Alberto Muñoz

Team Science, hacer ciencia (y goles) en equipo

La ciencia en equipo apunta a reconocer la importancia del esfuerzo colaborativo para abordar retos científicos.

Se acerca el mundial de fútbol y las emociones crecen. Llegará el día en que todo se desvanecerá y la nación entera regresará a su normalidad. Parece que los Mexicanos no sabemos trabajar en equipo. Recuerdo mucho el agrio comentario de un gran amigo “Somos 110 millones de Mexicanos y ¿No hay 11 que le peguen bien al balón?”. Y lo que yo siempre he pensado es que seguramente tenemos más de 11, pero quizás todos le quieren pegar al mismo tiempo y en diversas direcciones.

En términos generales, Team Science (la ciencia en equipo) apunta principalmente a reconocer la importancia del esfuerzo colaborativo para abordar retos científicos que pueden aprovechar las capacidades y experiencias de profesionales entrenados en diferentes áreas.

La primera experiencia de trabajo profesional nos enseña claramente lo alejados que estamos en el aula del mundo real, ahí donde todo sucede. No hace mucho tiempo que las universidades en México han tomado en serio éste problema. Por más que tengamos aparatos burocráticos certificados en ISO 9XXXX, los resultados de la poca sinergia en nuestra industria, así como su reflejo en la limitada productividad no van de la mano con romper récords de muchas horas promedio de trabajo, tal y como algunos estudios internacionales reflejan. Lo mismo sucede en los ámbitos más especializados como son la innovación, el desarrollo tecnológico y la ciencia de frontera. Viendo los números, algo estamos haciendo mal.

Durante los últimos 10 años, aquellos que nos hemos dedicado a cosas estrafalarias como la robótica y la inteligencia artificial, de pronto somos objeto de inspección e interrogatorio, como reflejo de una acelerada apropiación social de ciertos aspectos de la tecnología, dichos términos están de moda. Las preguntas no son nuevas, pero cada vez son más las personas que sienten serán abstraídas de la realidad y volcadas al Metaverso sin boleto de entrada ni compensación psicológica de salida. Para muchos padres de familia, sus hijos ya han sido secuestrados por la tableta o por el celular, otros por TikTok y otros por Instagram.

Hace unos meses me reincorporé al Sistemas Nacional de Investigadores, en particular al área IX correspondiente al área multidisciplinaria. Durante mi carrera profesional de investigador y tecnólogo he viajando desde el área I (matemáticas) hasta el área IX, he publicado papers en revistas internacionales, dirigido tesis desde licenciatura hasta doctorado, obtenido patentes, fundado empresas, dirigido grupos grandes de innovación y siempre he estado involucrado en áreas más allá de mis fronteras de especialización temática. He podido trabajar con biólogos, matemáticos, físicos, médicos, abogados, financieros, petroleros, civiles, etc.

Dichas interacciones y su complejidad son en ocasiones difíciles de manejar, sobre todo cuando el producto implica la satisfacción de un tercero alejado del ámbito o materia de estudio propia de los actores o diseñadores. Desde el universo de la innovación se han probado cientos de fórmulas y aunque no se ha descubierto el hilo negro, si se han logrado implementar técnicas para acercar al cliente/usuario al equipo de concepción y desarrollo lo más expedito posible.

Las universidades y centros de investigación han ido adoptado prácticas tomadas del mundo ejecutivo e internacional, principalmente de lo conocidos como Think Tanks avalando prácticas multi e interdisciplinarias aportando incluso a la conformación de la denominada la “ciencia del Team Science” (la ciencia del trabajo científico en equipo).

Al parecer hay esperanza, con una sociedad cada vez más digital, podemos abordar la modernidad con herramientas y apoyados en resultados científicos que nos permitan superar las dificultades para ponernos de acuerdo. Hay mucho que estudiar sobre Team Science. De pronto encontramos al menos 11 que sepan pegarle al balón hacía la portería del contrincante.

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