Energía con H al Final

Petroleros se aferran al traje de charro

La democracia sindical que pide la #4T a los petroleros es casi utópica, pero la responsabilidad no está en los líderes que se agazapan en la supuesta nueva disidencia, sino en los trabajadores.

En la mañanera del 18 de marzo, el presidente Andrés Manuel López Obrador dejó entrever que las elecciones del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) no serán bien vistas ante los ojos del gobierno federal, de hecho, se refirió a que la mayoría de sus contendientes vienen de una "mala costumbre" de conducirse con el "quítate tú, me toca a mí", y llamó a "impulsar la democracia sindical".

En este contexto, y sin haber podido una estructura electoral eficiente para garantizar votos democráticos y la tan anhelada elección directa de los trabajadores, las elecciones para sustituir a Carlos Romero Deschamps al frente del STPRM no se podrán llevar a cabo en el primer trimestre, como prometió a principio de año la Secretaría del Trabajo y Previsión Social.

Entre el gremio petrolero trascendió esta semana que las sindicales se harán hasta después de las elecciones federales intermedias. Mientras, las campañas siguen y nadie está fiscalizando los recursos, pese a que algunos de los contendientes hacen gala de tener bajo su poder los medios necesarios para amanecer en un estado diferente, buscando el voto de sus agremiados con promesas que, insisto, sacaron de una monografía de cualquier papelería.

Sin embargo, con el aplazamiento de las elecciones ganarán un poco de tiempo para ver si le pueden simpatizar de alguna forma al gobierno de la #4T, quien al momento no se ha decantado por alguien que pueda competirle a César Pecero, heredero de Romero Deschamps en la máxima silla de la organización laboral, y quien ha demostrado poder, pero no apoyo.

Las opciones para tender puentes con Palacio Nacional se les agotaron, los 'charros' han perdido fuerza, en la #4T nadie les cree, les faltan interlocutores con quiénes pactar.

También, este tiempo extra le vendrá muy bien a los charritos del sindicato-Deschamps para intentar 'sacudirse' el amago que trataron de ponerle a Pemex con el tema de las plazas transitorias, cuando en enero azuzaron a la parte más vulnerable de la cadena laboral para pasarle la factura de la reducción de plazas que comenzó desde hace más de diez años, y que se recrudeció a partir de la reforma energética de 2014.

Entre los que se dicen más cercanos destaca el Movimiento Nacional de Transformación Petrolera, abanderado por María de Lourdes 'Lula' Díaz Cruz, sindicalista de décadas, quien afirma que los 'charros' se disfrazan también de disidentes.

Su movimiento es el único que promete, de frente, promover juicio en contra de Romero Deschamps, y fueron ellos mismos los primeros que entregaron su solicitud de jubilación a las oficinas de Pemex el 12 de marzo, como primer paso para su derrocamiento, según explican; cuatro días después lo hizo el Comité Ejecutivo Nacional, el mismo día en que el presidente López Obrador informó en la mañanera que Romero estaba fuera de Pemex.

En fin, la democracia sindical que pide la #4T a los petroleros es casi utópica, pero la responsabilidad no está en los líderes que se agazapan en la supuesta nueva disidencia, sino en los trabajadores, "nosotros (dijo AMLO el 18 de marzo a nombre del gobierno), garantizar que no haya preferidos, dedazo, que las elecciones sean limpias, libre, voto secreto", pero en la realidad no hay condiciones aún para hacerlo.

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