New York Times Syndicate

36 horas en Roma

La capital italiana no pierde su belleza. Caminar por sus calles es una experiencia única, un placer terrenal, un paseo por la historia. Aquí te ofrecemos una guía básica para visitar Roma en un fin de semana. 

La grande bellezza, la fascinante película de Paolo Sorrentino que en 2014 ganó el Oscar al mejor filme en idioma extranjero, generó controversia e interminables conversaciones sobre el estado actual de la capital italiana.

Pero un hecho es indiscutible: Roma, como el seductor telón de fondo de la película, se veía preciosa. Esto es así en cualquier temporada, pero especialmente en los meses más fríos cuando decae la ola veraniega de turistas. Desde vecindarios periféricos que atraen con nuevos bares y restaurantes hasta el centro histórico de guapura arraigada.

1
Viernes

3 p.m.

Baños hermosos

Una de las escenas más conmovedoras de La grande bellezza transpira en las ruinas de Terme di Caracalla, los colosales baños romanos que datan del siglo III. No se necesita ningún truco para hacer que este sitio a menudo obviado también resulte inolvidable a la luz del día. Los elevados muros del complejo, notablemente bien conservados en algunas partes, son un esqueleto tono terracota que aporta pistas sobre la grandeza perdida de este glorificado gimnasio, donde las comodidades iban desde pisos de mosaico hasta piscinas termales flanqueadas por esculturas de mármol dignas de museos.

5:30 p.m.

Cacería de galerías

Adelante el tiempo aproximadamente dos milenios para echar un vistazo a lo que constituye arte en la Roma contemporánea visitando un grupo de galerías cerca del Campo de' Fiori. Empiece en Galleria Varsi, un espacio inaugurado hace dos años dedicado a grafiti y arte callejero, que también organiza pintadas en paredes por toda la ciudad. A la vuelta de la esquina, en la Galería Dorothy Circus, las paredes rojo sangre exhiben arte pop surrealista. Y ahí cerca, un patio adoquinado y una fuente de piedra tallada flanquean la entrada de la prestigiosa Galleria Lorcan O'Neill, que el año pasado se mudó a esta espaciosa ubicación; hasta el 4 de abril, busque las obras del artista británico emergente Eddie Peake.

8 p.m.

Comida en Centocelle

Los tradicionales platos de pasta de Roma adornados con guanciale (carbonara, amatriciana, gricia) no están en peligro de extinción, pero si restaurantes más creativos como Mazzo empiezan a abrir, pudieran estarlo. Este diminuto lugar del alejado vecindario de Centocelle fue inaugurado en 2013 por un par de jóvenes talentosos chefs con el propósito de darle un giro a la cocina romana para convertirla en un delicioso territorio nuevo. Un plato especial de una comida reciente fue rösti con romanesco y pecorino, plato únicamente opacado por tres suculentas albóndigas ahogadas en dulces cebollas caramelizadas. El ajustado lugar sólo tiene capacidad para sentar a aproximadamente 12 personas, entre una mesa comunal rústicamente tallada y una barra chica, así que las reservaciones son esenciales.

11 p.m.

Fiesta en Pigneto

Desde Centocelle, el tranvía de regreso al centro de la ciudad para en Pigneto, un vecindario de vida nocturna, así que termine su noche aquí. Los bebedores de cerveza deberían ir a Birra Più, un pub y tienda de botellas con cervezas artesanales de Brewfist y Birrificio Emiliano en barril.

1
Sábado

10:30 a.m.

Opciones de mercado

Hubo quejas cuando el Mercato di Testaccio (uno de los mercados más viejos de la ciudad) fue mudado en 2012 a un complejo recién construido, y por buenos motivos: el brillante e impoluto espacio se siente más como un centro comercial anónimo que como un mercado romano. Para una experiencia de mercado más gratificante, vaya a Mercato Monti, donde aproximadamente dos docenas de vendedores (una nueva colectividad de jóvenes diseñadores, artesanos y comerciantes de antigüedades) vende todo tipo de cosas, desde sombreros de fieltro y lentes de sol clásicos hasta suéteres a rayas y vestidos únicos hechos por diseñadores locales.

3 p.m.

