New York Times Syndicate

El reciclaje está en crisis y es culpa de los petroprecios

Los bajos precios del petróleo tienen a la industria del reciclaje bajo presión; los plásticos están hechos de los subproductos de la producción petrolera, por lo que para los fabricantes de botellas de agua, contenedores de yogur, entre otros, se ha vuelto más barato comprar plásticos nuevos.

NEWARK, Nueva Jersey.- En una cavernosa instalación de reciclaje atravesada por bandas transportadoras, enormes fardos de botellas de plástico compactadas están apilados uno sobre otro, a la espera de ser vendidos al mejor postor.

Para Waste Management, la compañía que opera la instalación, recolectar, seleccionar y formar fardos de reciclables era hasta recientemente una actividad rentable. Hace un año, Waste Management podía haber alcanzado los 230 dólares por cada fardo de plástico traslucido delgado.

Pero hoy, gracias al exceso de petróleo barato que inunda los mercados mundiales, solo valen 112 dólares cada uno.

"El reciclaje está en crisis", dijo David P. Steiner, director ejecutivo de Waste Management. "Antes, todos los participantes en el ecosistema del reciclaje podían registrar utilidades. Ese ya no es el caso".

Como están aumentando las inquietudes sobre el cambio climático, es un momento difícil para que la industria del reciclaje esté bajo tal presión. Los méritos ecológicos de reciclar son bien aceptados por el público, aunque aún refutados por algunos. Los programas de recolección son comunes.

Sin embargo, el reciclaje es una industria de materias primas. El papel, el metal, el plástico y el vidrio que recolectan, seleccionan y venden los recicladores compiten contra los llamados materiales vírgenes. Y, en este momento, muchas materias primas son baratas.

El petróleo abundante -cuyo precio ha descendido por debajo de los 30 dólares por barril, incluso después de un reciente repunte del 12 por ciento el 12 de febrero- es el más reciente dolor de cabeza para los recicladores. Los plásticos nuevos están hechos de los subproductos de la producción petrolera y gasera. Así que, como abundantes combustibles fósiles saturan los mercados mundiales, se ha vuelto más barato para los fabricantes de botellas de agua, contenedores de yogur y cajas de comida para llevar simplemente comprar plásticos nuevos. Esto, a su vez, está arrastrando a la baja al precio de los materiales reciclados, generando tensión en todos los aspectos de la industria del reciclaje.

En Montgomery, Alabama, Infinitus Energy abrió un centro de reciclaje de 35 millones de dólares en 2014. Para octubre de 2015, estaba perdiendo dinero y cerró. Los reciclables de Montgomery están yendo ahora a un relleno sanitario, y un negocio local anteriormente en auge, United Plastic Recycling, se declaró en bancarrota el año pasado.

En Plaquemines Parish, justo al sur de Nueva Orleáns, Republic Services decidió duplicar las tarifas que cobraba al gobierno local por recolectar y procesar reciclables. El costo era demasiado alto, y el distrito anunció que suspendería su programa de reciclaje, solo para dar marcha atrás después de una protesta pública encabezada por vigorosos jovencitos de séptimo grado.

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Y Waste Management, el mayor reciclador del país, ha reducido el número de instalaciones de reciclaje que opera, de 130 a unas 100, en los dos últimos años, resultando en la pérdida de 900 empleos. En los últimos tres trimestres, los ingresos por las operaciones de reciclaje han bajado 16 por ciento respecto de la misma época del año anterior, a 878 millones de dólares comparado con más de mil millones de dólares.

"La industria del reciclaje está siendo afectada drásticamente por los declinantes precios de las materias primas y el petróleo", dijo Michael Taylor, vicepresidente para comercio internacional en la Sociedad de la Industria Plástica. "Un verdadero temor ahora es que las tasas de reciclaje pudieran bajar. Eso sería una situación horrible".

Gobiernos y empresas locales han pasado décadas trabajando para incrementar las tasas de reciclaje con nueva infraestructura, campañas de educación y una demanda más alta de materiales de postconsumo. Y aunque las tasas de reciclaje varían por material -el periódico y el cartón se reciclan más que el aluminio, el vidrio y el plástico- la estrategia fue en gran medida exitosa. En 2013 se reciclaba un 34 por ciento de los desechos, según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, más del doble del 16 por ciento que se reciclaba en 1990.

Hace unos años, cuando los precios del petróleo y otras materias primas eran altos, estos esfuerzos redituaban; las compañías, ciudades y condados podían ganar dinero a través del reciclaje. Pero combustibles fósiles abundantes y precios declinantes para otras materias primas, incluidos el papel, el aluminio y el cobre -en gran medida resultado del crecimiento más lento en China-, están socavando estas ganancias.

Hoy, algunas empresas y municipios de mentalidad ambiental están enfrentando una realidad incómoda: cuando el petróleo y otras materias primas están tan baratos, reciclar no siempre tiene sentido económicamente.

Hasta hace poco tiempo, los programas de reciclaje eran una improbable fuente de efectivo para muchas ciudades y condados. Gracias a los altos precios de las materias primas, los recicladores como Waste Management realmente pagaban a los municipios por las latas de aluminio, las botellas de plástico y el cartón usados.

Pero los recicladores en todo el país enfrentan pérdidas, y están transfiriendo sus costos a las ciudades y los condados. Cada vez más, los gobiernos locales no están recibiendo nada por sus reciclables, o incluso tienen que pagar a las compañías para que los acepten.

El año pasado, el gobierno municipal de Washington, D.C., pagó a Waste Management 1.37 millones de dólares por aceptar los reciclables que recolectó entre los residentes. Eso representó un marcado giro respecto de 2011, cuando el distrito recibió 550 mil dólares por enviar a la compañía aproximadamente la misma cantidad de material.

El Condado de Orange, Carolina del Norte, que incluye a Chapel Hill, estaba percibiendo unos 500 mil dólares al año por vender sus reciclables a una compañía llamada Sonoco. Pero conforme han caído los precios de las materias primas también lo han hecho los precios que Sonoco puede ofrecer a los gobiernos locales. A partir de febrero, Sonoco no paga nada al Condado de Orange por el papel, los plásticos y los metales que recolecta.

San Antonio percibió 305 mil dólares por la recolección y venta de 79.5 toneladas de reciclables el año pasado. eso fue menos que los 5.2 millones de dólares que la ciudad percibió en 2011, pero mucho mejor que la alternativa. Enviar esos reciclables al relleno sanitario habría costado a San Antonio 2.1 millones de dólares el año pasado.

Sigue habiendo puntos brillantes en la industria. Grandes compañías como Pepsi y Procter & Gamble están comprando más material reciclable para cumplir metas de sustentabilidad. Y hay en marcha esfuerzos para construir nueva infraestructura de reciclaje que pudiera hacer más eficiente a la industria.

Algunos en la industria creen que, por estas razones, el reciclaje continuará prosperando aun cuando sea menos rentable que antes.

"Sigue habiendo algunos clientes para los materiales reciclados, por razones diferentes a las meramente económicas", dijo Taylor de la Sociedad de la Industria Plástica. "El pensamiento es que la demanda crecerá debido a la mayor conciencia ecológica del consumidor estadounidense convencional".

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