Benito Solis

Causas coyunturales de la estabilidad del peso

Para lograr la fortaleza de nuestra divisa se requieren acciones que incrementen la confianza de los inversionistas en el largo plazo.

El autor es Economista

El peso mexicano ha logrado mantenerse estable en el presente año, después del drástico debilitamiento que provocó la amenaza del candidato Trump de romper el Tratado de Libre Comercio entre los países de Norteamérica, conjuntamente con los riesgos de las elecciones en México.

Algunos piensan que este comportamiento del tipo de cambio refleja una mayor confianza de los extranjeros en nuestro país para el largo plazo, pero en realidad es resultado de los flujos de divisas de corto plazo, que responden a varios aspectos coyunturales. Si fueran resultado de una mayor confianza en el futuro de la economía mexicana habría una respuesta positiva en los capitales que ingresaran al país como Inversión Extranjera Directa, lo cual no está sucediendo así.

Los últimos datos de la balanza de capitales, que se refieren al cuarto trimestre del año pasado, muestran que la principal entrada de divisas de la balanza de capitales corresponde a inversión de cartera (7.2 mil millones de dólares en el último trimestre del 2018) mientras que la IED fue mucho menor (4.1 mil millones en dólares en el mismo trimestre) y las transferencias fueron de 8.6 mil millones. Por su parte, el renglón de ajuste conocido como errores y omisiones, donde se reflejan contrabando, movimientos de drogas y fugas de capitales entre otros que no son posibles contabilizar, fue negativo en 7.8 mil millones de dólares en estos tres meses.

Por lo mismo, los datos de la balanza de capitales confirman que la principal causa de la estabilidad del tipo de cambio han sido las inversiones de cartera conjuntamente con las transferencias, muy influidas por la tasas de interés que predominan en México. Recordemos que las tasas de interés de referencia estaban por debajo del 3.0 por ciento hace cuatro años y hoy se sitúan por arriba del 8.0. Por su parte, las tasas equivalentes en los Estados Unidos están en 2.5 por ciento, lo que propicia que los inversionistas financieros depositen sus recursos en México al mismo tiempo que compran en el mercado a futuro los dólares para evitarse el riesgo cambiario. Esto les permite evitar el riesgo de una devaluación y se quedan con el diferencial de las tasas. Esto solo es posible cuando existe un diferencial de tasas relevante, como es el caso actual.

Otras razones por las que se ha mantenido la estabilidad del peso son por el debilitamiento de la economía nacional, lo que reduce las importaciones y los requerimientos de divisas. Además la reducción en los sueldos de los funcionarios públicos y en el gasto público ha bajado la demanda por divisas, apoyando al tipo de cambio. Otra causa es la posición de la Fed de posponer sus aumentos de tasas de interés en los Estados Unidos, así como por la creencia de que los respectivos congresos de Norteamérica aprobarán la nueva versión del tratado de libre comercio. Finalmente está el cambio en la perspectiva de la calificación crediticia de la deuda mexicana. Como se nota, todas éstas son razones de corto plazo y pueden modificarse en cualquier momento, con un impacto en el valor del peso.

Algunos opinan que el Banco de México debería de apoyar una reducción en las tasas de interés para así reactivar la economía nacional. Sin embargo en el actual entorno esta acción puede debilitar al tipo de cambio, lo que presionaría la inflación al alza y eventualmente elevaría las mismas tasas de interés. Lo que se requiere son acciones e información al mercado que permitan más confianza de los inversionistas en la economía en el largo plazo.

Recuerdo que hace años coincidí en un avión viniendo de Europa con un inversionista de bonos que me indico que pocas veces había ganado tanto en un país como lo hacía en Venezuela. Le dije que esa economía estaba muy mal y con fuertes caídas en la inversión y con recesión, pero me dijo que eso no le preocupaba porque el ganaba por las elevadas tasas de interés que pagaba ese gobierno.

Para lograr la fortaleza de nuestra divisa se requieren acciones que incrementen la confianza de los inversionistas en el largo plazo, que se sigan incrementando las exportaciones de manufacturas, de otras exportaciones y servicios como turismo y que se prosiga con el saneamiento de las finanzas públicas entre otras medidas.

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