New York Times Syndicate

Las personas poderosas deberían tener mascotas

Las mascotas se han convertido para muchas personas en un miembro importante de la familia, ya que no sólo son un símbolo de alegría sino también dan fortaleza en momentos difíciles.

Gillian Tett, dueña de su propio perro, habla con Dianne Feinstein, Blythe Masters y Bob Greifeld sobre los animales domésticos en sus vidas

Hace medio siglo, Harry Truman, el presidente estadounidense, dijo que "los niños y los perros son tan importantes para el bienestar del país como Wall Street y los ferrocarriles". Al parecer no hay muchos políticos que compartan ese sentimiento.

Aunque los candidatos a la presidencia a menudo hacen alarde de sus hijos, especialmente durante las campañas, sus mascotas reciben menos atención. Algunas veces aparecen en fotografías — como el Presidente Obama y sus perros Bo y Sunny — pero no son muy frecuentes las referencias públicas sobre las mascotas. Tienden a estar fuera de la vista, y tal vez fuera de la mente.

Eso tal vez sea un error. Cuando hablas con muchos políticos, empresarios y funcionarios hoy en día, es impresionante cuán emotivos y honestos son con respecto al tema de sus mascotas. Y casi todo el mundo concuerda que sus mascotas no son sólo una fuente de alegría sino también de fortaleza. A fin de cuentas, el verdadero valor de compartir tu vida con un animal no es que te enseña lecciones sobre el mundo natural sino que te recuerda todos los días lo que significa ser humano.

Cuidar a un animal nos enfoca. Nos conecta a una comunidad de otros individuos con mascotas. Crea un ritmo específico en nuestras vidas, y nos obliga a salirnos del torbellino de reuniones, viajes, comunicaciones cibernéticas y estrés para realmente vivir en el "momento".

A los animales no les importa si tenemos un título importante, un plazo que cumplir, colegas molestos, niños enojados o millones de dólares en el banco (o nada en el banco). Los humanos establecemos una conexión con los animales como seres vivientes con necesidades básicas. En un mundo digital, ellos no pueden ser controlados por un teléfono inteligente.

Para ser honesta, no siempre he apreciado el valor de esta relación. Aunque mis dos hijas me pidieron un perro desde el momento en que aprendieron a hablar, yo me negué a hacerlo. Pensé que mi vida era demasiado complicada para lidiar con cuidar, pasear y alimentar a un perro, ni siquiera mencionar recoger sus desechos.

Pero hace unos años, me di cuenta que mi hogar estaba a punto de entrar en el mundo de la ansiedad hormonal de la adolescencia. De alguna manera, quería crear un ancla de estabilidad que no involucrara los medios sociales.

El resultado fue que adquirimos un pequeño bulto de peluche color amarillo, o sea un cachorro golden retriever, y esto tuvo un efecto asombroso: mis hijas dejaron de discutir todo el tiempo y juntas escogieron un nombre, Charlie. Dieciocho meses después, Charlie se ha convertido en el enfoque principal de mi casa. Ella nos obliga a frenar nuestro ritmo de vida y vivir en el momento.

Un aspecto positivo de los perros es que necesitas sacarlos a pasear todos los días. Necesitan ser bañados, alimentados y acariciados. Pasear con un perro en Manhattan convierte a la ciudad en un mundo donde todos me saludan con una sonrisa en la boca (¡es verdad!).

Hasta recoger los desechos de mi perro es una bendición, ya que influye en mi filosofía de vida. Cada vez que lo hago, recuerdo que vivimos en un mundo en el que debemos recoger lo que ensuciamos, aun (o especialmente) si trabajamos en una burbuja elitista. Recoger los desechos de un perro es una lección en humildad; es un ritual que nos convierte en mejores personas.

Así que la siguiente vez que conozca a un ejecutivo empresarial, político o funcionario que me diga que tiene una mascota, celebraré un poco. Yo sé que esto no garantiza que sean personas cívicas, responsables o sabias. Pero en el mundo loco y estresado en el que vivimos actualmente, necesitamos celebrar todas las cosas que destaquen nuestra humanidad. Y los animales domésticos son un buen lugar para comenzar.


Dianne Feinstein

La veterana senadora demócrata de California, de 83 años de edad, divide su tiempo entre sus hogares en Washington y San Francisco

Mi perro se llama Kirby. El criadero nos mostró dos pequeños cachorros Yorkshire terrier del tamaño de una salchicha. Yo dije, "¡No puedo cuidar a un bebé de este tamaño!" Así que me mostraron a Kirby de 18 meses. La llevamos a casa y ahora tiene seis años.

Ella es una gran compañera. No me acompaña al trabajo o a reuniones pero es una viajera entusiasta. Se sienta en su maleta de viaje debajo de mi asiento en el avión y, si tengo suerte y al pasajero junto a mí le gustan los perros, la siento conmigo.

Una de sus mejores cualidades es que es muy cariñosa. Una característica menos positiva es que es un terrier; ¡es un feroz perro guardián! Siempre digo que es mi perro pastor alemán disfrazado de Yorkshire terrier.

He tenido muchos perros — un Setter irlandés, un poodle, dos terrier australianos, machos y hembras — pero este perro es el mejor de todos cuando se trata de amor y amistad. Existe un profundo vínculo emocional entre nosotros. En Washington estoy sola gran parte de tiempo y Kirby es una perfecta compañera.


Blythe Masters

La economista británica es directora ejecutiva de Digital Asset Holdings, una compañía de software de tecnología financiera en Nueva York

¿Cómo se llaman tus mascotas y cuántos años tienen?

Tengo cuatro perros: Apollo "PoPo" (cuatro meses), un pomapoo; Frosty (15 años), un Jack Russell terrier; Scout (ocho años), una mezcla de bóxer y terrier; y Hazard (cinco años), un bóxer.

¿Compartes tu rutina diaria con tus mascotas? 

Apollo me acompaña al trabajo. Cabe en mi bolsa de mano y debajo de un asiento de avión. Los cuatro se pasen el fin de semana en mi casa de campo en New Jersey. Algunos de ellos duermen en mi cuarto, dependiendo de mi capacidad para manejar el caos en la mañana.

¿Cómo mejoran tu calidad de vida?

Todos los días me hacen pensar en lo que es realmente importante: entusiasmo, lealtad, amor incondicional. Si yo me pareciera más a mis perros, sería una mejor persona.

Bob Greifeld

Director ejecutivo de NASDAQ, la bolsa de valores estadounidense, desde 2003

¿Hace cuánto tiempo tienes mascotas?

Las tortugas han sido parte de mi vida desde que vivía en Long Island cuando era joven. Tengo más de una docena.

¿Qué edad tienen?

Sus edades varían desde bebés hasta algunas que tienen 40 años de edad.

¿Cuál es su característica más importante?

Las tortugas son literalmente dinosaurios. Son supervivientes. Demuestran una gran perseverancia que es un ejemplo a seguir para todos.

¿Qué aportan a tu vida?

Las tortugas muestran una especial serenidad en sus movimientos. Observarlas es muy relajante y proporcionan una perspectiva refrescante.

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