Desde San Lázaro

Basta de dividir

No sólo López Obrador desea la unidad y la concordia, sino todos los mexicanos. Ojalá se pueda hacer una realidad.

En un México dividido por su propio Presidente, con pésimas decisiones en torno al tema de los migrantes, y el torpedeo indiscriminado a la confianza y al Estado de derecho, que han obligado tanto a las calificadoras internacionales como a los pronósticos de crecimiento del PIB a ajustar sus indicadores a la baja, además de las presiones de Donald Trump, se hace un llamado a la unidad y a la concordia.

Si se observa con detenimiento, el causante de esta bomba molotov tiene nombre y apellido y él ahora es quien hace llamados a la unidad nacional. Bien por ello, pero debe definitivamente corregir su estrategia política de sobajar al sector emprendedor y productivo del país.

Basta de dividir, hay que sumar por México.

A partir de que formalmente fue investido como presidente electo, pensamos que Andrés Manuel López Obrador, iba a dejar su discurso de confrontación contra diversos sectores de la sociedad, particularmente aquellos que después los etiquetó como fifís, sin embargo fue al contrario.

Llegamos al 1 de diciembre y se instituyeron las conferencias mañaneras que tienen como principal eje de comunicación, los ataques, las descalificaciones e incluso las denuncias, todas infundadas, contra diversos personajes que van desde el llamado círculo rojo, hasta empresarios y exfuncionarios.

Con el discurso presidencial la sociedad esta polarizada; unos, los Amlovers, dispuestos a dar todo por él; otros, los que han sido beneficiados por los programas sociales (como los jóvenes que están en "Construyendo el Futuro"... de AMLO), todavía no están convencidos de apoyar la causa, máxime si les retrasan sus pagos; y la mayoría, que se siente agraviada por las acciones emprendidas por el gobierno.

Ante este México dividido irrumpe, una vez más, con fuerza desmedida que provoca la devaluación del peso y la caída de la bolsa de valores, Donald Trump, que con sus bravatas está provocando un boquete a la economía mexicana al amenazar con aranceles del 5.0 por ciento a todos los productos mexicanos.

Habría que ponderar cuáles son las razones que han empujado al presidente norteamericano para proceder de esa manera contra nuestro país, además de considerar que él ya está en campaña para mantenerse otros cuatro años en la Casa Blanca, y pues el asunto, en mayor medida, tiene que ver con los migrantes centroamericanos, quienes aprovecharon la coyuntura del relevo en el poder de México para conformar caravanas interminables que, luego de recibir toda clase de apoyos del gobierno lopezobradorista, continuaron su camino hacia el sueño americano.

De hecho, en varias ocasiones López Obrador alentó a los migrantes a cruzar México, con medidas laxas de contención por parte del INM y la Policía Federal, e instalación de campamentos de atención temporal.

Esto disparó la detención de indocumentados allende la frontera, con niveles nunca vistos.

Era el pretexto perfecto no sólo para doblegar al gobierno de López Obrador, sino para conseguir lo que siempre fue el deseo de Trump, convertir a México como Tercer País Seguro.

Los designios de Washington se acatan en Palacio Nacional. Se recrudecen los operativos en México para impedir la internación de centroamericanos, y aquellos que logren hacerlo se les acogerá en territorio nacional para impedir que crucen el Río Bravo.

La misión negociadora encabezada por Ebrard hace milagros ante sus pares, toda vez que no llevan canicas para negociar. El portafolio de medidas compensatorias y de aranceles para productos de EU, va semivacío.

Para ambos lados de la frontera la nueva carga impositiva del 5.0 por ciento progresivo afecta a ambas economías, a decir de los enterados, más allá que aquí; pero Trump persistirá en su empeño de imponer los aranceles.

No sólo López Obrador desea la unidad y la concordia, sino todos los mexicanos. Ojalá se pueda hacer una realidad.

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