Benito Solis

La inflación sigue bajando, pero también la economía

Lo ideal sería que la inflación fuese menor por un incremento en la oferta de los diferentes bienes y servicios que se producen en el país.

En los últimos días se han conocido datos y estadísticas que confirman la desaceleración de la economía mexicana. Así, el PIB durante el primer semestre del presente año mostró un avance de solo 0.2 por ciento frente al mismo periodo de 2018, pero tuvo una contracción en el segundo trimestre de 0.8 por ciento en comparación con el año anterior. Esto es con datos sin realizar los ajustes por estacionalidad, que es la manera en que las personas perciben la actividad económica.

Los componentes más débiles del mismo son la formación bruta de capital (o inversión total) que tuvo una contracción anual de 7.3 por ciento en el segundo trimestre del año y el consumo del gobierno con una caída de 2.3 por ciento anual. Por su parte, el consumo privado registró una ligera disminución de 0.3 por ciento en el mismo periodo y la exportación de bienes y servicios se incrementó en 2.5 por ciento. De aquí la importancia de que se logre la aprobación del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá.

Un dato positivo (aunque por las razones equivocadas) que se conoció fue la disminución de la inflación, al registrar solo 2.99 por ciento anual en la primera quincena de septiembre. Esto no significa que los precios promedio en el país estén disminuyendo, como lo puede atestiguar cualquier persona que vaya a un mercado, sino que lo hacen solo a un menor ritmo. Esto permite que la cotización del peso mexicano tenga una mayor estabilidad y no baje tanto el poder de compra de la población.

Hay que recordar que la inflación (o sea el aumento general y sostenido en el nivel de precios) se debe principalmente a un desequilibrio entre la oferta y la demanda agregada. Cuando la demanda en toda la economía crece por arriba de la oferta total, los precios se elevan para corregir este desequilibrio contable. En la medida en que la demanda se incrementa menos, los precios tienden a dejar de crecer, que es el caso actual en México. Lo ideal sería que la inflación fuese menor por un incremento en la oferta de los diferentes bienes y servicios que se producen en el país.

El efecto benéfico de esta situación es la reducción en la tasa de interés de referencia del Banco de México y en general en todas las demás, como sucedió en días pasados. De mantenerse la actual situación es muy probable que se tenga otra baja en la tasa de interés antes de que termine el año.

Un tema muy relevante para entender que pasará en México en los siguientes años es averiguar si la desaceleración de la economía es un fenómeno transitorio y coyuntural resultado del cambio del gobierno o si la disminución es más permanente. Algunos definen esto último como una baja en la tasa natural del crecimiento del PIB.

De ser así es inevitable que se tendrá una baja en la calificación crediticia de la deuda del gobierno en los siguientes meses, lo que se reflejaría en una salida de capitales del país, con su consiguiente impacto en las distintas variables económicas y un incremento adicional en las presiones políticas.

Para evitar que esto suceda se pueden tomar varias decisiones y acciones en el momento actual, como ejemplo:

• Utilizar la reducción en el gasto corriente del gobierno para el pago de parte de la deuda pública y de Pemex, así como en incrementar la inversión pública productiva.

• Obligar a todos los proyectos públicos a que pasen por un proceso de evaluación técnica de los proyectos, realizado por organismos profesionales de reconocido prestigio, antes de autorizar su ejecución.

• Reducción significativa o deducción total del ISR a la reinversión de utilidades de las empresas privadas, para reactivar la economía y fomentar la creación formal de empleos.

• Obligar a las personas que reciben algún tipo de subsidios del gobierno a obtener su registro como causante en Hacienda.

• Hacer del crecimiento económico la principal prioridad del sector público.

• Etcétera.

Es muy importante evitar que el país caiga en un círculo vicioso de 'recesión, déficit fiscal, desempleo' del cual es muy difícil y costoso salir.

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