En todos los partidos políticos ya empezó la rebatinga por los puestos de representación popular que estarán en juego en las elecciones intermedias de 2021. Desde Morena hasta en el PRI se han comenzado a agitar las aguas por sus militantes o simpatizantes para ser candidatos en unos comicios que, a pesar de lo que dicen la mayoría de las encuestas de que el partido en el poder tiene la delantera, lo cierto es que la moneda está en el aire por el tremendo desgaste que representa gobernar.
Ahora que ya Morena es gobierno tanto a nivel federal como en varias entidades, pues ya pagan la factura por sus malas gestiones, empezando por el presidente de la República y pasando por los gobernadores de Morena, esta consideración por supuesto aplica a Claudia Sheinbaum, quien tiene de repente chispazos de buena gobernanza, aunque la inercia general de su gobierno es de mediocridad, particularmente en tres temas: el manejo de la pandemia, la inseguridad y la crisis económica.
Así las cosas, con la mente y las acciones fijas en los comicios del otro año, los políticos se desgarran las vestiduras por ganar simpatías entre el electorado, olvidando lo fundamental, que es atender las demandas más acuciantes de la población.
Desde Palacio Nacional, todos los días se atiza el fuego de la polarización y se lleva al paredón de los acusados a los adversarios del presidente de México. Entonces bajo esa línea de comportamiento, pues la crispación se da en las mismas entidades de la República, así como en los municipios más modestos.
Y qué decir en el Congreso, que allí sólo falta que arranque el tercer periodo de sesiones para que se enciendan los ánimos en las tribunas de ambas cámaras.
Si en Morena los golpes bajos y las descalificaciones están a la orden del día entre los suspirantes para dirigir ese partido, pues qué podemos esperar de los partidos políticos que tienen muy pocas posibilidades de mantenerse entre el ánimo del electorado, como el PRI, que acaba de recibir la puntilla a manos de AMLITO, quien 'conquistó' el derecho de ser el responsable de palomear las listas de candidatos a cualquier cargo de elección popular que postule ese partido, bueno, dicen que quien aprobará será el Consejo Político Nacional, pero en la praxis, será Alejandro Moreno.
El líder nacional del PRI tendrá ahora la facultad de registrar ante las autoridades electorales todo tipo de candidaturas del partido a cargos de elección popular, federales, estatales y municipales o de cualquier otra demarcación como en la CDMX, esto incluye en el caso de gobernadores y por supuesto la Cámara de Diputados federal.
Qué triste para la militancia tricolor, particularmente la ubicada en diversas regiones del país, que las candidaturas se resuelvan en la sede nacional, y no en las seccionales o regionales, lo que provocará seguramente que muchos priistas que mantienen auténticos liderazgos regionales, migren a otros espacios políticos, que seguramente les abrirán las puertas con gusto.
Cuando el país requiere una oposición articulada, las ambiciones políticas destruyen esa posibilidad de consolidar un frente opositor rumbo a los comicios del próximo año.
En el PAN, aparentemente están cohesionados en torno a Marko Cortés, aunque algunos azules de prosapia en corto comentan que está decepcionados por la personalidad timorata de su líder.
MC y PRD se reinventan en función de liderazgos locales y por el ánimo de conformar alianzas políticas rumbo a las intermedias.