Benito Solis

Qué tanto se puede desacelerar la economía en 2019

En el arranque de año se aprecia un deterioro en el pronóstico de crecimiento económico de México para 2019, incluso, hay firmas que estiman un aumento del PIB de apenas 1%.

El presidente López Obrador inicia su periodo sexenal en medio de gran popularidad, ganando las elecciones de manera amplia, en gran parte, por la convicción entre los votantes de que la situación económica sería mejor durante su gobierno. Esto significa que el crecimiento económico sería mayor al del gobierno anterior y cercano al prometido 4 por ciento anual; así como una inflación menor y sin incrementos abruptos en los precios, sobre todo de los productos básicos y energéticos, es decir no habría gasolinazos. Además, se espera que los sueldos y los salarios tengan incrementos reales, es decir por arriba de la inflación y con creación de nuevos empleos.

De no lograrse parte de estos objetivos desde el primer año del nuevo gobierno el desencanto entre la población puede perjudicar a todo el sexenio. De aquí la importancia de que se puedan obtener resultados positivos en el corto plazo.

Sin embargo, lo más frecuente al inicio de cada gobierno presidencial es que se tenga una desaceleración económica o incluso crisis financieras en el primer año de gobierno. Para confirmar esto baste revisar los datos negativos de crecimiento del PIB al inicio de gobierno de Fox o la fuerte crisis ocurrida en 1995 con Zedillo.

Esto se debe al cambio de las políticas económicas que con gran frecuencia realizan los gobiernos entrantes, así como la falta de experiencia en las responsabilidades que tienen la mayoría de los funcionarios que ocupan sus nuevos puestos. Por el lado de las empresas y de las personas, sus actividades normales se ven afectadas por los cambios que se realizan en las oficinas y en las disposiciones de gobierno. Además, los mercados se ajustan al nuevo entorno, pero no de manera inmediata.

Por lo mismo, se aprecia un deterioro en los principales pronósticos del crecimiento económico para el presente año. Distintos organismos y empresas llevan al cabo encuestas entre las diversas instituciones financieras y de investigación para conocer sus pronósticos económicos, siendo las más conocidas las realizadas por el Banco de México, por Citibanamex, por el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) y otras más. Su objetivo no es tanto saber quién de los pronosticadores es más acertado, sino identificar la tendencia de las expectativas del mercado.

Estas tienen un impacto muy fuerte en el comportamiento de las personas. Por ejemplo si la mayoría identifica expectativas de que la inflación va a ser mayor, las empresas empiezan a subir los precios de sus productos, los trabajadores exigen mayores sueldos y las tasas de interés también se ajustan, logrando entre todos elevar la inflación. A esto se le denomina "profecías que se auto-cumplen".

Es relevante que en la Encuesta del IMEF realizada en enero del año pasado, es decir al inicio de 2018, el promedio de los pronósticos de crecimiento del PIB para 2019 era de 2.4 por ciento. Sin embargo, a lo largo del año pasado y sobre todo después de las pasadas elecciones el pronóstico ha ido disminuyendo y en la última encuesta el pronóstico promedio de crecimiento para el presente año es de 1.7 por ciento y algunas instituciones estiman que puede ser cercano al 1 por ciento. Es indudable que en el próximo mes se registrará una nueva disminución considerando el problema de la gasolina.

Son cuatro los factores que determinan el crecimiento de la demanda agregada, que a su vez definen el crecimiento del PIB: 1) el Consumo Privado, que representa el 46 por ciento de la demanda; 2) la Formación Bruta de Capital (o Inversión) que participa con el 16 por ciento del total; 3) las Exportaciones de Bienes y Servicios que equivalen al 28 por ciento de la demanda, pero que se compensa con las Importaciones y 4) el Consumo del Gobierno que equivale al 8 por ciento de la demanda agregada. Al ver estos datos resalta que un deterioro en las expectativas de los consumidores y de los inversionistas tendrá un impacto mucho mayor en el crecimiento que el gasto o la inversión del gobierno. Por su parte, las exportaciones dependen del tipo de cambio real, de la demanda externa, de las restricciones al comercio internacional y de la inversión realizada en el sector de manera anterior.

Si se quiere lograr un elevado crecimiento económico en el presente año es determinante que los inversionistas y los consumidores tengan expectativas positivas sobre el futuro de la economía. Hasta ahorita se identifica una reducción importante en las expectativas del crecimiento económico para el presente año.

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