New York Times Syndicate

Los colombianos le ven futuro a la mariguana

Con la reforma de la legislación sobre drogas en Colombia de 2015, se legalizó el cultivo, procesamiento y exportación comercial de productos de mariguana con fines médicos, con lo que floricultores quieren cambiar de negocio y otras empresas invertir.

RIONEGRO, COLOMBIA. Como muchos señores de la droga, Federico Cock-Correa quiere vender su producto en todo el mundo. En las afueras de Medellín, Cock-Correa está tratando de reemplazar sus enormes campos de flores con plantas de mariguana, con planes de exportar la cosecha.

Pero a diferencia del brutal comercio de heroína y cocaína que floreciera en otros tiempos en las cercanías, su operación tiene el sello de aprobación del gobierno.

En 2015, el presidente Juan Manuel Santos encabezó la reforma de la legislación sobre drogas en Colombia, que tenía 30 años de antigüedad. Entre otras cosas se legalizó formalmente la mariguana medicinal para uso doméstico. Lo más importante, la nueva ley también permite el cultivo, el procesamiento y la exportación comercial de productos de mariguana con fines médicos _ como aceites y cremas _ aunque no de la flor en sí.

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Las autoridades esperaban que esta medida mellara el negocio de narcotráfico en Colombia, creando oportunidades dentro de la ley en una industria que siempre se ha manejado en el mercado negro. Los funcionarios pensaron también que la nueva ley atraería inversiones y le daría un empujón a la economía, aunque se necesitaran varios años para ver los beneficios de las inversiones.

"Es saludable, es científico, es la oportunidad de redimir el nombre del país", afirma Cock-Correa, director de la filial colombiana de PharmaCielo, empresa que trata de capitalizar las nuevas leyes. "Es dejar de producir la planta que mata para producir la planta que cura."

Las empresas colombianas como PharmaCielo piensan que pueden establecerse en la industria de la droga, así como sus rivales ilegales hicieron en el pasado. En Estados Unidos, la industria de la mariguana está empantanada por los choques entre las leyes federales y estatales. Aunque en los últimos se ha legalizado la mariguana en algunos estados, el gobierno federal actualmente impide la importación de cualquier producto de mariguana.

"Pensamos que Colombia podría establecer un exitoso negocio internacional en torno de la exportación de la mariguana médica", señaló en un mensaje de correo electrónico Alejandro Gaviria, ministro colombiano de Salud. "El país está listo para participar en este mercado global emergente."

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PharmaCielo, con sede en Toronto, fue fundada en 2014 y en junio fue la primera empresa que recibió autorización del gobierno de Colombia para manufacturar productos de cannabis. Todavía está en espera de la licencia para el cultivo de la planta.

Otras empresas han seguido sus pasos. En julio, el gobierno otorgó licencias de producción a otra empresa canadiense, Cannavida, y a otra colombiana, Labfarve-Ecomedics. A diferencia de PharmaCielo, Labfarve-Ecomedics se dedicará al mercado interno, lo que le permitirá empezar más prono pues no tiene que esperar a que le expidan la licencia de exportación.

Una vez que reciba la aprobación, PharmaCielo empezará a cultivar mariguana y después procesará la sustancia para fabricar productos médicos que puedan exportarse a Canadá y otros países que permiten la importación de cannabis con fines medicinales.

"A fin de cuentas, esto tiene el potencial de llegar a ser un mercado global medido en miles de millones de dólares", asegura Anthony Wile, capitalista de riesgo canadiense que es uno de los que respaldan a PharmaCielo. Jim Rogers, fundador junto con Georges Soros del Fondo Quantum, es también uno de los inversionistas.

De pie en un predio de 13 hectáreas, donde será el sitio inicial de PharmaCielo, Cock-Correa argumenta que Colombia es ideal para la producción de mariguana, gracias al ventajoso clima y las condiciones del suelo. Esa es la razón de que Pablo Escobar se haya iniciado en el mundo de las drogas en Colombia traficando mariguana.

Desde hace más de 50 años, la región de Rionegro en los Andes colombianos _ donde tiene su terreno PharmaCielo _ ha sido uno de los mejores lugares para la producción de flores destinadas a Estados Unidos y a Europa. La región representa la cuarta parte de toda la exportación de flores de Colombia, el principal proveedor de flores en Estados Unidos.

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Las ricas y verdes colinas de la región están salpicadas de amplios invernaderos, construidos de postes y alambres de soporte, envueltos en simples lonas de plástico blanco. La fértil tierra volcánica nutre crisantemos, claveles y otras flores todo el año.

Pero en el centro de los planes de la compañía están las finanzas.

Cuando la producción marche a todo vapor, PharmaCielo espera producir un gramo de flores de mariguana por unos cinco centavos de dólar. Producir esa misma cantidad en Estados Unidos y Canadá cuesta por lo menos diez veces más.

En Norteamérica, los cultivadores de mariguana por lo general tienen dos opciones: cultivar al aire libre, lo que produce solamente una cosecha al año, o hacerlo bajo techo en almacenes, lo que requiere de mucha energía.

Sin embargo, las compañías que están invirtiendo en Colombia quieren aprovechar los atributos naturales del país para romper ese molde.

"Nuestro crecimiento viene de la luz del sol", explica Marcelo Siqueira, director de operaciones en funciones de PharmaCielo Colombia. En consecuencia, la compañía espera tener cuatro cosechas al año, a un costo sustancialmente menor que el de sus rivales norteamericanos.

Mientras tanto, una red de depósitos ayuda a conservar el agua y, por extensión, a controlar los costos. La fertilidad del suelo significa que la compañía necesitará menos productos como musgo y fibra de coco triturada para ayudar a que crezcan las plantas, lo que no solo ahorra dinero sino que también reduce los desperdicios.

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Por lo pronto, empero, PharmaCielo está en modalidad de espera. Mientras recibe los permisos necesarios, Cock-Correa está plantando flores en las 13 hectáreas de la compañía.

Cock-Correa, que ha estado en el negocio de las flores desde hace treinta años, afirma que el proceso de transición de cultivar flores a cultivar cannabis es bastante directo. Se cuenta con una fuerza de trabajo capacitada, la infraestructura ya existe y el suelo está preparado y listo para plantar.

Una vez que obtenga las licencias necesarias, la compañía calcula que podría estar manejando 243 hectáreas de cultivo activo en dos años. Cock-Correa quiere hacer contratos con otras plantaciones cercanas que actualmente cultivan flores.

En un recorrido por el terreno inicial en mayo, los arriates todavía tenían flores. Los trabajadores se apresuraban a terminar de cortar y empacar los capullos a tiempo para el día de las Madres.

"Todo esto", aseguró Cock-Correa, "será cannabis para el año próximo."

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