Desde San Lázaro

El INE es ciudadano, no de AMLO

Ahora resulta que AMLO va garantizar que el INE sea imparcial y que él se encargará de organizar y calificar las elecciones intermedias de 2021.

La alerta roja de máximo peligro se prendió en Palacio Nacional, pero no crea estimado lector que por los niveles alarmantes de contagios y muertes por el Covid-19, ni mucho menos por el grado de corrupción que campea entre los colaboradores del presidente, ni mucho menos por la inseguridad que prevalece en el país o la crisis económica. No, fue por el riesgo de perder la mayoría en la Cámara de Diputados federal y buena parte de las 15 gubernaturas que estarán en juego en las elecciones intermedias del próximo año, por ello, el discurso de ayer en la mañanera contra el INE.

"El INE es el aparato de organización más caro del mundo, sin que ello sirva para garantizar elecciones libres en el país… Yo seré el guardián de las elecciones". Sentenció el presidente de la República.

Ahora resulta que AMLO va garantizar que el INE sea imparcial y que él se encargará de organizar y calificar las elecciones intermedias de 2021.

Esa idea la tenía el PRI más rancio y antidemocrático de la historia del país y a eso precisamente quiere regresar Obrador, a tiempos en donde a través de Segob se manejaba el resultado de las elecciones y si no me creen hay que preguntarle a Manuel Bartlett cuando tiró el sistema de los resultados electorales en el cual Cuauhtémoc Cárdenas le ganó a Carlos Salinas de Gortari.

El salto al pasado que se está haciendo con todas las instituciones que han empoderado a la ciudadanía, es sólo reflejo de un autoritarismo propio de dictaduras y como van las cosas, si se le abre la puerta del INE al Poder Ejecutivo, mediante el nombramiento de consejeros afines, pues poca cosa se podrá hacer para detener el embate.

La insistencia de López Obrador por tomar el control del Instituto Nacional Electoral raya en la desesperación y en el auténtico riesgo que representa el fracaso de Morena y rémoras en las elecciones intermedias, de allí que no sólo quiere correr en la pista de tener el mayor número de adeptos a través de los programas políticos-asistenciales y del adoctrinamiento que realizan los 'médicos cubanos' en las brigadas de salud y de empadronamiento, sino también pretende tener el control de las elecciones y de sus resultados.

Ante el fracaso de las mañaneras, en donde ya casi nadie se traga la homilía del día y la cuchareada de las encuestas, de las cuales sólo muy pocas casas encuestadoras que advierten sobre la caída de la popularidad del tabasqueño, se han prendido todas las alarmas que alertan sobre el naufragio del barco de la 4T.

El INE es quien debe salvaguardar la participación democrática de la ciudadanía antes, durante y después de las elecciones, en virtud de ser esa su encomienda constitucional, mientras que el presidente debe mantenerse alejado de los procesos electorales.

Desde San Lázaro la bancada del PRD llama al presidente a que en lugar de convertirse en guardián de la democracia, se debería de convertir en el guardián del empleo, de la economía y de la seguridad de todos los mexicanos.

La campaña de desprestigio en contra el INE, orquestada desde Palacio Nacional, tiene un objetivo soterrado que atenta contra los avances democráticos que han llevado décadas construir, además de costar miles de millones de pesos y vidas de muchos mexicanos, por lo tanto no es suficiente que con el pretexto de la austeridad, trate de justificar el embate en contra de dicho organismo.

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