Desde San Lázaro

Avanza el T-MEC, pero regresó William Barr

La abrumadora mayoría de votos a favor del Tratado confirma que la negociación dejó complacidos a los representantes populares de aquel país, tanto republicanos como demócratas.

El escollo más difícil para aprobar el T-MEC se libró el día de ayer en el Senado de Estados Unidos y con ello, amén de la firma del mandatario estadounidense Donald Trump, solo faltaría de hacerlo Canadá y así se mantiene América del Norte como una de las zonas más fuertes del orbe en materia de competitividad comercial.

La abrumadora mayoría de votos a favor del Tratado, vertida por los senadores de EU, 89 a favor y 10 en contra, confirma que la negociación dejó complacidos a los representantes populares de aquel país, tanto republicanos como demócratas, además de los principales líderes sindicales.

Se trató de una mala negociación para México, pero al final de días dio certeza, certidumbre y confianza a los inversionistas, mercados y empresarios y todo ello, luego de que se firmó el primer acuerdo entre China y EU que marcó una tregua en la guerra comercial entre ambas superpotencias.

El nuevo Tratado representa una oportunidad extraordinaria para que toda la planta productiva del país se ponga las pilas y se modernice, así como ampliar sus capacidades competitivas para estar a la altura del reto y de las nuevas circunstancias que deja el T-MEC, en el entendido que los grandes tiburones de Estados Unidos se los querrán comer y desplazarlos en la lucha por los mercados.

Entre la intrusión a las normas laboral y el endurecimiento en las reglas de origen en el sector automotor, tendrá ahora tanto el gobierno de López Obrador como la misma planta productiva del país, que ajustarse a los nuevos lineamientos, aunque en ello se vulnere la soberanía del país.

Como se recordará, a partir de la primera visita del fiscal general de Estados Unidos, William Barr, a nuestro país, el pasado 5 de diciembre, se desatoraron 'milagrosamente' varios temas, entre ellos los obstáculos que ponía nuestro país en torno al nuevo Tratado, así como la expulsión inmediata de Evo Morales, como el endurecimiento de las acciones contra la migración de Centroamérica.

Da cierto escozor la nueva visita de Barr a México y por los hechos, no por las declaraciones oficiales, sobre todo del gobierno de la 4T, veremos qué 'ordenó' el presidente Trump a su homólogo mexicano.

A ver ahora qué cedió López Obrador para tener contento al magnate inmobiliario.

No olvidemos que en la carrera reeleccionista del republicano está el tema mexicano, desde la construcción del muro fronterizo, hasta la intervención directa en los asuntos internos de México, de las agencias de seguridad e inteligencia de Estados Unidos.

Ahora, lo relevante es que ya se aprobó el T-MEC y ello significa oxígeno puro a la economía mexicana y los principales indicadores macroeconómicos que, de por sí, ya con la recesión técnica que padecemos, están en picada.

Ojalá que algunos de los temas de la agenda bilateral que son de interés para México se atiendan, como el mismo tráfico de armas o el respeto a sus derechos humanos de los connacionales que pretenden ingresar a Estados Unidos y no solo los que le interesan a Donald Trump.

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