Análisis sin Fronteras

2024: El ‘cisne negro’ de la 4T

Una lección históricas que AMLO no quiso acatar es que el gobernante o líder político necesita dar una imagen de confianza y control al dirigirse a los medios.

Fue en el primer año que dos temas hicieron crisis y perseguirán a la cuarta transformación durante seis años; hasta el último momento del sexenio de Andrés Manuel López Obrador: la economía simple y llanamente no creció, de hecho el país vivió su primera recesión en mucho tiempo; el segundo tema fue la inseguridad. Y sí, México vivió en 2019 uno de los años más violentos de su historia.

Y aunque los que apoyaron al presidente al inicio de su sexenio aseguraban que hay que destruir para construir un país nuevo, el problema es que nadie le dijo al presidente López Obrador que aunque es fácil destruir instituciones, toma décadas para reconstruirlas. Y eso es asumiendo que las reformas promovidas e implementadas, con un enorme sacrificio para la población en vida y recursos, eran las adecuadas. Qué tristeza será para futuras generaciones que los grandes logros que cacareó la cuarta transformación fueron los que hundieron el país en subdesarrollo y violencia.

Pero además de la crisis estructural que enfrentó en materia económica y de seguridad, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador no estaba preparado para enfrentar 'la crisis'.

¿Por qué hablar de las características del liderazgo en crisis? Porque nos da pautas para poder anticipar la capacidad que tendrá un gobierno para enfrentar situaciones catastróficas. También permite, si el gobernante tiene capacidad de introspección, tomar pasos concretos para poder anticipar situaciones catastróficas.

Y hay que decirlo, el presidente Andrés Manuel López Obrador debería de haber anticipado que durante su gobierno enfrentaría una crisis, el segundo año, tercero, cuarto o tal vez al terminar el sexenio. Podía haber sido una pandemia, un magnicidio, un volcán, una recesión global, un huracán, o levantamientos por in gobernabilidad en varios estados.

Todos los presidentes mexicanos enfrentaron su 'cisne negro', un evento inesperado que definió el rumbo de su presidencia.

La historia nos enseña que la capacidad de reaccionar, mitigar el impacto, crear confianza en la población de que el gobierno sabrá enfrentar la catástrofe, en parte depende de la personalidad del gobernante de reconocer esa eventualidad y de estar preparados.

Entre los otros errores de este gobierno estuvo nombrar a personas en puestos claves sin experiencia o sin capacidades. Personas claramente sin práctica o demasiados jóvenes. Y los pocos expertos que trataron de prevenir o avisar al presidente de la crisis que se venía fueron amenazados con ser corruptos y en muchos casos investigados.

Todavía en 2020 el presidente insistía en que era más importante que su gobierno tuviera personas honestas y no capaces. La regla del 90–10 por ciento.

Pero en una crisis, es mucho más importante tener funcionarios capaces y con experiencia. Y esto probablemente fue la lección más dura que tuvo que aprender y enfrentar la cuarta transformación: "La corrupción mata, pero aún más peligroso es la ineptitud y la soberbia".

De nuevo les comparto cuáles son las características del liderazgo en crisis que están plasmadas en mi "Manual de negociación estratégica en el ámbito de seguridad nacional":

1. En momentos de crisis es importante rodearse de asesores extraordinarios, capaces de disentir.

2. Desarrollar el instinto para reconocer los errores de los asesores y de los expertos.

3. Anticipar las eventualidades y no solo reaccionar.

4. Mantener la calma.

5. Tener capacidad de concentración extra.

6. Entender la situación lo más rápidamente que se pueda.

7. Tomar decisiones para enfrentar el problema.

8. Implementar rápidamente estas decisiones.

9. Comunicar efectivamente a todos los involucrados.

10. Tener un manejo adecuado de nuestras emociones.

Ronald A. Heifetz, uno de los gurús del liderazgo, asegura que un líder debe de tener la capacidad necesaria para comunicar confianza de que puede enfrentar la crisis. Y, desafortunadamente para el presidente Andrés Manuel López Obrador, sus conferencias mañaneras, tan exitosas durante situaciones de normalidad, fueron probablemente lo que acabaron de agravar la situación, a tal punto que sus asesores le rogaban que no diera declaraciones. Una de las grandes lecciones históricas que no quiso acatar AMLO es que el gobernante o líder político necesita dar una imagen de confianza y control al dirigirse a los medios; de lo contrario, una declaración mal dada podía poner en pánico a la población. Tal vez lo más difícil para todo líder es demostrar compasión, pero al mismo tiempo fortaleza. El enfrentar una crisis de seguridad nacional es una de las pruebas más difíciles para todo gobernante, pero es una prueba de que no puede fallar, porque el costo es demasiado.

Por algo la Biblia señala que la soberbia es un pecado. Líderes que no oyen y no escuchan y no admiten sus errores pueden tener implicaciones catastróficas, especialmente en situaciones de crisis.

Cuarta entrega .

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