Opinión Benito Solis

Termina el peor año del siglo, pero 2021 tiene mejores expectativas

Las empresas y las personas hicieron ajustes para enfrentar la pandemia por el Covid-19 en el corto plazo y ahora veremos diversas medidas para sobrevivir en el largo plazo.

El autor es economista.

El año de 2020 terminó, el cual será de triste recuerdo en la historia económica de México, ya que el PIB tuvo una caída superior a -9.0 por ciento y en su peor momento se registró una pérdida de 12 millones de fuentes de trabajo, tanto en empleo formal como en el informal. Por su parte la inversión que ya venía en una caída desde 2018, una vez que se anunció la cancelación del aeropuerto de la Ciudad de México, se agravó con la pandemia.

El tipo de cambio sufrió una importante contracción al inicio de la pandemia, pero posteriormente se estabilizó para terminar en 20 pesos por un dólar. Lo anterior se debió tanto a la contracción económica en el país, lo que reduce la liquidez de las empresas y de las personas para adquirir dólares, como a la misma devaluación del dólar frente a las monedas fuertes, lo que hace que nuestra moneda parezca menos frágil frente a la divisa norteamericana.

Por su parte, la deuda pública se incrementó tanto como porcentaje del PIB en el curso del año (en casi 10 puntos), como en términos absolutos. Aunque la deuda pública en moneda local y en divisas extranjeras creció cerca de 10 por ciento en 2020, la mayoría de los países desarrollados lo hicieron incluso en mayor porcentaje. Por su magnitud, el manejo de la deuda pública será un tema recurrente en el mundo los siguientes años.

El Covid-19 afecta a los distintos países de maneras muy diversas y los gobiernos, las empresas y las personas hicieron ajustes para enfrentarlo en el corto plazo y ahora veremos diversas medidas para sobrevivir en el largo plazo.

Entre las de corto plazo están la reestructura de las deudas de las empresas y de las personas, la reducción en el número de trabajadores y empleados contratados, así como menores sueldos y comisiones que se pagan. Por otro lado, la mayoría tuvo que renegociar el pago de las rentas por los locales para sus oficinas y sus instalaciones, así como diversas renegociaciones con sus distintos proveedores. Además, se posterga el pago de impuestos y en general diversas medidas para mantener la liquidez de las empresas, palabra clave en la actual crisis. Quienes no tomaron decisiones en su momento, probablemente tendrán problemas de liquidez o incluso varios se han visto ya obligados a detener sus actividades. Se calcula que cerca de dos millones de empresas han suspendido sus actividades en el año que finalizó, con el consiguiente problema de empleo.

En 2021 la mayor parte de las empresas e incluso de las personas tendrán que realizar una planeación para enfrentar el nuevo entorno económico de los siguientes años, el cual será muy diferente al que tenían previamente. Por ejemplo están que:

1) El mundo se dividirá entre aquellos países que tienen empresas sólidas y aquellos con empresas débiles o que quebraron, por lo que enfrentarán elevado desempleado y gobiernos con escasos ingresos fiscales. Los primeros podrán aprovechar los mercados que los otros han abandonado, mientras que los segundos tendrán que lidiar con problemas de bajo crecimiento y elevada deuda.

2) La manera en que se trabajará en los siguientes años se modificará de manera permanente, ya que será mucho más común el trabajo en casa, la evaluación será más por resultados que por tiempo, habrá menos viajes de trabajo y se irá abandonando el concepto del empleo de 9 a 6 p. m.

3) Se reducirá la importancia de las oficinas, lo que reducirá las rentas de las mismas y el traslado del personal. Eso seguirá afectando la venta de automóviles y el consumo de gasolina, el pago de estacionamientos y el uso de los talleres, así como el consumo de comida cerca de las oficinas.

4) Se incrementará la importancia de distintos servicios, como los de tecnología y los servicios médicos, entre muchos otros.

5) Habrá una reducción en la fuerza de trabajo formal y se incrementará de manera importante la contratación de servicios que se pagan por resultados. Las leyes deberán de ajustarse a este esquema, al igual que la manera en que operan los sindicatos.

6) Las tiendas tradicionales y los centros comerciales reducirán su importancia, ya que la gente seguirá haciendo una proporción mayor de sus compras por medios electrónicos. Por su parte, los medios de pago electrónicos seguirán subiendo en importancia.

7) La educación tradicional bajará de importancia, porque habrá un esquema mixto por medio del internet. Las naciones subdesarrolladas seguirán retrasándose debido a que disponen de menores recursos para adaptarse al cambio.

Seminario de perspectivas económicas en el ITAM

Estos temas y otros más se tratarán en el tradicional Seminario de Perspectivas Económicas que lleva a cabo la Asociación de Exalumnos del ITAM desde hace más de un cuarto de siglo. En esta ocasión será el próximo viernes 8 de enero.

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