New York Times Syndicate

Llantas, colchones y hasta cadáveres, en las aguas olímpicas de Río 2016

Mientras Brasil trata de terminar a contrarreloj con los estadios para la Copa del Mundo de este año, en el horizonte ya se divisan múltiples retrasos en la infraestructura para los Juegos Olímpicos de dentro de dos años.

RÍO DE JANEIRO.- Nico Delle Karth, un regatista austriaco que se prepara para los Juegos Olímpicos de 2016 en Río de Janeiro, dijo que era el lugar más sucio en que hubiera entrenado jamás.

La basura se balanceaba en la superficie; de todo, desde llantas hasta colchones. El agua apestaba tanto a cañería que temía poner los pies en ella para lanzar su bote desde la costa.

"Nunca he visto nada como esto antes", afirmó Delle Karth de la Bahía de Guanabara en Río de Janeiro, donde tendrán lugar los eventos de regata y windsurfing.

Mientras Brasil se esfuerza por terminar los estadios para el Mundial de Futbol 2014 que inicia en poco más de una semana, es ferozmente criticado por su manejo del próximo megaevento del cual será anfitrión: los Juegos Olímpicos de 2016.

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Francesco Ricci Bitti, presidente de la influyente asociación que representa a varios deportes olímpicos de verano, consideró que los Juegos de Río estaban en "la posición más riesgosa" de cualquier Olimpiada que recordara.

John D. Coates, vicepresidente del Comité Olímpico Internacional, afirmó en abril que los preparativos de Río eran "los peores que he experimentado", con la construcción aun sin comenzar del complejo deportivo Deodoro, el segundo sitio más importante después del Parque Olímpico.

La Bahía de Guanabara, ubicada entre la Montaña Pan de Azúcar y otros picos de granito, ofrece el tipo de imagen de tarjeta postal que las autoridades de Río quieren celebrar como anfitriones de la Olimpiada. Pero se ha vuelto el punto focal de las quejas, convirtiendo a las aguas contaminadas de Río en un símbolo de las frustraciones por los problemas con los preparativos para los Juegos.

"Bienvenidos al basurero que es Río", dijo el equipo de regata de Alemania en una evaluación típicamente franca de la sede para esta disciplina.

Los brasileños que entrenan aquí están de acuerdo.
"Puede ser realmente desagradable, con cadáveres de perros en algunos lugares y el agua volviéndose café por la contaminación del desagüe", dijo Thomas Low-Beer, de 24 años, una esperanza olímpica brasileña que navega en la bahía. Se estremeció cuando recordó cómo su bote chocó con lo que creía era un sofá medio sumergido, que lo hizo volcar en la sucia Guanabara.

Aunque funcionarios internacionales se quejan de que Brasil ha tenido casi cinco años desde que ganó la sede olímpica para hacer avances, algunos de los retrasos se originan de problemas crónicos que la nación ha combatido desde hace tiempo.

Los esfuerzos bien financiados para limpiar la bahía han resultado desalentadores durante décadas, socavados por la mala administración y las denuncias de corrupción. Las rivalidades políticas entre los niveles local, estatal y federal del gobierno han llevado a luchas internas, incluido un estancamiento en torno a quien debería pagar ciertos proyectos. Las protestas por los desahucios para hacer espacio para las Olimpiadas han frenado la construcción.

Los Juegos difícilmente son la única preocupación apremiante para un país que hace frente a una desaceleración económica. El Mundial comienza el 12 de junio, y varios de los 12 estadios donde se supone que se celebrarán los partidos no han sido terminados, mientras que algunos proyectos de transporte no serán completados hasta después del torneo.

Subrayando los problemas, un obrero de la construcción murió en un accidente eléctrico en mayo, el octavo trabajador que muere en un accidente en un estadio de la Copa del Mundo.

Prepararse para los Olímpicos pudiera resultar incluso más desafiante. Los funcionarios brasileños habían afirmado que las sedes de los Juegos Panamericanos de 2007 podrían ser remodeladas a bajo costo. Pero, el año pasado, tuvieron que demoler la del ciclismo porque no satisfacía los estándares olímpicos. Ahora Río planea construir una nueva estructura que costará 10 veces más que el original.

Las huelgas han retrasado las reparaciones del estadio Engenhão, un sede de los Juegos Panamericanos destinada a las competencias de atletismo de 2016, después de que fue cerrado el año pasado por temores de que su techo pudiera colapsar. Los choques violentos entre los trabajadores en huelga y el personal de seguridad también han retrasado los trabajos en el Parque Olímpico, el principal conjunto de sedes.

Algunos funcionarios dicen que la situación es más precaria que en los accidentados preparativos para la Olimpiada de 2004 en Atenas.

"Pienso que en términos del tiempo disponible, estamos incluso peor", dijo Ricci Bitti, presidente de la Asociación de Federaciones Internacionales de Olimpiadas de Verano.

Ricci Bitti y otros funcionarios olímpicos han afirmado públicamente que no hay un Plan B, que los juegos no serán sacados de Río. 

De todos los desafíos que enfrenta Brasil, limpiar la Bahía de Guanabara podría ser el más difícil.

El Instituto Ambiental Estatal en Río de Janeiro estima que más de 10 por ciento de la basura no se recolecta, y mucha de ella fluye a la bahía a través de canales y ríos degradados.

Enormes cantidades de aguas negras se filtran a las aguas. Funcionarios establecieron el objetivo de tratar hasta 80 por ciento de ellas para las Olimpiadas de 2016, pero menos del 40 por ciento es tratado actualmente.

Llamando a la bahía "oscura, parda y pestilente", Lars Grael, de 50 años, una leyenda brasileña de las regatas que ganó dos medallas olímpicas, dijo que había encontrado cadáveres humanos en cuatro ocasiones mientras navegaba por la bahía. Consideró que los eventos de regata deberían trasladarse a un área hotelera a horas de distancia en auto.

Las autoridades insisten en que nada de eso sucederá. Carlos Portinho, el principal funcionario ambiental de Río, dijo que las críticas a la Bahía de Guanabara eran exageradas, afirmando que pruebas recientes habían demostrado que la contaminación fecal en el área de la regata olímpica estaba dentro de los estándares "satisfactorios" en Brasil.

Reconociendo que revertir la contaminación en la bahía era un "proyecto a largo plazo", Portinho dijo que los funcionarios habían desplegado tres pequeños "ecobots" para recolectar basura; para las Olimpiadas, añadió, estarían operando 20 ó 30.

Afirmó que se estaban construyendo nuevas plantas de tratamiento de aguas negras, mientras que las "ecobarreras" flotantes facilitarían la recolección de la basura en la bahía.

Expertos ambientales brasileños dicen que los esfuerzos son una fracción de lo que necesita hacerse.

"El gobierno pudiera desplegar portaaviones para recolectar la basura de la bahía y el problema no se solucionaría", señaló Maario Moscatelli, un biólogo. "La bahía sigue siendo una letrina. Es un insulto para la gente de Río decir que estará limpia para la Olimpiada".

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