Alberto Muñoz

Genius Makers de Cade Metz

Cade Metz nos platica en su libro ‘Genius Makers’ sobre la antropología cibernética del estado del arte en el desarrollo reciente de las redes neuronales.

Genius Makers (https://www.amazon.com/-/es/Cade-Metz/dp/1524742678) es la perfecta obra inconclusa.

Cade Metz nos platica sobre la antropología cibernética del estado del arte en el desarrollo reciente de las redes neuronales.

Su libro podría ser encontrado por algunos extraterrestres y concluir “Qué humanos son estos seres inteligentes”.

En su libro, Cade nos comparte lo apasionante que es dejar la ciencia en manos de la voluntad.

Las empresas de las economías más dinámicas del planeta sobreviven gracias a la última migración intelectual europea.

Un británico y dos franceses llegan a USA y a Canadá a enseñarle a los pobres primitivos cómo hacer chambritas inteligentes con alambres, objetos mimetizadores y emuladores de cómo pudieran ser las neuronas.

Además, con el paso de los años, estos 3 mosqueteros, junto con la ayuda de Cade, nos explican algunos conceptos con tal claridad que sacan a cualquiera del oscurantismo tácito de la magia detrás de la pantalla.

Cade nos lleva de viaje no solo por el tiempo, sino que además nos hace oscilar entre lo necesario, lo posible, lo deseable, lo prohibido y lo realizable de la tecnología.

Muchas frases y actitudes de Hinton, me recordaron a uno de mis grandes mentores, el Dr. Jesús Figuero (RIP): “No vuelvas hasta haber leído este paper” y rájales, ahí te iba otro.

A principios de los noventa recibir un paper era el mejor regalo que podrías recibir. Eran como mini libros, pero gratis y además, con tarea.

Yann Lecun es famoso por su buen humor y su frase “Yo siempre supe que tenía razón” dando soporte a su posición intelectual de no jamás haberse alejado de las redes neuronales.

Metz nos dice mucho, pero no nos dice todo. Y no porque no quiera, pero como buen escritor nos da una cátedra de antropología y nos deja todavía mucho por descubrir.

De mis temas favoritos en la obra de Metz es el tema de las patentes: de ahí sale justamente el dictamen sobre el valor o costo de un VC (venture capitalist), sepa o no de tecnología.

Los abogados y evaluadores que soportan a un VC harán un “time back” para discernir el costo de adquirir un monstruo, que por muy pequeño que sea, puede implicar litigios en los que nadie quiere entrar.

Metz resalta de manera muy simple, el elemento bisagra en la creación e implementación del software en su carácter antagónico de la propiedad industrial, pero no se equivoca en ningún lado. Cuida las formas a la perfección.

Los tres mosqueteros europeos son, básicamente, científicos. Del que pareciera se le olvida un poco y no escatima su posición de gauche caviar, es Yann Lecun, a quien el autor en la primera oportunidad lo describe reticente al negocio puro; sobre Bengio no es necesario defender mucho, basta una frase puesta en sus labios “Con ciertas empresas, ni a la esquina”. Y del gran Hinton, su decanatura romántica y ya legendaria, apenas describe un travieso desliz (de tan solo 44 millones de dólares) y aventura en la que poco faltó para decir “me obligaron”.

La arqueología a la que yo los invito, es justamente a hacer sus propias búsquedas en Google Patents con los nombres de todos estos genios. Se llevarán una agradable sorpresa: el software libre no está divorciado de las patentes. Y es muy sencillo: se patentan los inventos, los métodos y si se requiere, se describe el algoritmo. Y el código viene después, puede ser en Basic, Cobol, C, C++, Python o R, con tal de que funcione bien y que genera, jugosas ganancias.

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