Energía con H al Final

Pemex tiene dos sindicatos

La marcada distancia que el presidente López Obrador mantiene de Carlos Romero Deschamps, y la toma de nota de Petromex, no son coincidencia.

La ausencia de Carlos Romero Deschamps, líder del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) de los festejos del 18 de marzo en Tula, y la toma de nota que se le dio el viernes pasado al naciente Sindicato Petroleros de México (Petromex) no es coincidencia.

Oficialmente el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador ha prometido que no se meterá en la vida interna de los sindicatos, especialmente en la elección de sus líderes, pero al mismo tiempo ha lanzado la promesa de que bajo su gobierno "prevalecerá la democracia sindical", una velada sentencia a quienes se aferran al poder como el crudo a las rocas.

Pues a partir de esta semana Pemex tiene dos sindicatos, y aunque el registro y reconocimiento de Petromex por parte de la Secretaría del Trabajo pareciera un gran golpe a la estructura monolítica del STPRM, en la realidad enfrentarán retos importantes, pues corren varios riesgos, siendo el mayor de ellos tener un crecimiento acelerado en la base de militantes que los deje vulnerables ante el riesgo de un Caballo de Troya por parte de los caciques que prometen combatir.

Ahora bien, el nacimiento de un nuevo sindicato implica necesariamente meterle tensión a quien controla más del 70 por ciento de la plantilla laboral en el empresa productiva del Estado, y la más importante del país, donde la situación financiera y operativa es delicada, y donde un paro, o simplemente fricciones entre ambos bandos laborales, puede traer problemas operativos a ras de cancha.

En general, ante la presión natural que ejerce la competencia, el Sindicato-Deschamps buscará defenderse y podríamos ver el verdadero tamaño de su poder. Cuidado.

Sin embargo, al parecer en Petromex no tienen prisa, de hecho a pesar de haber ido acompañados por centenares de petroleros, el registro lo hicieron solo con unas decenas, pues la estrategia es de largo plazo y buscan pelearle la representatividad para negociar el Contrato Colectivo con Pemex hasta final del sexenio, según cuentan sus asesores.

La finalidad de Petromex bajo el mando de María Teresa Izquierdo, como lo han expresado, no es tumbar a Romero Deschamps, sino empujar una serie de modificaciones a las cláusulas que permitan castigar con despido a los acosadores sexuales ya líderes que piden favores sexuales tanto a trabajadores como a sus familiares.

Otra meta que también persiguen, al menos en el discurso, es hacer elecciones libres y abiertas, mientras que las condiciones laborales, las prestaciones, esas no serían tocadas (a nadie de ellos les conviene hacerlo).

Por lo pronto, la petrolera ya tomó algo de sana distancia con el movimiento, pues luego de que marcharon hacia la Torre de Pemex, según reportó ayer mi compañera Zenyazen Flores, los alrededor de 400 trabajadores simpatizantes de Petromex no tuvieron una recepción a puertas abiertas ni una cálida bienvenida, pues querían recibirles sus credenciales 'en la banqueta'. Sin duda tendrán que hacer sus méritos, pero el primer paso ya está dado.

María, la primera

Ayer Pemex borró el nombre de María Teresa Fernández Labardini de la lista de consejeros independientes que tiene en su página de internet simplemente porque ella es la primera que sale del Consejo, en una estrategia 'escalonada' que busca no causar más alboroto en los mercados financieros, pero que tiene como finalidad que dejen su lugar los tres que quedaban. ¿Quién seguirá en mayo, Pastrana o Elizondo?

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