Benito Solis

La lucha contra la inflación puede provocar una recesión

Las diversas autoridades sostenían que los incrementos de precios eran muy focalizados y que eran transitorios. Sin embargo, después de varios meses los incrementos se aceleran.

GINEBRA, Suiza. – Los bancos centrales y los gobiernos de los principales países desarrollados siguieron políticas monetarias y fiscales muy expansivas durante varios años, que permitieron un incremento importante en la demanda agregada en todo el mundo. Esto no se reflejó en inflación por el proceso de globalización, que permitía beneficiarse de los menores costos en importantes países productores de manufacturas y por drásticos incrementos en la productividad global. Sin embargo, la aparición del Covid en China, que terminó impactando en todo el planeta, y la disminución de los flujos comerciales y financieros resultante de la invasión rusa a Ucrania provocaron una contracción en la oferta agregada global. Este desequilibrio entre oferta y demanda incrementó los precios de todo tipo de productos minerales, granos y productos agropecuarios, de los energéticos, de importantes componentes electrónicos y electromecánicos y finalmente en un incremento generalizado de precios, es decir en inflación.

Al principio, las diversas autoridades sostenían que los incrementos de precios eran muy focalizados en solo algunos productos o regiones y que era un fenómeno transitorio. Que una vez desarrollada la vacuna contra el Covid y con un porcentaje importante de la población ya inmunizada, así como el fin del conflicto en Ucrania, se incrementaría la producción y la inflación sería reducida. Sin embargo, después de varios meses la situación no solo no regresaba a la ‘normalidad’, sino que los incrementos en los precios se generalizan y se aceleran.

En la actualidad, la producción total en la mayoría de los países desarrollados ya se encuentra por arriba de los niveles previos a la pandemia (con la notable excepción de México que sigue con una reducción en su PIB). A pesar de esto, la demanda agregada global sigue por arriba de la oferta y las empresas no pueden incrementar más su producción. Esto debido a que en muchos casos las empresas en diversos sectores no pudieron mantener sus plantillas de personal durante la pandemia y ahora no tienen la flexibilidad para enfrentar la demanda adicional, lo que se refleja en diversos ‘cuellos de botella’ y mayores precios.

Otras empresas y gobiernos decidieron cancelar numerosos proyectos de inversión, por lo que tardarán años antes de poder incrementar de manera relevante la producción local. Esto es especialmente grave en el caso de México, ya que aquí se tiene una reducción relevante en la inversión desde hace varios años, incluso antes de la pandemia. Como no es posible lograr el incremento deseado en la producción, ya sea por falta de personal, de insumos o de instalaciones, los diferentes gobiernos han tomado la decisión de reducir la liquidez en las economías, para lograr un crecimiento de la demanda más acorde con la capacidad productiva y así controlar la inflación.

Sin embargo, este proceso traerá consigo una desaceleración del crecimiento o incluso una recesión en los distintos países. Esta reducción de la liquidez y de la demanda agregada puede lograrse por distintos medios: 1) más y mayores impuestos; 2) menor gasto y déficit fiscal; 3) mayores emisiones de deuda pública o de los bancos centrales para retirar liquidez del mercado; 4) encajes legales al sistema financiero; 5) y el más anunciado, incrementar la tasa de interés de referencia, así como otros más. Todos los anteriores son políticamente impopulares y su efecto inmediato es reducir las ventas.

Las empresas podrían enfrentar esta menor demanda de sus productos por medio de reducción en sus precios de venta, pero la mayoría ya incorporó en sus decisiones las expectativas de mayores precios. Por lo mismo han aceptado mayores precios en sus materias primas e insumos, en sus inventarios e incluso en sus negociaciones salariales, todo ello suponiendo que podrían reflejarlo en mayores precios de sus productos. Al no poderlo hacer así, es inevitable que tendrán pérdidas financieras e incluso en varios casos la quiebra.

Cuando en México se redujo la inflación de niveles superiores a 100 por ciento a un dígito hace tres décadas se instrumentó el mecanismo del pacto, por medio del cual trabajaron de manera conjunta los distintos sectores económicos, las empresas y distintas áreas del gobierno para poder reducir los costos de todo el sistema productivo y así repartir el costo de la reducción en la liquidez. Con esto se evitaba que fuera solo el último eslabón de la cadena quien tuviera que hacer el ajuste, lo que provocaría una grave crisis. La alternativa de no elevar la tasa de interés ante la situación de lo que se hace en el extranjero, solo provocaría una devaluación que subiría aún más la inflación.

Un ensueño de México en Suiza

Tuve la oportunidad de ver el espectáculo de Cirque du Soleil en Ginebra, en días pasados, con el tema de “Luzia, el ensueño de México”. Un orgullo ser mexicano y ver cómo la gente en el extranjero quiere nuestra cultura y a nuestro país.

El autor es economista.

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