Las Encuestas

Caballada demócrata

La plétora de aspirantes demócratas a la presidencia de EU inserta aspectos en la contienda como género, grupo racial, inmigración, orientación sexual, entre otras.

Las encuestas electorales rumbo a las elecciones presidenciales que habrá el próximo año en Estados Unidos ya están a tambor batiente. Quizás suene demasiado temprano, pero lo cierto es que desde ahora ya hay un número nutrido de aspirantes a la candidatura del Partido Demócrata que buscan enfrentar al presidente Trump en la contienda presidencial: por lo menos veinte... y contando.

Con un largo proceso por delante, nunca es demasiado temprano para recurrir a las encuestas y ver cómo va la carrera de caballos, aún si se trata de pruebas de calificación por el momento. En junio y julio están programados cuatro debates entre los aspirantes demócratas. De las pruebas de calificación pasarán luego por las pruebas de resistencia (y recursos), también por las pruebas de las primarias y los caucus, que inician en febrero, y quien siga de pie, a las convenciones. Finalmente, quien gane tendrá que pasar por la prueba de las campañas hacia la elección general y, ultimadamente, por la de las urnas.

Entre los más de veinte aspirantes del Partido Demócrata hay un poco de todo, y más que enfocarse en el nombre o persona, escucharles en las próximas semanas nos dará una buena idea de los temas que pondrán sobre la agenda de discusión, y si con ello jalarán al partido hacia los extremos progresistas o liberales, o si tratarán de cultivar una coalición más moderada con la cual enfrentar al presidente Trump. Pero, sin duda, el nombre es fundamental, así que habrá que irse familiarizando.

De hecho, es muy probable que las encuestas en estos momentos midan más el reconocimiento de nombre que la preferencia en sí. No es por nada que quienes lideran las encuestas son, hoy por hoy, los personajes que han sido más visibles políticamente a nivel nacional en los últimos años: Joe Biden, quien fungió como vicepresidente con Barack Obama, y Bernie Sanders, quien compitió palmo a palmo con Hillary Clinton por la candidatura demócrata en 2016. Según las encuestas que reporta el portal RealClearPolitics, Biden va con más de 30 por ciento de las menciones, y Sanders capta entre 15 y 20 por ciento. Ambos personajes mantienen un alto capital político, pero también son los aspirantes de mayor edad (llegarían casi de 80 años a la contienda presidencial de 2020).

Pero la edad no es todo. La plétora de aspirantes demócratas inserta aspectos en la contienda como el género (ya hay por lo menos cinco mujeres entre los más de veinte aspirantes), el grupo racial, la inmigración y los orígenes familiares, la orientación sexual, la religión, la clase social, entre otras. Además de ello, los temas que cada uno maneja como su ventaja comparativa también abren un abanico muy extenso para la articulación de ofertas políticas, incluida la tecnología, el cambio climático, el papel internacional de Estados Unidos, por mencionar algunos.

Detrás de Biden y Sanders, las encuestas detectan un segundo bloque de aspirantes, con apoyo menor pero importante, de entre 4 y 10 por ciento, en el cual se incluyen a las senadoras Kamala Harris y Elizabeth Warren, así como a Beto O'Rourke y Pete Buttigieg, este último un político abiertamente homosexual que ha sido capaz de ganar elecciones en Indiana, una plaza tradicionalmente conservadora, y aparece en tercer lugar en Iowa y New Hampshire, los sitios icónicos del arranque de los caucus y primarias, respectivamente.

Detrás de ellos aparecen los demás aspirantes, con menciones de menos de 3 por ciento. Pero eso a estas alturas no dice más que el reconocimiento de nombres a nivel nacional, y hay que estar listos para ver cómo alguno de ellos pudiera eventualmente despuntar, una vez se coloque en la vitrina nacional. Hay que recordar que al inicio Donald Trump no figuraba como ganador entre los aspirantes republicanos, pero tuvo un meteórico ascenso en las encuestas a costa de sus rivales durante las primarias.

Ya hablaremos del lado republicano más adelante. Pero, en estos momentos, tanto la contienda interna demócrata, como la elección presidencial, son de pronóstico reservado.

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