New York Times Syndicate

Armas inteligentes… para salvar vidas

Las 80 muertes anuales provocadas por armas en menores de edad motivaron a Kai Kloepfer, de 17 años, a diseñar una “pistola inteligente”.

BOULDER. Justo después de Navidad, Veronica Rutledge de Blackfoot, Idaho, llevó a su hijo de dos años a una tienda Wal Mart para usar las tarjetas de regalos por las festividades. Al pasar por la sección de aparatos electrónicos, según los artículos periodísticos, el infante metió la mano en la bolsa de la mamá y sacó una pistola que ella llevaba legalmente. Jaló del gatillo una vez y la mató.

El mes pasado, a un niño de tres años en el estado de Washington le disparó en la cara uno de cuatro años. Antes de eso, un niño de dos años le disparó a su hermana de 11 años y la mató, en Pensilvania.

Son cerca de 20 niños y adolescentes a los les disparan todos los días en Estados Unidos, según un estudio de la revista Pediatrics.

En efecto, las pistolas matan a más niños preescolares (alrededor de 80 al año) que a policías (cerca de 50), según la FBI y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades del gobierno federal.

Este número de bajas es absolutamente innecesario ya que la tecnología para hacer armas a prueba de niños se remonta más de un siglo. Al comienzo de los 1880, de hecho, Smith & Wesson (cuya arma se utilizó en el asesinato en Wal Mart) vendía pistolas a prueba de niños, en las que había que presionar una palanca para poder jalar el gatillo.

"No es posible que ningún niño común de menos de ocho años pueda dispararla", alardeaba Smith & Wesson en ese entonces, y vendió medio millón de ellas; pero, hoy, ya no ofrece esa opción a prueba de niños.

¿No parece raro que sea posible configurar los teléfonos celulares para que se requiera de un PIN o una huella digital, pero que no exista tal opción para un arma?

PISTOLA INTELIGENTE

Lo que nos trae a Kai Kloepfer, un desgarbado adolescente de 17 años, en el último año de bachillerato en Boulder, Colorado. Después del tiroteo en un cine en la cercana Aurora, Kloepfer decidió que, como proyecto para una feria de ciencia, diseñaría una "pistola inteligente", misma que solo podría disparar un usuario autorizado.

"Empecé con el reconocimiento del iris y pareció buena idea hasta que te das cuenta de que muchas personas que disparan pistolas utilizan anteojos oscuros", recuerda Kloepfer. "Así es que seguí con las huellas digitales".

Kloepfer diseñó una pistola inteligente que solo dispara cuando un dedo al que reconoce está en la empuñadura. Es posible autorizar más de mil huellas digitales por pistola, y Kloepfer dice que el sensor es 99.999 por ciento preciso.

Un niño no puede disparar el arma. Tampoco un ladrón, algo importante en Estados Unidos, un país en el que se roban 150 mil armas cada año.

El diseño de Kloepfer ganó un gran premio en la feria Intel Internacional de Ciencia e Ingeniería. Después ganó una subvención de 50 mil dólares de la fundación Smart Tech Challenges para pulir la tecnología. Para cuando entre a la universidad en otoño (presentó la solicitud muy pronto en Stanford y lo aplazaron), espera estar listo para licenciar la tecnología a algún fabricante.

OTRAS ARMAS INTELIGENTES

Existen otros enfoques para las armas inteligentes. El más conocido, el utilizado en la Armatix iP1, fabricada por una compañía alemana, que está disponible en Estados Unidos mediante un complicado procedimiento en internet, solo se puede disparar si el tirador usa un reloj pulsera que la acompaña.

Pareciera que la Asociación Nacional del Rifle está en contra de las armas inteligentes, dizque por temor a que se vuelvan obligatorias. Un problema ha sido una desafortunada ley del 2002, en Nueva Jersey, por la cual se estipula que tres años después de que las armas inteligentes estén disponibles en todo Estados Unidos, solo este tipo de armas se podrá vender en el estado. La oficina del fiscal general ahí falló hace poco que la pistola inteligente Armatix no dispararía la ley, pero, con todo, la disposición ha llevado a los entusiastas de las armas a intimidar a los distribuidores para evitar que lleguen al mercado en todo Estados Unidos.

Los oponentes de las armas inteligentes dicen que no son totalmente confiables. Algunas, incluida la de Kloepfer, necesitan que se les recargue la batería una vez al año, más o menos. No obstante, si Veronica Rutledge hubiese tenido una en su bolsa, en ese Wal Mart en Idaho, su hijo no habría podido dispararle y matarla.

"Las armas inteligentes van a salvar vidas", dice Stephen Teret, un experto en pistolas en la Escuela Bloomberg de Salud Pública de Johns Hopkins. "No van a salvar todas las vidas, pero ¿por qué no querríamos hacer que las pistolas sean un producto para el consumidor tan seguro como sea posible?".

David Hemenway, un experto en salud pública en Harvard, dice que la forma de avanzar es que los departamentos de policía o el ejército compren armas inteligentes para crear un mercado y demostrar que funcionan.

Un organismo interreligioso de dirigentes religiosos también está llamando a los líderes de la industria de las armas a que abandonen la oposición a las armas inteligentes, con antelación a al enorme exposición anual comercial a realizarse en Las vegas, con la asistencia de 65 mil participantes.

Las armas inteligentes no son la panacea. Sin embargo, cuando hasta a un chico de 17 años se le puede ocurrir un arma más segura, ¿por qué debe ser el cabildero de las armas tan hostil a la opción de comprar una?

Algo anda mal cuando se protege a los niños de juguetes que podrían tragarse, pero no de las armas de fuego. Así es que Veronica Rutledge está muerta y su hijo va a crecer con el conocimiento de que él la mató, y todos tienen algo de responsabilidad.

También lee: