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Alcances y desafíos de los impuestos digitales

Las empresas requieren estar preparadas ante los cambios regulatorios que se generen en adelante, a fin de lograr ser competitivas.

Las compañías deben estar preparadas para gestionar la incertidumbre. Las cambiantes leyes impositivas internacionales podrían aumentar los costos fiscales y las cargas de cumplimiento para casi todas las industrias y empresas, no solo para los actores más evidentes.

Un informe del marco inclusivo de la OCDE, creado para que los países y jurisdicciones interesados, incluidas las economías en desarrollo, participen en condiciones de igualdad en el desarrollo de estándares sobre la erosión de la base imponible y el traslado de beneficios, indica que las empresas de servicios digitales automatizadas y las empresas orientadas al consumidor deben ser el foco de la solución del pilar 1, centrado en la reasignación de utilidades y las reglas de nexo. Entre estas, destacan:

• Motores de búsqueda online.

• Plataformas de redes sociales.

• Plataformas de intermediación.

• Transmisión de contenido digital.

• Juegos en línea.

• Servicios de computación en la nube.

• Servicios de publicidad en línea.

Algunos negocios dirigidos al consumidor, dentro de este alcance, incluyen:

• Empresas que venden bienes a los consumidores (directa o indirectamente), como ropa, artículos de tocador, cosméticos y productos de lujo, alimentos, bebidas y automóviles.

• Empresas que venden bienes y servicios a consumidores (directa o indirectamente) como productos electrónicos personales, celulares, software o electrodomésticos.

• Acuerdos de franquiciatarios en el sector de restaurantes y hotelería.

• Ventas realizadas a través de intermediarios o terceros revendedores cuando el primero solo realiza tareas menores y rutinarias, como ensamblaje y embalaje.

También se ha aclarado que los productos intermedios, insumos y componentes de los productos de consumo, quedarán fuera del alcance, aunque sujetos a posibles excepciones.

Resulta difícil trazar una línea entre un negocio que vende bienes de consumo a través de un intermediario que solo realiza un ensamblaje o embalaje menor, así como negocios que solo venden componentes de bienes de consumo a un cliente comercial que luego fabrica dichos bienes.

La declaración del marco inclusivo identifica al menos ocho áreas que requieren mayor análisis. Una de estas se refiere a la definición de un servicio digital automatizado y a la distinción entre las empresas de servicios digitales y aquellas cuyos servicios pueden prestarse a un cliente en línea, pero que implican un alto grado de intervención y juicio humanos.

Esto sugiere que todavía queda mucho por analizar para el desarrollo de esta definición, en particular, porque en el panorama de la economía digital del futuro será cada vez más factible prestar servicios personalizados de mayor valor desde el extranjero a través de medios electrónicos.

Existe poca claridad respecto a las definiciones relativas a las empresas orientadas al consumidor. El tratamiento potencial de aquellas que elaboran productos de consumo, pero tienen diversos grados de trato con el cliente aún no es fácil de establecer. Por ejemplo, un fabricante puede producir bienes de consumo como etiqueta privada para venderlos a un minorista en el extranjero, además de comercializar bienes en ese país extranjero con su propia marca.

Se ha tenido que considerar la exclusión de algunas industrias independientemente del alcance de su enfoque hacia el consumidor. Un caso son los servicios financieros al consumidor, pues excluirlos tiene sentido administrativo en un entorno regulatorio que requiere que las ventas de dichos servicios se reserven predominantemente a la jurisdicción donde reside el consumidor.

El marco inclusivo ha indicado que la operación de barcos y aeronaves en el tráfico internacional estaría fuera del alcance del pilar 1. En esas industrias, los acuerdos fiscales bilaterales en general ya han resuelto la asignación de derechos impositivos al determinar que dichos ingresos deben gravarse únicamente en el país de residencia del transportista.

Los miembros del marco inclusivo han buscado soluciones integrales basadas en el consenso para resolver los dos principales desafíos derivados de la digitalización, convocando consultas públicas para involucrar a los jugadores clave, incluidos los gobiernos, las empresas, la sociedad civil, la academia y el público en general; sin embargo, la pandemia de Covid-19 ha ralentizado las negociaciones. En este contexto, las empresas requieren estar preparadas ante los cambios regulatorios que se generen en adelante, a fin de lograr ser competitivas, sea cual sea la naturaleza de su negocio, digital o no; su manera de crear valor; la ubicación geográfica de sus instalaciones y, sobre todo, la de sus consumidores.

Nota: las ideas y opiniones expresadas en este escrito son de los autores y no necesariamente representan las ideas y opiniones de KPMG en México.

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