Análisis sin Fronteras

Presunto presidente electo

Hay que empezar llamando a Joe Biden lo que es: el presidente electo, y enviarle un saludo afectuoso del vecino, que es México.

'Presunto presidente electo'. Esta es la forma en que la Cancillería mexicana se refiere a Joe Biden, quien, desde la perspectiva del electorado estadounidense, es el presidente electo. Los que no están reconociendo la realidad de que perdió las elecciones son el mismo Donald Trump, algunos familiares, su equipo (no todos) y un grupo de electores que estarían dispuestos a usar armas y violencia para 'defender su voto'. Y a pesar de que ya van decenas de líderes mundiales que no sólo han felicitado al exvicepresidente de Barack Obama, sino que los aliados más cercanos ya conversaron directamente con Biden, incluyendo Justin Trudeau, de Canadá; Angela Merkel, de Alemania, y Emmanuel Macron, de Francia.

Pero en el caso del vecino geográfico, además de ser uno de los socios del TMEC, el acuerdo comercial más importante geográficamente del mundo, no sólo dijo el presidente López Obrador que no reconocerían al presidente electo, cuestionando (en una forma completamente inapropiada) los resultados de las elecciones del martes pasado, ahora el posicionamiento de la SER es que tachan a Joe Biden como 'presunto presidente electo'.

Presunto presidente electo.

Y por razones verdaderamente inexplicables, la embajada de México en Washington argumenta que "basados en los principios de política exterior consagrados en nuestra Constitución, particularmente el principio de la no intervención, así como en nuestra historia", México va a esperar a felicitar al ganador.

Lo irónico es que, con los comentarios del presidente y el comunicado de la embajadora Martha Bárcena, de hecho, México está tomando una posición ante el proceso electoral y el 'presunto presidente Biden': a diferencia de los otros países de las economías más relevantes del mundo, México le estaría dando la razón públicamente al presidente Donald Trump, uno de los presidentes más odiados en México. También se recordará que el único viaje al exterior que hizo el presidente López Obrador fue a Washington para convivir y abiertamente apoyar políticamente al presidente Trump. Si eso no es intervención en la política interna en otro país, ¿alguien me puede explicar cómo llamar la reunión en la Casa Blanca?

En lugar de dar tantas explicaciones y justificaciones huecas que sólo convencen a algunos funcionarios que no entienden nada de política exterior, envía un mensaje a algunos líderes políticos y algunos seguidores antiyanquis. Para el resto del mundo, López Obrador prefiere alinearse al equipo de Trump. Punto.

¿Por qué? ¿Por convicción? ¿Por miedo, por no querer reconocer que cambiará la relación con Estados Unidos? ¿Que tendrá que viajar de nuevo a Estados Unidos?

Lo más trágico es que el 'presunto presidente electo' Biden ya estaría buscando implementar resoluciones que claramente benefician a México y la relación bilateral: la legalización de 11 millones de indocumentados en su país, asegurar la estancia de los dreamers, detener la construcción del muro, entre otras propuestas.

Espero que también le hayan comentado al presidente López Obrador que probablemente el 'presunto presidente electo' será uno de los gobernantes estadounidenses que más conoce a México, con la excepción del expresidente George W Bush, que fue gobernador de Texas.

Para México y el mundo es de interés estratégico y urgente que haya un cambio de régimen en Estados Unidos por razones que se han argumentado en este espacio desde hace tres años. Ojalá que la Cancillería y otros personajes cercanos a este gobierno estén haciendo contactos informales con el equipo de transición del 'presunto presidente electo' porque la primera crisis en ambos países podría estar semanas en detonarse, y que podría marcar la relación bilateral en los siguientes cuatro años: la ola migratoria mexicana y centroamericana que en cualquier momento podría explotar.

Como les he comentado varias veces en este espacio, ante la tragedia de inseguridad, la crisis económica y de salud que viven los hermanos centroamericanos y mexicanos, era de esperarse que resultase en un éxodo masivo de Guatemala, El Salvador y Honduras. Pero no consideré el cisne negro como la tragedia humanitaria que podría resultar de un huracán, llamado Eta, la misma semana que las elecciones estadounidenses y que iba a catalizar la crisis. Y la oleada de mexicanos desplazados tratando de cruzar a Estados Unidos por la inseguridad, hambruna o falta de oportunidades, también es palpable. También hay que adicionar que esta crisis sucede en un momento crítico, donde debido al arresto del general Salvador Cienfuegos, la relación está profundamente afectada en el ámbito de seguridad.

Con la crisis encima, ¿verdaderamente vale la pena seguir cuestionando (denigrando) el proceso electoral y al siguiente presidente de los Estados Unidos? Hay que empezar llamando a Joe Biden lo que es: el presidente electo, y enviarle un saludo afectuoso del vecino, que es México.

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