Desde San Lázaro

Candil de la calle, oscuridad en el país

AMLO se jacta de no haber apoyado a los empresarios y de no haber obligado al confinamiento en aras de la actividad económica; sin embargo, el desplome del PIB es de los más altos del mundo.

Entre marchas anti-AMLO y la búsqueda de vacunas contra la influenza pasó el fin de semana hasta llegar a la videoconferencia del presidente con los líderes del G-20, en donde dio algunos consejos para enfrentar la pandemia, contrarios a los que se han implementado en otras latitudes que presentan menos muertos y contagiados que nuestro país y mejores niveles de recuperación económica.

AMLO se jacta de no haber apoyado a los empresarios y no obligar a los confinamientos en aras de apuntalar la actividad económica, sin embargo, el desplome del PIB nacional es de los más altos del mundo y en morbilidad por el Covid-19 tenemos el primer lugar.

Con más de cien mil muertos y un millón de contagiados, según los datos oficiales, México apenas se dirige al peor punto de la crisis ya que, apenas en la capital del país y en algunas otras entidades, la pruebas masivas de detección se empiezan a aplicar, no obstante que en la mayoría de los países del mundo las hacen desde, por lo menos, ocho meses.

Los protocolos de contención que conllevan la detección de casos confirmados y su ruta de contagio, tardíamente se comienzan aplicar en la CDMX, así como la restricción de funcionamiento a varios giros comerciales, pero insistimos, sin una estrategia general del gobierno federal, eficaz y sin recursos presupuestales para aplanar la curva de contagios, pues es imposible que sólo con declaraciones de los López, avizorar un escenario diferente al catastrófico.

Casi cinco minutos le bastó al presidente López Obrador, ante los jefes de Estado de las economías más importantes del mundo, dar la 'receta de su éxito' para combatir la pandemia y sus consecuencias económicas y sanitarias

Hizo cinco pronunciamientos, entre los que destacó el llamado a no caer en el confinamiento excesivo ni toques de queda, así como la recomendación de que el rescate económico debe hacerse de abajo hacia arriba, es decir primero ayudar a los pobres y no centrar las acciones gubernamentales sólo en destinar fondos públicos a empresas o a instituciones financieras en quiebra; no convertir las deudas privadas en públicas, así como evitar el endeudamiento y menos aún si es en beneficio de pocos, a costa del sufrimiento de muchos y de las nuevas generaciones.

Estos fueron los postulados de AMLO ante la representación del G-20 y que contrasta con lo que en realidad ha ocurrido en México en los últimos dos años, ya que desde antes de la pandemia estaba el país en franca recesión económica y con ello aumentaron el número de pobres con el aniquilamiento de la clase media y la nula eficacia de los programas asistenciales, además de que el ritmo de crecimiento de la deuda pública ha sido mayor que en todo el sexenio de Felipe Calderón y de Enrique Peña Nieto.

En lo que tiene razón el presidente es que efectivamente no se han destinado recursos para salvar a las pequeñas empresas y por ende al empleo formal, por lo que la crisis económica no sólo causará un lustro perdido en cuanto el crecimiento económico, sino que tardará más tiempo volver siquiera a nivel de crecimiento del PIB que se tenían en los dos sexenios anteriores al actual.

En resumen, mientras que tratamos de ser candil de la calle, existe oscuridad en el país por los estragos causados por la pandemia y un gobierno incapaz que ni siquiera ha hecho público los protocolos de distribución de la vacuna contra el Covid-19 y menos, definido el monto total de recursos para comprarla.

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