New York Times Syndicate

Una villa confiscada se vuelve el primer museo en un ‘poblado de la mafia’

El Museo Capodimonte en Nápoles albergará unas 20 pinturas prestadas por la Galería Uffizi de Florencia. Y hasta ahí no habría nada raro, sólo que la ciudad es considerada como un bastión del grupo de la delincuencia organizada conocido como la camorra.

CASAL DI PRINCIPE. Si la Galería Uffizi en Florencia, conocido como uno de los centros más notorios de la delincuencia organizada de Italia, es el tipo de lugar que la mayoría de los turistas suele evitar.

Así que no fue sin una considerable dosis de ambición, y con miras a exponer un punto, que las autoridades decidieron convertir una chillona villa confiscada a un jefe local de la mafia en un museo temporal, en un poblado que nunca había tenido uno.

Quizá un aspecto más excepcional sea que la Uffizi, a la par del Museo Capodimonte en Nápoles, haya apoyado el esfuerzo. Juntos, han prestado casi 20 pinturas para una exposición enfocada a contribuir al rompimiento de la ''opresión militar de esta tierra'', como llamó el alcalde de Casal di Principe, Renato Natale, al añejo control de la mafia sobre la región.

Antonio Natali, el director de la galería Uffizi, museo administrado por el estado, mostró el mismo énfasis con respecto a la importancia de la exposición. ''Fue un gesto fuerte, los préstamos de obras de museos como el Uffizi y el Capodimonte'', dijo. ''Es así como el estado muestra que está presente''.

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La expo en sí está cubierta de simbolismo deliberado. Las pinturas son en su mayoría de los seguidores del artista barroco Caravaggio, quien tenía vínculos con Nápoles, aproximadamente 40 kilómetros al sur en la región de Campania, desde hace largo tiempo atrás un bastión del grupo de la delincuencia organizada conocido como la camorra.

Al principio, hubo cierta sorpresa de que la Uffizi prestaría nueve pinturas invaluables a un poblado que, no hace mucho, estaba apareciendo en titulares periodísticos como la base principal de uno de los grupos más poderosos dentro de la camorra, el clan Casalesi. Pero, como se prometió, las pinturas llegaron bajo guardia armada a finales del mes pasado.

''La gente en Casal estaba acostumbrada a ver a la policía escoltando a mafiosos; fue todo un placer verlos escoltando más bien obras de arte'', dijo Antonella Diana, historiadora del arte que trabaja para la Reggia di Caserta, otra institución cultural que prestó una obra a la exposición, la cual se titula ''La luz derrota a las sombras''.

Para seguir con este título, la expo presenta artistas que, como Caravaggio, usaron una distintiva técnica de claroscuro para hacer que sus figuras surjan de sombríos fondos.

Sin embargo, el título es también una metáfora no tan sutil del brillante futuro que funcionarios locales visualizan para su poblado tras años de oscuridad.

En el pasado, miembros de la camorra infiltraron algunos gobiernos municipales y el clan Casalesi estaba metido en una diversidad de empresas, incluyendo narcotráfico construcción, disposición de desechos e incluso producción de leche. Apenas hace unos cuantos años atrás, dicen pobladores locales, el derramamiento de sangre en las calles era común.

''Es un milagro: una señal de la voluntad de empezar algo por entero diferente en un territorio que es uno de los centros históricos de la camorra'', dijo Roberto Saviano, periodista investigador que escribió un libro entre los más vendidos, ''Gomorra'', acerca de la mafia central de Italia.

''Lo que reviste importancia es que ellos enviaron arte, y no solo cualquier arte, sino arte que vale algo'', dijo Saviano, quien nació en Casal di Principe, por teléfono. ''Eso significa que hay fe en el territorio''.

Existe también una fuerte nota de reivindicación en el sentido que el préstamo haya venido de la Uffizi. La mafia hizo estallar una bomba en la galería Uffizi en 1993, matando a cinco personas y dañando docenas de obras en un ala que albergaba pinturas de seguidores de Caravaggio.

