Desde San Lázaro

La pandemia apenas empieza

Esta pandemia terminará cuando la vacuna esté lista, distribuida y aplicada a toda o la mayor parte de la población, no antes.

Si alguien cree que ya puede hacer su vida normal sin los cuidados básicos para evitar ser contagiado o infectar a otros, pues está muy equivocado, ya que la propagación del Covid-19 sigue en aumento en nuestro país, al igual que otras regiones del orbe, como en Europa y Norteamérica.

La inmunidad del rebaño, es decir, el contagio y la sobrevivencia por razones naturales o la supervivencia del más fuerte, alcanzaría a 80 por ciento de la población, mientras que el resto tiene grandes posibilidades de morir.

Las cifras oficiales son de alrededor de 73 mil muertos, aunque por desgracia es la base de una pirámide invertida que arrojará más pérdidas de vidas humanas de las que hay en este momento y como se ven las cosas, el gobierno federal y el capitalino no tomarán medidas de fondo para revertir esta tendencia.

Por ello es relevante, por no decir un asunto de vida o muerte, no bajar la guardia, al contrario, los cuidados personales deben extremarse para evitar ser infectados.

Quisiera transcribir un mensaje que envían médicos del Hospital Militar y que cualquier médico con experiencia en tratamiento de Covid-19, recomendaría.

"Queremos hacer un llamamiento cordial al sentido común de las personas que han tomado el 'desconfinamiento' como si se hubiese terminado la pandemia o como si hubiésemos vuelto a la normalidad anterior al comienzo de esta crisis.

Infectarse con el coronavirus no es un resfriado común: hay fiebres altas, dolores de garganta y opresión en el pecho a tal punto que se siente como si se fuera la vida y en ese momento llega lo peor; se necesita reanimación.

Se habla de ventilación, pero no es una máscara de oxígeno puesta en boca y nariz, mientras usted disfruta acostado. De ninguna manera.

La ventilación invasiva para el Covid-19 es la intubación que se hace bajo anestesia general y que consiste en quedarse mínimo dos a tres semanas sin moverse, muchas veces boca abajo (decúbito prono) con un tubo en la boca hasta la tráquea, que le permite respirar al ritmo de la máquina a la que se está conectado.

Usted no puede hablar, ni comer, ni hacer nada de manera natural porque la molestia y el dolor que siente necesitan de la administración de sedantes y analgésicos para asegurar la tolerancia al tubo.

Durante el tiempo que el paciente necesite la máquina para respirar, estará en un coma inducido, esto es, un coma artificial.

En 20 días con este tratamiento, un paciente joven llega a tener una pérdida de masa muscular de un 40 por ciento y la posterior reeducación será de 6 a 12 meses, asociado a traumatismos severos de la boca o de las cuerdas vocales.

Es por esta razón que las personas ancianas o frágiles en su salud, no aguantan".

Esta pandemia terminará cuando la vacuna esté lista, distribuida y aplicada a toda o la mayor parte de la población, y se observe la disminución importante de contagios y muertes por Covid-19, no antes.

Hay otras opiniones de varios exsecretarios de salud que no han sido tomadas en cuenta y ello habla de un desdén oficial ante la pandemia.

Las autoridades y en particular el sector salud, no está haciendo gran cosa para evitar que se frene la cadena de contagios, entonces no resta más que extremar los cuidados personales, ya que de otra manera se corren riesgos altos de perder la vida.

Son miles de personas asintomáticas que andan regando el virus sin saberlo y alguna de ellas que se contagiarán, morirían en cuestión de días. Este es el gran riesgo de un virus que en muchos casos en invisible, pero que a la postre se vuelve mortal.

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