New York Times Syndicate

36 horas en Zagreb, Croacia

La capital de Croacia es uno de los centros culturales más importantes de Europa. En este lugar de diseño arquitectónico inigualable encontrarás museos, conciertos, exposiciones y demás actividades que te elevarán el espíritu. 

Durante años, Zagreb, la principal ciudad de Croacia, fue una escala en el camino hacia la costa salpicada de islas del país. Ya no. El turismo ha aumentado más de 20 por ciento de 2011 a 2013, cuando Croacia se unió a la Unión Europea.

Acompañan a ese incremento un montón de albergues modernizados o recién construidos, incluyendo aproximadamente tres docenas de hoteles, incorporaciones importantes para el otrora inadecuado paisaje del alojamiento de la ciudad.

1
VIERNES

3 p.m.

Empiece en el principio


Rinda homenaje a los orígenes de Zagreb en Kaptol, que fue colonizado como obispado en 1094. Actualmente, comprende la mitad oriental de la Ciudad Alta, anclada por el edificio más famoso de la ciudad: la Catedral de la Asunción de la Santa Virgen María, restaurada luego de un terremoto en 1880 y lugar de la tumba del beatificado cardenal Alojzije Stepinac. Antes de entrar, empápese de su grandiosidad neogótica desde una mesa en Amélie, que se ubica a la sombra de los chapiteles gemelos de 105 metros de altura de la iglesia. El ambiente de cafetería francesa –melodías al estilo de Django Reinhardt suenan sobre pisos a cuadros como tablero de ajedrez y mesas desgastadas de madera– se complementa con una vitrina de vidrio llena de manjares caseros. La Torta Amélie viene en capas de crema pastelera, almendras y bayas silvestres.

5 p.m.

Vino y cena


Nueve de cada 10 croatas se autodenominan católicos. Se puede decir que una proporción más grande se considera experta en vinos, dado el número de cosechas de primera categoría producidas en este fértil país. Vinoteka Bornstein, la primera tienda de vinos privada que abrió en la ex Yugoslavia, tiene una bodega laberíntica del siglo XIX y un nuevo bar de vinos que ofrece marcas internacionales y cosechas de todas las regiones croatas.

10 p.m.

Donde los artistas se reúnen


A la vuelta de la esquina, a un par de cuadras, la taberna más vieja de Zagreb, Pod Starim Krovovima, se sitúa en un edificio del siglo XIV. Inaugurado como lugar público para beber en 1830, esta casa club extraoficial para poetas, actores, escritores, cantantes, directores y fotógrafos del Reino de Yugoslavia es hasta la actualidad, según su dueño, Domagoj Pocrnic, "una taberna habitual frecuentada por gente famosa". Bajo vigas toscamente labradas, los clientes se reúnen para libaciones a precios de ayer y noches meditativas que se convierten en improvisadas fiestas de baile.

1
SÁBADO

9 a.m.

Rituales

Zagreb es una ciudad de tradiciones. Todos los días, a medio día, se dispara el cañón de la Torre Lotrscak, enviando ondas de choque por toda la ciudad. Y cada sábado, los Purger (como se autodenomina la gente de Zagreb) se visten con su mejor ropa y van a las cafeterías de la plaza principal, Jelacic, para ver y ser vistos. No querrá perderse esta tradición: todas las mañanas, a las siete, agricultores y vendedores de productos agrícolas se ponen en el mercado al aire libre de la ciudad, Dolac, en un bullicioso patio interior entre la Ciudad Alta y la Ciudad Baja. Rodeado por quioscos de recuerdos y sitios para comer rápido, un mar de sombrillas rojas cobija quesos, carnes, pescado, frutos secos y aceites y las verduras se derraman sobre mesas en el sitio que los locales llaman "la panza de Zagreb". Desayune aquí, de paso.

11 a.m.