Una de las obras dañadas, ''Concierto'', de Bartolomeo Manfredi, que casi fue destruida en el bombazo, está siendo expuesta aquí tras algunos trabajos de restauración.

Natali, director de la Uffizi, dijo que la decisión de prestar las pinturas era ''un riesgo calculado'', tomado solo tras garantías en el sentido que las obras estarían seguras.

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Con frecuencia, los activos confiscados a la mafia son consignados a organizaciones sin fines de lucro. La villa donde se está llevando a cabo la exposición solía pertenecer a un jefe relativamente menor de Casalesi, Egidio Coppola, conocido como Brutus, y el estado la incautó tras su arresto hace casi dos décadas.

La villa fue dedicada en 2005 a Don Peppe Diana, sacerdote local asesinado por la Camorra en 1994. Al principio fue usada como centro de acogida para niños.

En una región donde buena parte de la arquitectura local de jefes de la mafia parece haber sido inspirada por la película ''Scarface'' de 1983, la villa es un ostentoso estudio de concreto, protegida por altos muros.

Para la expo, la estructura fue cubierta por una malla rojo brillante para tapar ''los falsos mitos'' perpetrados por la camorra y reemplazarlos con ''nuevos valores'', dijo Raffaele Semonella, uno de los arquitectos que renovó la villa.

En su libro ''Gomorra'', Saviano describe su poblado natal como la ''capital del poder emprendedor de la camorra'', y al clan Casalesi como una afiliación de pandillas de poblados cercanos ''vinculadas por intereses económicos en común''.

Dos décadas de arrestos y juicios han frustrado severamente a la organización. Incluso así, en marzo, la policía arrestó a una docena de personas acusadas de estar afiliadas con una facción de la pandilla bajo varios cargos, incluyendo extorsión.

Aunado a lo anterior, se emitieron órdenes de aprehensión en contra de algunos miembros que ya están en prisión. La fiscalía los acusa de seguir haciendo negocios desde sus celdas.

''Actualmente, los viejos jefes que gobernaron el clan están ya sea en la cárcel o colaborando con el estado'', mientras su principal contacto político enfrenta juicio, dijo Dario Del Porto, periodista que publicó un libro este año sobre la Casalesi con un fiscal contrario a la mafia, Antonello Ardituro.

El estado, agregó del Porto, está enviando un fuerte mensaje ''con la reestructuración de una villa y abriendo un museo en un lugar que nunca ha visto a un turista''.

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De hecho, el museo ha atraído visitantes de lugares fuera de la ciudad, atrayendo un modesto estímulo para los cafés y restaurantes del poblado.

Aproximadamente 80 jóvenes fueron reclutados como guías para la exposición, pero también para explicar los entresijos de la camorra y el ''renacimiento del pueblo'', dijo Alessandro De Lisi, consultor del ayuntamiento. Él será el director general del proyecto que administrará el sitio de la exposición tras el final de la presente expo, en octubre.

Además, estimó que si el sitio lograra seguir activo con nuevas iniciativas, podría suministrar alrededor de 20 empleos en el futuro. ''Nuestra idea consiste en seguir y pedirles a museos internacionales que vengan'', explicó.

Una de las inquietudes, concedieron organizadores, es si vendrá la gente. ''Sería una victoria para la camorra que poca gente fuera a ver la exposición'', dijo Natali, el director de Uffizi. ''Esa sería una señal de fracaso''.

La mayoría de los 22 mil residentes del poblado ha apoyado los cambios, destacó el alcalde, Natale. De cualquier forma, estimó que de 3 mil a 4 mil pobladores seguían ''atados a una cultura que se opone a este clima renacentista'', refiriéndose a la camorra. Él sigue trabajando con miras a ganárselos.

La exposición, dijo Natali, de la galería Uffizi, es un paso adelante con miras a eso y vale la pena los riesgos. ''Se tiene que actuar si se quiere expresar un punto'', dijo. ''De lo contrario, nada ocurre''.

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