Vivimos una era en la cual la sociedad, producto de sus actividades cotidianas apoyadas en las tecnologías, genera enormes cantidades de información; hablamos de mil 145 billones de megabytes en el mundo diariamente, lo cual se convierte en grandes repositorios que, en la mayoría de los casos, no hemos sabido explotar.
Más relevante cuando hablamos de datos en posesión de las instituciones públicas, cuyo acceso aporta ventajas y beneficios importantes como la rendición de cuentas, la evaluación del desempeño o la participación ciudadana en la toma de decisiones públicas y la elaboración de soluciones conjuntas a los problemas públicos.
Se acostumbra a pensar en la transparencia como una serie de requisitos que las instituciones tienen que publicar en Internet. Generalmente, estos se satisfacen por medio de la publicación de documentos digitalizados o datos obligatorios según la Ley de Transparencia aplicable a cada entidad.
Sin embargo, aún queda un universo de información que sigue siendo de acceso limitado, porque no existe un mandato explícito que promueva su apertura, esto es, las bases de datos almacenadas por cada institución pública de este país. Es por ello que actualmente vivimos una revolución sobre la manera en la que entendemos la transparencia y la apertura de los gobiernos a través de la publicación de datos abiertos.
Entonces, las preguntas son, ¿qué debemos hacer para abrir, utilizar y aprovechar estos datos, de modo que impacten positivamente en la calidad de vida de las personas? ¿cómo lograr que toda esta información sea realmente útil para la sociedad y para el gobierno?
La historia de los datos abiertos en México es relativamente nueva, pues se remonta a no más de 10 años. Aunque en este periodo, también hemos tenido avances importantes que van, desde la creación de políticas públicas hasta el desarrollo de iniciativas para el aprovechamiento de datos públicos.
Por ejemplo, desde el INAI hemos contribuido por medio del diseño de estándares de datos y de iniciativas como #ContratacionesAbiertas, #ComisionesAbiertas, #InfraestructuraAbierta y #PublicidadAbierta. También, por motivo de Covid-19, hemos publicado un portal para descargar, en formatos abiertos, 13 mil 326 solicitudes de acceso a la información asociadas a este tema.
No obstante lo anterior, aún enfrentamos múltiples retos en esta materia. Por esta razón, el pasado 11 y 12 de mayo llevamos a cabo, junto con Codeando México A.C. y 30 organizaciones co-convocantes, la Conferencia Nacional de Datos Abiertos en México (DATACON) 2021. Allí, contamos con la participación de 70 panelistas, entre personas académicas, expertas, servidoras públicas e integrantes de organizaciones de la sociedad civil, del sector privado y de organismos internacionales. Analizamos y discutimos el estado de la agenda de datos abiertos en México, presentamos e intercambiamos experiencias y mejores prácticas y, generamos insumos rumbo a la construcción de una Política Nacional de Datos Abiertos.
La DATACON fue un primer espacio de reflexión que nos permitió identificar la ausencia de una política de Estado para la promoción de los datos abiertos, la falta de continuidad de esta agenda, así como la carencia de criterios que nos permitan definir los procesos de apertura en todo el país.
El INAI y el Sistema Nacional de Transparencia se quedan con una importante tarea para convocar a la construcción de una política que contribuya a la generación y publicación de más y mejores datos para todas y todos. Para ello, será fundamental contar con el apoyo de instituciones que han impulsado esta agenda, como el INEGI, y los gobiernos e instituciones públicas de los tres órdenes de gobierno.
Sin duda, la primera edición de la DATACON fue un ejercicio exitoso que abona a la democracia, y que nos permitirá avanzar en este asunto, tan necesario para el mundo y para nuestro país dada la era y el contexto que vivimos.
#PorUnINAIparaTodasYTodas
Más información, en: http://datacon.mx/