Arte Macro

El Museo d'Arte Contemporanea Roma, o Macro a menudo es eclipsado por el otro museo de arte contemporáneo de la ciudad, el Maxxi; una impresionante estructura moderna diseñada por el arquitecto Zaha Hadid. Pero no juzgue un museo por su fachada. Macro presenta exhibiciones más sustantivas, desde provocativa fotografía de retratos hasta instalaciones a gran escala, como una multicolorida obra de croché del artista Toshiko Horiuchi MacAdam que en 2014 hizo de sustituto de patio de juegos para niños del vecindario.

5 p.m.

Dulce paseo

A una breve caminata desde el Macro yacen las paredes alineadas con botellas de leche de Come il Latte, una adorable heladería que sirve cucharadas de uno de los helados más cremosos de Roma. En contraste con muchas de las principales heladerías de la ciudad, como Fatamorgana y Claudio Torcè's Il Gelato, esta gelateria artesanal, inaugurada en 2012, no sirve innumerables sabores inusuales. En cambio, Nicoletta Chiacchiari, su dueña, usa ingredientes de primera para mejorar favoritos familiares, resultando en caramelo sazonado con sal rosada del Himalaya y pistache salpicado con nueces sicilianas color verde brillante. Luego de consentirse con un cono, baje algunas de las calorías con un paseo hacia el norte con dirección a Quartiere Coppedè, un curioso barrio marcado por hermosos palacios art nouveau cuyas caprichosas torres y fachadas de ornato parecen salidas de un cuento de hadas.

11 p.m.

Tragos al crepúsculo

Para tomar la del estribo, cruce Monteverde hacia Vineria Litro, una tranquila barra de vinos que abrió las puertas a finales de 2013. El espejeado bar está alineado con raros mezcales, así que pruebe un coctel como el Mezsconi, que modifica el clásico Negroni intercambiando la ginebra por la ahumada bebida espirituosa. O tome el tranvía de regreso al centro, donde No. Au, una relajada cafetería que sirve vinos naturales y cervezas artesanales, reposa escondida en una plaza chica. Jale un banco de madera frente a la barra y ordene una copa de tinto siciliano de Occhipinti o una IPA de Birra dil Borgo.

1
Domingo


10 a.m.

Santa casa

Los domingos por la mañana se reúnen masas en la Basílica de San Pedro para echar un vistazo al popular papa Francisco. Son muchos menos los que se congregan en la segunda basílica más grande, la de San Paolo Fuori le Mura, haciendo que este sitio sagrado se vuelva ideal para la contemplación sin prisas. Los altos techos y frescos dorados de la nave son impresionantes, pero oculto más allá de un transepto hay algo aún más bello: el claustro, un tranquilo patio con hermosos mosaicos, una fuente que gotea y rosas en floración durante gran parte del año.

Medio día

Pareja potente

Para una clase de reutilización adaptada, camine al norte sobre la calle principal del vecindario industrial de Ostiense hacia Centrale Montemartini. Ahí, una ex planta termoeléctrica ahora es un museo que alberga esculturas antiguas y artefactos de los Museos Capitoline. Más impactantes son los principales espacios de exhibición donde esculturas de mármol blanco leche contrastan marcadamente con el pesado equipo negro; motores, caldera y turbinas de vapor que ayudaron a surtir la ciudad en el pasado, todo reutilizado como láminas para arte del presente.

2 p.m

Pizza, Pizza

Ningún fin de semana en Roma estaría completo sin pizza. Si quiere el estilo romano de base delgada, vaya a Emma, una pizzería chic que abrió en el centro histórico en 2014. Las pizzas, tan delgadas y ligeras que son casi traslúcidas, están elaboradas con masa del célebre panadero Pierluigi Roscioli y con ingredientes de la Salumeria Roscioli, un negocio familiar situado ahí cerca. Para pizza "al taglio" (por rebanada), vaya a Pizzarium, un negocio de comida para llevar que pertenece al maestro pizzaiolo Gabriele Bonci. Las opciones se inclinan hacia lo no convencional, como zucchini asado con ricotta, pero todas son deliciosas. Cualquiera de las dos comidas terminará como debe terminar cualquier día festivo romano: con la panza llena.

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