Alberto Muñoz

Orgasmo, torpedos y patentes: Hedwig Eva Maria Kiesler

Mejor conocida como Hedy Lamarr en Hollywood, la actriz fue parte del desarrollo de la generación de una tecnología que pudiera ser utilizada contra los nazis, relata Alberto Muñoz.

Hedwig Eva Maria Kiesler, mejor conocida como Hedy Lamarr, fue una mujer singular.

Junto con su amigo George Antheil lograron diseñar y patentar un generador de frecuencias concebido inicialmente para generar una señal portadora de frecuencia variable (variable frequency carrier oscillator) difícil de ser identificada y que pudiera servir como sistema de control remoto indetectable para dirigir torpedos.

La vida juntó sus intelectos en un perfecto acto de serendipia: tocando al piano, Hedy identificó cómo generar una sincronía armónica -intercalando octavas- y concluyó que con el expertise mecánico de George se podía concebir su tan ambiciado deseo de lograr articular mecanismos para dirigir torpedos ante la amenaza Nazi.

Todo esto a los inicios de la Segunda Guerra Mundial. Hedwig nació y creció en el seno de una tradicional familia vienesa del Siglo XX. De familia judía, supo capitalizar su enorme capacidad actoral y se distinguió en el teatro vienés, donde llamó la atención en cierto de momento de un relevante fabricante de armas, que además de aristócrata era un simpatizante del Nazismo y hacía jugosos negocios con Mussolini.

Hedy pasó por una etapa muy complicada buscando consolidar su rol como actriz; había sido la principal estrella de la película Ecstasy (1933), donde hizo historia al escenificar el primer orgasmo femenino en la pantalla grande: ese orgasmo la persiguió durante mucho tiempo, pasando por arranques de celos de su marido armamentista, hasta que logró escapar y huir a Hollywood, previo a la anexión de Austria a Alemania.

La destrucción de la embarcación del City of Benares con decenas de niños a bordo por parte de los Nazis, detonó en Hedy la necesidad de consolidar la tecnología necesaria para solventar varias de las limitaciones del ejercito Nazi que ella misma había detectado en sus cenas de alcurnia organizadas por su marido.

La historia completa la pueden ver en el documental Bombshell, The Hedy Lamarr o leer en la divertido libro de Marie Benedict, La Única Mujer, recién publicado por Editorial Planeta.

La obra de Marie es una divertida novela en primera persona donde Hedy nos va narrando su historia y percepciones de todo su recorrido histórico. La voz que da vida a Hedy en el libro de Marie reclama de manera constante el machismo imperante al que es sujeta la mujer, la actriz, la esposa, la inventora e incluso el personaje político en potencia que hubiera podido significar si quizás no hubiera sido tan famosa en Hollywood.

La vida y obra de Hedwig Eva Maria Kiesler ilustra los imperantes pendientes que tenemos como sociedad con el fin de promover y fomentar las condiciones que den lugar a la no discriminación, igualdad de oportunidades y de trato entre los géneros y sobre todo el ejercicio de todos los derechos de las mujeres y su participación equitativa en la vida política, cultural, económica y social.

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