El dinero en efectivo se usa cada vez menos alrededor del mundo y esta tendencia parece que no cambiará; al contrario, seguirá acelerándose hasta que prácticamente todas las transacciones se hagan de manera digital. Actualmente 92 por ciento de las monedas mundiales son digitales, las transacciones que se hacen con billetes o monedas son únicamente de 8 por ciento. Esto es gracias a la utilización de tarjetas de crédito, débito y las nuevas opciones de pagos digitales, desde los que se realizan con los monederos electrónicos de un celular, hasta las transacciones con criptomonedas.
Esto tiene sentido, empezando por el costo de imprimir los billetes. En Estados Unidos el costo de imprimir dólares va de 7 a 20 centavos por billete, dependiendo la denominación; el costo de imprimir un billete de euro está en 10 centavos en promedio y el de la libra británica entre 10 y 12 centavos. En México, el costo promedio de impresión por billete es de 80 centavos y el Banco de México imprime mil 320 millones de billetes de distintas denominaciones cada año.
Suecia, Corea del Sur, China y el Reino Unido son los países que encabezan la lista en cuanto a transacciones electrónicas. En el Reino Unido en 2006 el 60 por ciento de los pagos se realizaron en efectivo, mientras en para 2018 este número bajó a 28 por ciento de acuerdo al Banco Central de Inglaterra. En América Latina, Costa Rica, Brasil y Chile son los países que llevan la delantera en cuanto a pagos electrónicos. Además del ahorro que representa el no imprimir papel moneda, existen otros beneficios al realizar transacciones electrónicas. El primero es el efecto de la bancarización. Según el Inegi, en México 54 millones de personas entre 18 y 70 años tienen por lo menos un producto financiero, esto es 68 por ciento de la población. Así que aún hay oportunidad para que 32 por ciento dé el paso a este tipo de operaciones.
La bancarización es un gran movimiento contra crímenes como la evasión tributaria, el lavado de dinero, la trata de personas y el narcotráfico. Asimismo, el contar con un producto financiero permite que los usuarios tengan acceso a créditos, planes de ahorro y así vayan accediendo a más productos.
Cuando las transacciones se hacen de manera digital queda un récord, esto da seguridad tanto a los establecimientos como a los usuarios y ayuda a proteger y a disminuir fraudes, aunque al mismo tiempo también abre la puerta a nuevos riesgos que se deben de mitigar con buenas prácticas, educación financiera y regulación actualizada.
Lo que sí es seguro es que poco a poco los países dejarán de imprimir billetes, así que la siguiente 'Casa de Papel' tendrá que tener mucha más creatividad si quiere convencernos de que mil millones de euros se pueden sacar en maletines.
La autora es experta en marketing en industria y actualmente colabora desde Londres.