Desde San Lázaro

El Congreso, oficialía de partes de AMLO

Los diputados federales del PAN se niegan a que la Cámara de Diputados continúe como oficialía de partes de las ocurrencias del Ejecutivo federal.

Entre la pugna que existe en Morena por la dirigencia nacional y la proximidad de las elecciones intermedias -a pesar de que faltan poco menos de diez meses para que se celebren-, el ambiente político se enrarece cada día más, sobre todo en el Congreso.

Así es, pese a los deseos de buena parte de los legisladores de construir una agenda legislativa entre todos para sacar los temas que atiendan la crisis provocada por la pandemia, amén de otros asuntos de interés general, lo cierto es que será casi un milagro que aprueben algo que no sea parte de la agenda del presidente López Obrador.

Para el huésped principal de Palacio Nacional, no está en su agenda apoyar a la población afectada por el Covid-19, tanto en el tema económico como por supuesto en el de la salud, toda vez que siguen faltando insumos, medicamentos y por supuesto personal capacitado para salvar a los enfermos que llegan a los hospitales públicos, tanto del IMSS como del ISSSTE, así como los del sector salud, ya que si bien es cierto que hay disponibilidad en ellos, la realidad es que ya la gente tiene temor de internarse.

Entonces, cuál es la prospectiva que se avizora en torno a los grandes acuerdos políticos que requiere el país para salir de la crisis. Pues la verdad las posibilidades de que ello ocurra son remotas, por la escisión entre los morenistas, por la polarización entre los partidos políticos y, sobre todo, porque el presidente sólo quiere que sus chicharrones truenen.

Así las cosas, veremos cómo con el paso de las semanas la parálisis legislativa será una constante en ambas cámaras, que si sesionan virtualmente, a ciencia cierta no sabremos cuál es el interés y la participación de cada legislador; y si sesionan de manera presencial sólo veremos, como ocurre siempre, cómo levantan la mano de acuerdo a las indicaciones de sus líderes parlamentarios, sin siquiera saber por qué lo hacen.

En cualquiera de los casos, como diría el clásico, estamos jodidos. Pero bueno, eso es lo que hay y por lo que votó la gente.

Dice el coordinador del grupo parlamentario del PAN, Juan Carlos Romero Hicks, que en unos días iniciará el último año de la LXIV Legislatura con grandes retos, como contribuir con eficacia a la solución de la aguda crisis que enfrenta México y, al mismo tiempo, evitar que San Lázaro se convierta en campo de batalla política ante el más grande proceso electoral que vivirá el país e hizo votos porque se privilegie la política y por fin se cuente con una mayoría dialogante y madura que no anteponga la ideología militante, que tanto ha afectado el debate en el salón de sesiones y obstaculizado el trabajo en comisiones.

"Los diputados federales tenemos la oportunidad de mostrar al país que queremos contribuir a la solución de las diferentes pandemias que, como nunca, nos afectan: la de salud, la económica, la de seguridad, la educativa, la creciente corrupción y otras más que hemos tenido en estos meses de una administración que no atina a convencer más que a vencer y nos lleva de caída en caída en todos los indicadores de bienestar nacional", precisó.

En este cierre de legislatura, los diputados federales del PAN rechazan que la Cámara de Diputados continúe como oficialía de partes de las ocurrencias del Ejecutivo Federal, toda vez que existen leyes verdaderamente importantes que están pendientes en la agenda.

Tan sólo cabría mencionar que, en esta ocasión, el análisis y aprobación del Presupuesto de Egresos de la Federación y el Paquete de Ingresos para 2021 será particularmente crucial ya que se requieren recursos para sacar al país de la crisis sanitaria y lograr una rápida y sólida reactivación económica que haga frente, entre otras cosas, al devastador desempleo que enfrenta el país.

Se trata de lograr que el Poder Legislativo asuma su papel de contrapeso a los excesos del Ejecutivo federal. Para cualquier democracia siempre es sano el equilibrio de poderes, no pervertir el diálogo entre ellos, sobre todo cuando en la práctica se aprecian tentaciones autoritarias.

El coordinador de la bancada panista reconoció que los diputados deben evitar que "la positiva búsqueda de la reelección legislativa contamine el funcionamiento parlamentario y la obligación de la representación popular; debemos cumplir en todos sus términos las reglas que emita el Instituto Nacional Electoral.

"San Lázaro no puede convertirse en campo de batalla política por el enorme proceso electoral que tendremos el año entrante y la primera ocasión de la posibilidad de la reelección. El país no está para espectáculos de esa naturaleza", manifestó.

"Como oposición confiamos en que el G4, (diputados del PAN, PRI, PRD y MC) consolidemos la alianza estratégica que ha demostrado su efectividad en la práctica para detener el viejo modelo de la aplanadora legislativa", concluyó.

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