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¡No te enojes! Toma el control emocional de tu liderazgo

El mal manejo de las emociones puede llevar a malentendidos y conflictos en el trabajo, lo cual perjudica las relaciones en equipo, señala Alberto Tovar.

Sin duda, todos coincidimos en que la comunicación es fundamental en las relaciones humanas, en particular en el contexto laboral. Un manejo inapropiado de la ira puede ser comparado con un cáncer que destruye y provoca daños irreparables. Abordar este aspecto es un desafío real en el ámbito del coaching empresarial, al dificultar el progreso hacia los objetivos.

El enojo es un tema ancestral; de hecho, Aristóteles ya lo debatía en su obra “Ética a Nicómaco”, al tratar la virtud de la templanza y el control de las emociones. Nos dejó una frase que sigue vigente: “Cualquiera puede enfadarse, eso es fácil. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, c on elpropósito justo y del modo correcto, eso no resulta tan sencillo.”

Cuando se deja de gestionan la ira, se experimentan distintos efectos negativos en sus relaciones. Surgen malentendidos y conflictos, lo que perjudica el trabajo en equipo.

Asimismo, el estrés y la ansiedad se incrementa tanto para la persona enojada, como para quienes le rodean. Esta situación llega a disparar enfermedades o desgaste emocional si no se trata bien.

Un líder sin dominio de sus arrebatos termina expresando palabras de las que luego se arrepiente, empleando un lenguaje que lastima la comunicación y deteriora su imagen.

Es común que algunos piensen erróneamente que mostrar enojo desenfrenado es un símbolo de poder, cuando en realidad denota una debilidad de carácter.

La falta de autocontrol sobre la ira también conlleva consecuencias para la empresa en general, como la disminución de la productividad y la eficiencia. Esto tiende a generar un ambiente tóxico y propiciar la pérdida de talento. El problema se agrava si el líder presenta un coraje descontrolado, ya que estos comportamientos pueden ser “contagiosos” y propagarse con rapidez a lo largo de la organización.

Enfrentar la ira no es tarea sencilla, pero reconocerlo constituye un gran paso en la dirección adecuada. Al ser conscientes de este desafío, podemos comenzar a trabajar en ello y tratar de limitar los daños ocasionados. En este sentido, el coaching ejecutivo es una herramienta invaluable para desarrollar habilidades emocionales y prevenir conflictos.

Un manejo apropiado de las emociones resulta crucial para mantener relaciones interpersonales saludables y garantizar el éxito empresarial. Como bien dice el refrán: “el que se enoja, pierde”.

¿Has tenido experiencias de ira en donde laboras? Coméntame en redes sociales como LinkedIn, Instagram o Twitter.

Alberto Tovar

Alberto Tovar

Economista, especializado en negocios y finanzas personales; certificado como coach de vida y equipos. Actualmente es el Director Regional de la Zona Norte de El Financiero. Ofrece conferencias, consultoría y coaching a organizaciones diversas.

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