Energía para todos

El mundo tiene prisa

Europa hará lo que sea para calentarse en el invierno, que está a la vuelta de la esquina, lo que incluye la reactivación de plantas de carbón, combustóleo o lo que se pueda quemar.

Parece que los esfuerzos a nivel mundial por pintar de verde a las economías no están rindiendo los frutos que tanto esperaban. Ante la crisis energética que se enfrenta principalmente en Europa, como consecuencia de la guerra entre Rusia y Ucrania, las potencias harán lo que sea para calentarse en este crudo invierno que está a la vuelta de la esquina, lo que incluye la reactivación de plantas de carbón, combustóleo y lo que se pueda quemar, como lo han anunciado Alemania y Francia. El reto es mantener el suministro a toda costa.

Esta situación, si bien no frena por completo el desarrollo de las fuentes de energías renovables (que tendrán un crecimiento mundial este año), ralentiza los objetivos mundiales rumbo a la descarbonización; a lo que se suma la crisis de suministros que enfrenta la industria automotriz, y que impacta también al ensamble de vehículos eléctricos, estrategia clave para bajar la dependencia de los combustibles fósiles.

Este panorama, que reconoce la Agencia Internacional de Energía en su último reporte, refleja cierta desesperación por alinear todos los esfuerzos hacia la transición energética. Al respecto, el organismo sugiere enfocarse en cuatro sectores clave que generan 60 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero en todo el mundo, y que son: la generación eléctrica, el transporte terrestre, la industria del acero, la del hidrógeno, así como las actividades relacionadas con la agricultura.

Estos cinco sectores podrían generar la mayor parte de las reducciones de emisiones necesarias para 2030 en un camino que contribuiría significativamente a limitar el calentamiento global a un máximo de 1.5 grados Celsius, en línea con los objetivos del Acuerdo de París.

Ahí, la responsabilidad es compartida, pues las naciones deberán implementar medidas que no solo se encaminen por impulsar la generación eléctrica a partir de fuentes limpias, sino que vigilen a las industrias enlistadas, las cuales a partir de este momento estarán en un constante monitoreo, esperando resultados más acelerados.

Así pues, el mundo tiene prisa, pero nos preguntamos ¿hasta cuándo se seguirá imponiendo el abasto energético, sobre la agenda verde mundial?

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