Mis Finanzas y Coaching

Discusiones y acuerdos: el poder de las percepciones

Lo importante en una discusión es poder dejar el ‘yo’ y llegar a acuerdos, explica Alberto Tovar.

Cuando tienes una discusión, una negociación o una conversación pendiente con alguien, es usual que te recomienden ponerte en sus zapatos, para sensibilizarte de lo que piensa el interlocutor y siente la persona con la cual estás tratando. Definitivamente es un buen consejo, pero puedes hacer más en el proceso.

En general, hay cuatro posiciones perceptuales a considerar y la mejor forma de entenderlas es recordar una situación en particular en la que hayas estado a punto de salirte de tus casillas.

1.- Primera: es la perspectiva personal, que se origina en el “yo”. Si se quiere conceptualízala como una posición egoísta en donde lo único que interesa es la afectación y/o ganancia a obtener.

Si todas las partes se aferran en esta postura será difícil que lleguen a un consenso, puesto que podrá haber elementos irreconciliables.

2.- Segunda: es la de argumentar como si tú fueras la otra persona y va más allá de “comprender”, y consiste en “sentir” sus ideas. Es encontrar la empatía, pues, aunque no se esté de acuerdo con lo que plantea, es factible aceptar las razones por las cuales lo hace.

Aquí puede haber una posibilidad de pacto, porque si los dos en cuestión se aplican a entender al otro será más fácil descubrir un “lugar” en donde los dos estén dispuestos a ceder.

3.- Tercera: Esta es una perspectiva de observador, en donde uno se sale de la dinámica, que por lo regular suele ser desgastante, y se convierte en el espectador para generar una opinión adicional.

Como se trata de otra persona figurada, puede haber incluso una autocrítica y reconocer espacios. Es una conducta que lleva a la madurez, a tranquilizar ánimos y a buscar consensos.

En ese momento se empieza a “pensar fuera de la caja” y pueden revelarse nuevas alternativas.

4.- Cuarta: En este sitio, se analiza todo el sistema y, en sentido imaginario, se es capaz de percibir el entorno completo. Ver a los dos discutiendo y además al observador.

Cuando se toma la cuarta posición exploramos la relación holística de lo que se habla y estimamos las consecuencias. Es una postura fría y las decisiones tienden a ser menos emocionales.

Como te darás cuenta, cada posición aporta al entendimiento y ayuda a llegar a los acuerdos.

¿Has tenido alguna discusión sin resolver? Coméntame en redes sociales como LinkedIn, Instagram o Twitter.

Alberto Tovar

Alberto Tovar

Economista, especializado en negocios y finanzas personales; certificado como coach de vida y equipos. Actualmente es el Director Regional de la Zona Norte de El Financiero. Ofrece conferencias, consultoría y coaching a organizaciones diversas.

COLUMNAS ANTERIORES

Finanzas para niños: crecer en la era de la IA
¿Estás buscando soluciones de manera equivocada?

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.