Energía con H al Final

¿Y cómo anda el gas LP?

Texcoco es un apetecible mercado para los distribuidores de gas, pero este se encuentra secuestrado por un oligopolio de tres empresas.

Texcoco es uno de los municipios más grandes del Estado de México y un apetecible mercado para los distribuidores de gas LP, pues tiene un potencial de entre 15 a 20 mil clientes que no consumen menos de un millón de litros al mes. Cualquiera querría entrar ahí; sin embargo, es controlado por un pequeño gran oligopolio de tres empresas, a quienes omitiré mencionar por motivos de seguridad (la mía), pero que literalmente mantienen secuestrada a esa localidad.

Distintas denuncias realizadas entre mayo y noviembre de 2018 ante la Fiscalía General de Justicia estatal, así como videos a los que tuve acceso, dan cuenta que cada que un nuevo distribuidor intentaba entrar en el municipio, era rodeado por más de 50 vehículos, entre autotanques de dichas empresas y otros particulares, que con amenazas y violencia, ahuyentan a los nuevos competidores.

Recordemos que la Comisión Federal de Competencia Económica, la Cofece, está actualmente investigando prácticas de este tipo de dicha industria; sin embargo, era una situación de la que conocíamos reportes en la zona norte y occidente del país, pero no tan de cerca de la capital mexicana.

En lugares como Texcoco donde prevalece la impunidad, de acuerdo con las fuentes quienes cotejaron información proporcionada por las propias autoridades, seis de cada diez litros de gas LP vendido vendría de tomas clandestinas, lo que nos lleva al siguiente problema que enfrenta la industria que por mucho continúa siendo la reina de los combustibles, pues más del 70 por ciento de los hogares en el país usan gas LP, donde por cierto, conviven decenas de firmas.

Así, el robo de combustible tanto en ductos como en camiones está fuera de control, pues de acuerdo con empresarios, los ataques del gobierno a las redes tradicionales de huachicoleo de gasolina han creado un efecto cucaracha que obligó a la diversificación a las bandas delictivas, que hoy buscan resguardo en el jugoso gas LP.

La situación apremia. Datos de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Gas Licuado y Empresas Conexas (Amexgas) indican que en el último año el robo de vehículos se ha incrementado 50 por ciento en el llamado triángulo rojo: Veracruz, Tlaxcala y Puebla; mientras que en el mismo periodo crecieron 46 por ciento las tomas clandestinas detectadas en la misma zona.

Si no basta, la Comisión Reguladora de Energía ha confirmado la detección de 760 vehículos que operan en distintos puntos del país sin permisos respectivos de este organismo, de un total de más de 27 mil autotanques que dicho regulador tiene registrados.

Esta lista negra corresponde tan solo a lo que han podido rastrear en su app AmiGasLP, donde usuarios pueden verificar si los vehículos que les surten cuentan con su respectivo permiso de distribución, y mediante el cual la CRE arma un registro para informar a la SCT y la Policía Federal.

Tapar un hoyo no debería destapar otro. Ayer, el gobierno dijo que los gaseleperos aumentaron 170 por ciento su margen de ganancia desde que se liberalizó el mercado en 2016. Veremos qué medidas anuncia al respecto y si se convierten en otro problema más que deberán resolver por su cuenta.

COLUMNAS ANTERIORES

Afores, pretexto para sembrar miedo
Sin miedo a prometer

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.