Desde San Lázaro

Una mujer será la próxima presidenta de México

Desde luego el género no es condición que garantice el éxito y los resultados positivos, pero abre la oportunidad a nuevos cuadros políticos.

En el tramo final de la selección de candidatos y candidatas a las 15 gubernaturas que estarán en juego en la elección intermedia del próximo año, sólo una cosa ha quedado clara: que todos los partidos políticos deberán postular por lo menos a siete mujeres, lo que implica que habrá un nuevo espectro político a nivel nacional con cada vez más mujeres gobernadoras, ya que a partir de los resultados electorales del próximo año, habrá por lo menos siete nuevas gobernadoras, que con Claudia Sheinbaum serán ocho.

La gobernadora actual de Sonora, Claudia Pavlovich, por cierto ya recuperada de Covid -19, dejará de serlo a partir del próximo año.

Con esta modalidad incluso es posible, dependiendo de los estados en donde postulen féminas los partidos políticos, que en las 15 entidades en las que habrá elecciones para gobernador, sean ganadas por mujeres, lo que representaría un avance relevante en la lucha por la equidad de género en la política y seguramente abrirá la puerta para que, en el próximo sexenio, tenga México una presidenta de la República.

Así las cosas, el único partido en el que se vislumbra contar con una candidata presidencial es Morena, con Claudia Sheinbaum, que en estos momentos puntea la carrera rumbo a suceder a Andrés Manuel López Obrador.

Claro, esto apenas está empezando, falta ver el resultado de cómo sale librada de la pandemia y de la inseguridad pública que prevalece en la capital del país y por supuesto de lo que opine su jefe en los momentos del destape, aunque, a lo mejor, los bríos machistas del jefe moral de Morena haga que incline la balanza hacia un hombre.

Lo que es un hecho, tal como ocurre en otras latitudes del mundo, es que las mujeres conquistan nuevos puestos de conducción política y de gobierno y ello, sin duda, no sólo representa un acto de justicia y de reconocimiento a sus capacidades, sino que las reivindica y con ello se paga al considerado 'sexo débil' una deuda pendiente desde tiempos inmemorables, condenadas a asumir este rol por una sociedad misógina y machista, incluso alentada por cuestiones de tipo religioso.

Por fortuna, en nuestro país se ha dado un vuelco espectacular a la hegemonía política masculina para abrir la puerta de par en par a las mujeres para que, en condiciones de igualdad, puedan aspirar a cualquier puesto de elección popular, incluyendo, por supuesto, la presidencia del país.

Con la aprobación del INE para garantizar el principio de paridad en las candidaturas a gubernaturas para el proceso electoral de 2021 y por consecuencia los partidos políticos deberán registrar al menos siete mujeres en las 15 candidaturas, se rompe esta jettatura masculina que impera todavía en la actualidad en el espectro político.

Ya observamos que en el proceso de selección de candidatos de Morena se ha considerado en la cuarteta de suspirantes a gobernar Nuevo León a Clara Luz Flores y seguramente ella será la triunfadora de la encuesta que definirá al ganador.

Así veremos, en cada entidad y en todos los partidos políticos, la definición de sus candidatos y candidatas y entonces, cuidado con la aplanadora femenina que seguramente hará trizas a los candidatos hombres.

Desde luego el género no es condición que garantice el éxito y los resultados positivos, pero abre la oportunidad a nuevos cuadros políticos que tanto necesita México para establecer una nueva forma de gobernar y si ésta viene de las mujeres, mil veces mejor.

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