New York Times Syndicate

Él amaba su Tesla y fue la primera víctima del piloto automático

Joshua Brown era un aficionado a la tecnología y estaba encantado con su Tesla S; falleció en mayo en un accidente mientras el piloto automático iba al mando de su vehículo.

NUEVA YORK. Joshua Brown amaba tanto a su Tesla Modelo S totalmente eléctrico que le apodaba Tessy.

Y celebraba la función de piloto automático que hacía posible que recorriera las autopistas, haciendo videos de YouTube de sí mismo conduciendo sin manos. En los primeros nueve meses que lo tuvo, Brown recorrió más de 72 mil 420 kilómetros en el auto.


"Conduzco MUCHO", escribió en respuesta a uno de cientos de comentarios de los visitantes en uno de sus dos docenas de videos con el tema del Tesla. Sus publicaciones atraían a incontables entusiastas de los Tesla, quienes tienden a adoptar a los autos con una devoción casi de culto.

También tienden a ser personas a las que les gusta vivir a la vanguardia de la tecnología, lo que en el caso de Brown significó desmantelar bombas para la Armada durante la Guerra de Irak, luego venir a casa a iniciar su propia compañía para extender el servicio de internet a zonas rurales de Estados Unidos. En su tiempo libre, usaba una impresora 3-D para hacer tanques y camiones a escala.

Su Tesla, en otras palabras, era simplemente una extensión más de su vida impulsada por la tecnología. Le llevó a aventuras remotas desde la entrada de grava de su casa de listones de madera color azul pálido donde vivía solo en Canton, Ohio, a una hora al sur de Cleveland.


Pero Brown se convirtió en víctima de una innovación destinada precisamente a personas como él cuando su sedan eléctrico Tesla Modelo S se estrelló con un camión tráiler en una autopista de Florida en mayo, lo que le hizo ser la primera muerte conocida en un vehículo de conducción autónoma.

"Le gustaba principalmente porque era un uso excepcional de la tecnología, y Josh era en mucho un innovador", dijo su amigo Paul Snow, quien recordó cuán emocionado estaba Brown por su Tesla durante un reciente viaje por carretera. "Disfrutaba el hecho de que estuviera disponible la tecnología, que estuviera siendo usada para, irónicamente, aumentar la seguridad en las carreteras".

Los dueños de autos Tesla son un grupo devoto. Inmediatamente después de que la compañía dio a conocer un prototipo de su auto Modelo 3, más de 200 mil entusiastas hicieron depósitos sobre los vehículos, cuyo precio parte desde los 35 mil dólares y no estarán disponibles hasta el año próximo.

A muchos dueños les gusta exhibir sus autos en las redes sociales, creando canciones, rutinas y otras demostraciones de sus diferentes funciones, particularmente para mostrar cómo funciona el piloto automático.

El video más reciente de Brown fue el más popular entre los que hizo. Titulado "Autopilot salva a Modelo S", muestra a Brown conduciendo en una autopista interestatal de Cleveland a Canton. Un camión blanco se atraviesa frente al vehículo de Brown y, según su relato, la función del Tesla hace girar el auto a la derecha, evitando una colisión.

Después de que Elon Musk, fundador de Tesla, llamó la atención en Twitter hacia el video, este se hizo viral.

Brown parecía sentirse eufórico.

"Había dicho: 'Que algo atraiga la atención de Elon Musk, ahora puedo morir e ir al cielo'", dijo con voz entrecortada una vecina, Krista Kitchen. "Estaba absolutamente extasiado, y luego un par de semanas después murió".


En una declaración, la Agencia Nacional de Seguridad del Tráfico en Autopistas señaló que reportes preliminares indicaban que el choque ocurrió cuando un tractor tráiler hizo un giro hacia la izquierda enfrente del Tesla, y el auto no aplicó los frenos. La agencia no mencionó a la víctima, pero la Patrulla de Autopistas de Florida lo identificó como Brown.

Kitchen dijo que Brown, de 40 años de edad, había partido para un viaje familiar en Walt Disney World en Orlando. Sus familiares no respondieron a solicitudes de comentarios. En la casa de Brown, detrás de un amplio jardín bien cuidado, un hombre que respondió a la puerta recientemente dijo que la familia no deseaba hablar con reporteros.

Kitchen y otros describieron cómo Brown ansiosamente compartía su Tesla con amigos, permitiéndoles tomar turnos detrás del volante. Y describieron a un hombre que era ampliamente generoso con su tiempo, quien consistentemente ayudaba a amigos necesitados y quien se mantenía en contacto con sus compañeros veteranos.

Brown asistió a la Universidad de Nuevo México, donde estudió física y ciencias computacionales, pero no se graduó, dijo la escuela. En vez de ello, se unió a la Armada, donde prestó servicio por más de una década y se especializó en desactivar explosivos, según el sitio web de su compañía.

Su servicio incluyó un periodo con el Grupo de Desarrollo de Guerra Especial Naval, conocido comúnmente como SEAL Team 6. Ricky Hammer, un sargento maestre de la Armada retirado que trabajó con Brown en el grupo de desarrollo, dijo que tenía fuertes habilidades computacionales y "era el equivalente a un ingeniero eléctrico aun cuando no tuviera el título".

Los dueños de autos Tesla tienden a compartir un amor por la tecnología, y una ansiedad por adoptar lo desconocido, lo no probado o lo no comprobado. Fotos publicadas en la página de Facebook de Brown muestran un amor por las actividades al aire libre, donde hacía rappel por acantilados y saltaba de aviones por diversión.

Una de las personas asombradas por el lado aventurero de Brown era Terri Lyn Reed, una ejecutiva de cuentas de seguros que dijo que había ayudado a Brown a configurar el seguro de su compañía, Nexu Innovations.

"Probablemente él volaría un F-18 para probarlo", dijo, refiriéndose al jet de combate militar.

El entusiasmo de Brown por la tecnología fue un factor profundamente presente en su trabajo en Nexu, que se especializaba en establecer acceso a internet en áreas rurales del país donde los bosques y las montañas creaban obstáculos para entrar en el mundo conectado.

"Josh sabía cómo sacarle la vuelta a toda la interferencia de todos los árboles y todas las colinas", dijo Cindi Staneski, quien opera el Hickory Run Campground en Denver, Pensilvania, una operación de 32 hectáreas que se convirtió en uno de los primeros clientes de Brown.

"Las grandes compañías no quisieron tener nada que ver con esto", dijo Staneski, y añadió que Brown se había convertido en mentor de su hijo. "Era demasiado difícil, o simplemente querían cobrar una cantidad de dinero extrema, mientras que Josh sentía que merecíamos una oportunidad que todos los demás tenían".

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