New York Times Syndicate

¿Te atreves a invertir en vinos?

El Bottled Asset Fund, que dirigen Mora y unos cuantos amigos, es parte de una nueva generación de vehículos de inversión alternativos, fondos con el propósito específico de invertir en vinos de calidad superior, no para beberlos, sino para obtener ganancia.

Mientras la crisis financiera consumía a Wall Street en 2008, James Crol se fue a trabajar por su cuenta abandonando su empleo como director de inversiones del gestor de fondos Cohen & Steers, donde era un inversionista en acciones inmobiliarias bien remunerado.

Corl pensó que habría oportunidades en los bienes raíces en apuros y creó su propio fondo de capital de riesgo para buscar esas transacciones. "Tiempos diferentes requerían estrategias diferentes", señaló.

Por ser amante del vino, al mismo tiempo empezó a rondar las subastas vinícolas locales. La mayoría de los compradores guardaba el dinero, los restaurantes vacíos no surtían sus cavas y Corl pudo aprovechar borgoñas francesas con valor de decenas de miles de dólares con 40 por ciento de descuento.

"Principalmente, soy autodidacta, y sé lo que me gusta", comentó. "Soy hombre de borgoñas, y sabía que eran precios que nunca volvería a ver".
Su éxito en las subastas envalentonó a Corl. Así es que en 2010, cuando lo invitaron a invertir en un fondo de vinos, no lo dudó y entregó 500 mil dólares a un grupo liderado por Jorge Mora, un banquero en inversiones con un sofisticado paladar y olfato para los negocios.

El Bottled Asset Fund, que dirigen Mora y unos cuantos amigos, es parte de una nueva generación de vehículos de inversión alternativos, fondos con el propósito específico de invertir en vinos de calidad superior, no para beberlos, sino por las ganancias.

"En un mundo de gran incertidumbre sobre a dónde van los mercados financieros, el vino es un activo real", dijo Mora. "Y cuando hablas de los nombres principales, es un activo diezmado. La prima aumenta cada vez que se descorcha una botella y son menos los que están disponibles".

Se invierten cientos de millones de dólares en fondos de vinos, que apenas aparecieron hace unos 15 años. La mayoría se operan desde Londres y se invierte principalmente en vinos franceses, que dominan el mercado de los vinos de lujo. Y mientras muchos fondos han tenido unos cuantos años inestables, y algunos clientes de altos ingresos se han quedado en la estacada, unos cuantos fondos han podido vencer sistemáticamente a los mercados de valores.

Cuatro años después, esa inversión inicial de Corl empezó a pagar dividendos.

El Bottled Asset Fund pagó su primera distribución hace poco – 20 por ciento del desembolso inicial del inversionista – y planea hacer una por el mismo porcentaje cada seis meses, durante el siguiente par de años.

Socios limitados del Bottled Asset Fund como Corl esperan duplicar, cuando menos, su dinero durante los cinco años de vida del fondo.
Corl dijo que su inversión en el fondo de vino resultaría ser aún más lucrativa que la que hizo en las subastas.

"Si tuviera que liquidar todo lo que obtuve en subastas, no sería ni dos veces el múltiplo de las acciones netas", dijo. "Estos tipos han superado mis propias inversiones personales en borgoñas".

NO TODO ES MIEL SOBRE HOJUELAS

No a todos los fondos les ha ido tan bien como al Bottled Asset. El año pasado, el Vintage Wine Fund, que otrora tuvo más de 100 millones de dólares bajo su gestión, regresó el dinero a los inversionistas y se acabó. Los culpables fueron el torrente de amortizaciones, un mercado impredecible para los vinos en su cartera y pésimos rendimientos.

Reguladores en Luxemburgo suspendieron el año pasado a otro fondo prominente, el Nobles Crus, que también llegó a manejar más de 100 millones de dólares, por quedarse sin liquidez y no poder pagarles a los inversionistas. Mientras tanto, Wine Asset Managers, un fondo londinense con cerca de 20 millones de dólares bajo su gestión, sigue operando, pero el valor de su cartera bajó respecto de su punto máximo.

"En su mayor parte, los fondos de esta naturaleza no están regulados", señaló Miles Davis, un socio en Wine Asset Managers, y corredor de bolsa en Bear Stearns. "No hay quien vaya a inspeccionar las tasaciones".

En cambio, los gerentes de los fondos asignan valores a sus activos con base en los resultados de las subastas y el Liv-Ex, una bolsa que rastrea el valor de cosechas prominentes. Estas prácticas llevaron a problemas que afectaron a Nobles Crus y Vintage Wine Fund, e hizo que la inversión en fondos de vinos fuera inherentemente riesgosa.

