Directora del Think Tank Early Institute.

La adolescencia en la vida

Es sabido que la adolescencia es una etapa de la vida humana que se distingue por cambios profundos y radicales, pero en el cerebro ocurren transformaciones vitales.

Las enseñanzas del 2020 han sido de todo tipo, luego de la experiencia que nos ha dejado la pandemia. Una de ellas reveló el estado de las relaciones familiares tras un confinamiento obligado y que ha evidenciado las formas con las que nos vinculamos con nuestros semejantes, incluyendo a los adolescentes.

Dice el médico Daniel J. Siegel, en su libro Tormenta cerebral, la adolescencia "es un tiempo esencial de intensidad emocional, implicación social y creatividad". Lo interesante es que lo que ocurre durante la adolescencia –que, además, según Siegel va de los 12 a los 24 años– acompaña a la persona hasta su vida adulta. ¿Qué significa esto? Esto es que "como gobernemos los años de la adolescencia tiene un impacto directo en cómo viviremos el resto de nuestra vida".

Es sabido que la adolescencia es una etapa de la vida humana que se distingue por cambios profundos y radicales, pero en el cerebro ocurren transformaciones vitales.

Para este especialista estos cambios originan cuatro cualidades: búsqueda de novedades, implicación social, aumento de la intensidad emocional y experimentación creativa. La primera es la reacción natural por hacer cosas nuevas y experimentar la vida de modo distinto al conocido; la vinculación social se refiere a establecer nuevas amistades, en particular con quienes son semejantes a nosotros; la intensidad emocional es vivir con un impulso total y la última cualidad se relaciona con la creación de nuevas ideas para resolver situaciones de la vida.

La importancia de conocer estas cuatro propiedades radica en que deben sobrellevarse con equilibrio y, en ese sentido, la guía de los cuidadores es fundamental. Pero sobre todo es reconocer que estas mismas características son necesarias en la vida adulta para vivir con plenitud.

Al respecto, Siegel habla de cuatro aspectos esenciales de la adolescencia que deben también existir en la vida adulta y que están vinculados con los cambios que produce el cerebro. El primero es la chispa emocional que permite vivir con intensidad y da un sentido a nuestra existencia. El segundo es la implicación social, en la que se busca entablar conexiones significativas con los demás. El tercer aspecto esencial es conservar la sensación de novedad, estimulando nuestros sentidos con situaciones retadoras y gratificantes. Finalmente, el cuarto se refiere a la exploración creativa, que es ver el mundo de una manera diferente.

Para Siegel, "aferrarse al poder esencial de la mente joven hasta los últimos años de la adolescencia y más allá, hasta los años de madurez, puede capacitarnos para que continuemos un aprendizaje a lo largo de toda la vida y que reconozcamos el importante y revitalizante sentido de la aventura, la vitalidad y el valor que trae consigo la adolescencia".

Convivir con los adolescentes no es sencillo, pero es un privilegio. Además, de algo podemos estar seguros: todos hemos pasado por esa etapa y la información que tenemos ahora para tender puentes de entendimiento es excepcional.

En Early Institute estamos conscientes de que el bienestar integral de los niños y los adolescentes es un compromiso social que empieza por el cuidado de nuestro entorno inmediato y en la comprensión y respeto al otro.

Y es verdad que, al final, querer tener relaciones más sanas y constructivas con nuestros adolescentes está en nuestras manos. Quizá ahora sea complicada la conexión, pero tal vez también hay un interés por mejorarla, lo que podría formularse como un propósito de año nuevo. Por ello, en este 2021 te invito a fortalecer nuestros lazos familiares, a comunicarnos con mayor empatía con cada integrante y a reencontrarnos con los adolescentes que descubren maravillas en cada instante.

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