Moda local


Tomando nota mental de la última moda que visten los famosamente arreglados residentes de Zagreb, encamínese a la empinada calle Radiceva, que empieza en la esquina noroeste de la Plaza Jelacic, para armar su nuevo look. Pare en Boudoir, una boutique inaugurada por las diseñadoras y hermanas Morana Saracevic y Martina Cicko-Karapetric. Anteriormente una sombrerería manejada por su abuela, el negocio ofrece impactantes colecciones que incorporan materiales como encaje, seda y satín. Todo es hecho a mano en el lugar. Para completar su conjunto, gire a la izquierda en la cima de la pendiente de la calle y atraviese la Kamenita Vrata, la última "puerta de piedra" medieval que queda de las fortificaciones que alguna vez rodearon Gradec. Justo del otro lado de la puerta encontrará Dora, especializada en vestidos y abrigos para dama. Este negocio familiar de tres décadas, administrado por Dora Rubic, muestra elegantes diseños de la casa confeccionados con seda, cachemir, angora y alpaca.

1 p.m.

Almuerzo y arte

Una serie de parques en forma de U, conocida como la "Herradura Verde", se extiende desde la estación de tren hasta la plaza principal y forma el esqueleto de la Ciudad Baja. En las avenidas que rodean a este florido corredor flanqueado por árboles hay cafeterías, salones, restaurantes y tiendas. Ni bien salga de la "Herradura", tome asiento en una mesa dentro de Lari & Penati. Inaugurado en 2011, este bistró en la acera aporta un giro moderno a la comida croata. Las chuletas de cerdo al horno vienen servidas con una ácida salsa de barbacoa, ensalada de papas y de col, y se acompañan bien con una copa de cabernet sauvignon Solum proveniente de la región croata de Slavonia. Después de almorzar, tome un taxi con dirección al Museo de Arte Contemporáneo. El complejo de 65 millones de dólares instantáneamente convirtió a la capital croata en un centro del arte progresista cuando abrió sus puertas en 2010. La colección de pinturas, películas, fotografías, esculturas e instalaciones internacionales llena el sitio de 14 mil 500 metros cuadrados y comparte espacio con exhibiciones rotativas.

6 p.m.

Cena y drama

La cena en Bistro Fotic, dentro de un ex club de fotografía croata, combina nostalgia –las paredes y estantes están llenos de imágenes en blanco y negro y cámaras de colección– y deliciosa comida casera. La trucha sellada en mantequilla viene con crema de espinaca y papas. Para el postre, pruebe el strudel de manzana o arándanos y un digestivo gratuito de ciruela o durazno. Después, camine tres cuadras al Oeste hasta el Teatro Nacional Croata. El interior del espacio de presentaciones artísticas más prestigioso del país es un remolino de opulencia dorada del Viejo Mundo. El edificio neobarroco, inaugurado en 1895 por el emperador austro húngaro Francisco José, pone en escena un repertorio de clásicos internacionales así como obras dramáticas modernas, ballet y ópera.

9:30 p.m.

La del estribo con jazz

Atraviese la plaza principal para pasear con los residentes locales sobre la calle Tkalciceva. Alguna vez un arroyo que separaba a los contenciosos residentes de Kaptol y Gradec, más de un siglo después la avenida peatonal está flanqueada de boutiques, bares y restaurantes. Melin Café es un salón de jazz con una terraza al aire libre de varios niveles y descansos dispersos equipados con muebles reciclados y mesas de cocteles armadas con televisores retro. Ordene un solo café Blakey's (en honor al baterista Art Blakey), que combina expreso, Amaretto di Saronno, Kahlúa, licor de cerezas, Jameson, azúcar morena y leche. Después, acomódese para escuchar ritmos conmovedores bajo las estrellas.

1
DOMINGO


10 a.m.

Brunch con estilo


Pocas experiencias resumen una visita a este lugar como el brunch en el Esplanade Zagreb Hotel, cerca de la estación de trenes. Construido en 1925 como una lujosa parada para los viajeros del Expreso de Oriente, la icónica estructura, como la capital croata, es una fusión de estilos europeos: secesionista, barroco, Art decó y Art nouveau. Siéntese en un sillón de piel bajo los candelabros enmarcados por enormes ventanas en el 1925 Lounge, un salón del hotel.

11:30 a.m.

Paseo botánico


Baje el brunch en el Jardín Botánico de la ciudad, que el año pasado celebró su 125 aniversario. A una cuadra al Oeste del Esplanade, el jardín de 4.7 hectáreas cuenta con alrededor de 10 mil especies de plantas que rodean bancas aisladas y herbosos nichos junto a estanques, lugares perfectos para extender una manta y reflexionar sobre su odisea en Zagreb.

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