Los fondos de vinos también se arriesgan porque invierten mayormente en los mejores borgoñas franceses y vinos de Burdeos, lo que significa que rastrean al mercado vinícola más amplio. En los buenos tiempos, eso puede ser un beneficio para los fondos. Durante un par de años a partir de 2009, compradores chinos causaron revuelo en el mercado internacional, al comprar millones de dólares en tintos franceses finos.

"Querían cualquier cosa que pudieran conseguir", notó Davis. "Todo se trataba del consumo visible, de comprar etiquetas, de presumir, de obsequios, hasta de corrupción, probablemente. Eso hizo subir los precios".

Sin embargo, a mediados de 2011, conforme el nuevo gobierno se preparaba para tomar posesión en China, se terminó el derroche. Las ventas de los burdeos toparon con pared, cayeron los precios en las subastas y tocó fondo el valor de muchos vinos, propiedad de los fondos.
"Se calmaron con ese derroche y el vino fue uno de los principales beneficiarios", señaló Davis. "Se había acabado completamente toda esa revolución".

La mayoría de los fondos de vinos son abiertos, lo que significa que los inversionistas compran acciones en un vehículo de inversión que es dueño de una enorme reserva de vinos finos, y pueden solicitar que se les regrese su dinero en cualquier momento. Esencialmente, es como comprar un fondo indexado que rastrea el mercado más amplio de vinos finos.

LA CLAVE PARA SOBREVIVIR

Algunos, como Wine Asset Managers y otro gran competidor abierto, Wine Investment Fund, han sobrevivido al tumulto de los últimos años mediante una mezcla de buenas inversiones en cosechas, con la buena suerte de que los inversionistas no solicitaron todos al mismo tiempo la devolución de su dinero.

Davis dijo que Wine Asset Managers tenía inversiones de unos 120 clientes, una mezcla de personas adineradas, fondos familiares y clientes corporativos. Después de casi duplicar el valor en el punto máximo del arrebato de compras de los chinos a principios de 2011, el valor de los vinos finos del fondo Wine Asset Managers subió un modesto 20 por ciento respecto de su valor de referencia en 2006.

Sin embargo, en un intento por evitar los caprichos del mercado más amplio, Mora y sus asociados dieron diversos pasos para distinguir al Bottled Asset Fund de sus competidores más grandes.

Mora reclutó a su amigo Sergio Esposito, el fundador de Italian Wine Merchants, para que asesorara en el proyecto. Esposito hizo carrera promoviendo vinos italianos y convenció a Mora que un fondo que, principalmente, tuviera cosechas italianas no estaría sujeto a los vaivenes del mercado más amplio porque es más limitada la cantidad de esos vinos y su demanda es constante.

El fondo de Mora también compra vinos directamente a los productores en Italia en lugar de a los distribuidores, quitando a los intermediarios y, prácticamente, asegurando ganancias.

Y en lugar de imitar las estructuras de los fondos indexados de Wine Asset Managers y Wine Investment Fund, Mora hizo del suyo un fondo cerrado, similar a las tradicionales estructuras de capital de riesgo. Los inversionistas podrían meter una cantidad establecida de dinero y esperar recibir distribuciones en cinco años. Mora y sus socios tomarían dos por ciento por administración y 20 por ciento de ganancias. "El problema con los fondos abiertos es que si la gente se quiere salir, se quieren salir todos al mismo tiempo", señaló.

Mora introdujo el fondo en 2010 con 8.5 millones de dólares bajo gestión. Adquirió una mezcla de vinos italianos raros, producciones nuevas, directamente de los bodegueros italianos y unos cuantos champanes franceses y tintos españoles.

Los vinos están guardados en Octavian Vaults, un búnker de calidad militar, en las afueras de Londres, para proteger la colección del clima terrible.

El fondo está liquidando ahora sus activos mediante subastas y minoristas, y les está pagando a sus inversionistas. A medida que va desapareciendo ese fondo, Mora está aceptando inversionistas para el siguiente Bottled Asset Fund, que probablemente tendrá 20 millones de dólares bajo gestión.

"Desde una perspectiva del riesgo y la recompensa, lo que reunimos es solo ridículamente atractivo", dijo Mora. "Para que nosotros perdamos dinero tendría que haber una bomba atómica que haga volar Londres y destruya nuestra bodega de vino, y a la aseguradora".

También lee: