nuestro sistema de salud, aunque hay indicios de que no sucederá.

En enero de 2019 en este mismo espacio cuestionaba la absurda promesa del presidente López Obrador hecha en diciembre de 2018 en el sentido de que nuestro país, en un periodo de dos años, tendría un sistema de salud igual al de Dinamarca, Canadá o Reino Unido. En aquella ocasión hicimos un análisis comparativo sobre los montos de inversión que realiza cada uno de los países mencionados con respecto a México en salud. Como era de esperarse, salimos muy mal librados ya que era abismal la diferencia de inversión en este rubro, que en el mejor de los casos era de 10 veces lo invertido por nuestro país y 20 veces en el peor de los casos. Adicionalmente, en relación con el PIB de cada uno de los países analizados, tampoco había punto de comparación.

Ahora bien, con respecto a los resultados que hemos observado recientemente con la pandemia por Covid-19, parece ser que nuestro país tampoco podrá llegar a presumir de haber logrado la transformación prometida, ya que al momento de escribir estas líneas, según las estadísticas del Coronavirus Ressource Center de la Universidad Johns Hopkins -consideradas como una de las más confiables y precisas sobre el tema- la diferencia de casos y de muertes con los países a imitar por el presidente López Obrador no permiten vislumbrar siquiera un posible acercamiento a los buenos deseos del jefe del Ejecutivo.

Según dicho centro especializado, al día 19 de agosto del presente año los contagios y muertos en los países objeto de la comparación, eran los siguientes: Reino Unido: 322 mil 990 contagios y 41 mil 482 muertos; Canadá: 125 mil 84 contagios y 9 mil 90 muertos; Dinamarca: 16 mil 331 contagios y 621 muertos; México: 531 mil 239 contagios y 57 mil 774 muertos. Como puede observarse, la diferencia es muy grande tanto en contagios como en muertos, así como en la letalidad del Covid-19 en los países de esta muestra.

Los apologistas del régimen utilizan argumentos que pueden –por lo menos- servir para el debate, pero que difícilmente pueden explicar la catástrofe que implica el número de fallecidos en México. El calificativo de catástrofe es del encargado de controlar la pandemia, el doctor López-Gatell. Se podrán dar muchos argumentos, tales como que el número de habitantes es mayor en México en relación con esos países, pero de ser un argumento válido, entonces podríamos aplicarlo de modo inverso con relación a los países con una población igual o más grande que México que no han tenido el número de fallecimientos que se presentan en nuestro país (China, Japón, Indonesia, Pakistán, Nigeria y varios más, que no obstante tener mayor número de habitantes, reportan un menor número de muertos). Otro argumento será que la culpa no es de esta administración, ya que heredó un país de gordos, hipertensos y diabéticos, lo que es cierto. Estos problemas vienen presentándose desde hace muchos lustros ya, pero tampoco han existido en la presente administración campañas de prevención o de educación para evitar estas enfermedades, hasta ahora que prohibirán la venta de comida chatarra a los menores de edad. La realidad es que, desde el punto de vista que se le vea, ni el gasto en salud, ni la infraestructura ni los resultados en tiempos de pandemia, acercan a México a los tres países referidos por el presidente. Por el contrario, se desnuda un sistema de salud -que no es lo mismo que un sistema hospitalario- deficiente. La pregunta es, ¿habrá tenido conciencia López Obrador de lo que comprometió hace 20 meses? Si la tuvo y aún así prometió lo incumplible entonces es una mentira hecha de mala fe; si lo comprometió pensando que en realidad lo podría cumplir, entonces hubo ignorancia negligente. En algún libro, Carlos Fuentes decía que nuestro país debe ser más humilde con su proyecto de nación, y si bien es cierto aún falta cuatro meses para que llegue el plazo fatal impuesto por AMLO, es de esperarse que no se cumplirá con esa promesa. Tal vez es momento de ser más humildes, más realistas y menos irresponsables. De todos modos, esperemos a diciembre a ver si se da la transformación de nuestro sistema de salud. Yo, con toda franqueza, creo que no se dará.

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