New York Times Syndicate

36 horas en Cayo Hueso, Florida

Al extremo suroeste de Los Cayos de Florida, se encuentra este lugar de mucha playa, ron y diversión nocturna. Aquí vivió el famoso escritor estadounidense Ernest Hemingway. 

"Es el mejor lugar en el que he estado, en cualquier parte, en cualquier momento", escribió Ernest Hemingway respecto a Cayo Hueso.

"Flores, árboles de tamarindo, árboles de guayaba, palmeras. Anoche me emborraché con ajenjo e hice trucos con un cuchillo". Como entonces, el cayo más sureño de Florida ofrece los encantos de un paraíso tropical combinado con espectacular vida nocturna. Los pasatiempos favoritos de este escritor en la década de 1930 (atrapar peces grandes, comer bien y beber fuerte) siguen definiendo su atractivo actual.

1
Viernes

3 p.m.

Hitos literarios

Hemingway no fue el único escritor que se sintió atraído por la isla, provocando que el poeta Wallace Stevens declarara en la década de 1930: "Cayo Hueso, desafortunadamente, se está volviendo más bien literario y artístico". Llame a WeCycle y le llevarán una bicicleta al centro vacacional Casa Marina, donde Stevens y Robert Frost, poetas ganadores del Pulitzer, debatieron comiendo sopa de caracol. Desde ahí, siga la calle White Street hasta 1431 Duncan St., la casa de Tennessee Williams. Después, vaya a 624 White, la ex residencia de Elizabeth Bishop, poetisa también ganadora del Premio Pulitzer, y tome Southard con dirección a 709 Baker's Lane, donde celebraba corte Leo Herlihy, de Midnight Cowboy. Un campamento de escritores en 713 Windsor Lane tiene una placa que presume de Richard Wilbur, otro Pulitzer, y de Ralph Ellison, autor de El hombre invisible, entre otros, mientras que el poeta ilustrador Shel Silverstein vivió ahí cerca, en 620 William. Desde ahí, pase frente a Casa Antigua, en 314 Simonton St., la ex concesionaria de Ford donde Hemingway y su esposa Pauline alguna vez esperaron un auto, y posteriormente diríjase al sur sobre Whitehead y será imposible perderse el chalet colonial español de Hemingway, donde se escribió To Have and to Have Not.

5 p.m.

Cena al fresco


En el lado suroeste de Whitehead se encuentra Bahama Village, donde Blue Heaven reside en un sitio otrora burdel y lugar de peleas de box arbitradas por el propio Hemingway. Haga reservaciones para asegurar una mesa afuera. El desayuno, el almuerzo y la cena se sirven en el patio, que tiene un tiki bar ubicado bajo un tanque de agua, una mesa de pingpong, música en vivo y gallinas y gallos residentes, todo bajo luces blancas y las ramas de un colosal árbol de limoncillo de 90 años. Los favoritos incluyen besugo de aleta amarilla con una adictiva salsa beurre blanc con cítricos y tarta de lima coronada con merengue.

1
Sábado

8 a.m.

Café y arte


Muchos libros nacieron en una cafetería, y Coffee Plantation es un buen lugar para acomodarse en un sofá o en la veranda de enfrente con una computadora portátil y una mezcla orgánica Blue Moon de la casa, o con un café con leche, más un quiche de tocino y queso Cheddar. Perteneciendo a Diane y Theo Glorie, un matrimonio de artistas, la cafetería expone sus pinturas así como muestras de arte, lecturas de autores y hasta una oficina de bienes raíces manejada por Theo.

10 a.m.

Central de pesca


Famoso como destino de pesca deportiva desde los días de conquista de marlines de Hemingway, el atractivo ahora es pescar y soltar sábalo, lisa o pámpano. Nathaniel Linville, de Angling Company, puede prepararlo con el equipo apropiado de Hardy, Sage y Hatch y con ropa Simms, así como enviarlo con el mejor capitán autorizado para sus ambiciones de pesca, pero llame con mucha anticipación para asegurar una reservación para todo el día. Pregunte por el capitán Justin Rea, de Sting Rea Charters, solicitado guía ganador de torneos que se especializa en charters para pesca con mosca y pesca ligera en las aguas someras de la región, incluyendo expediciones a las Marquesas, fascinante anillo de islas de coral localizado a 32 kilómetros en bote.

11 a.m.

Paseo costero


Desde Angling Company, vague por Caroline hasta el Paseo del Muelle (Harbor Walk) y el Puerto Histórico Cayo Hueso. El malecón de madera serpentea por la ensenada desde la estación marítima, sobre Grinnell hasta el final de la calle Front Street. Explore los charters, los operadores de recorridos y las goletas para alquiler, además de las tiendas de regalos, restaurantes, bares y vistas. Pare frente a A & B Lobster House para alimentar sábalos con quijada de pala mecánica y pelícanos carroñeros.

1 p.m.

Aventuras a flote

Rob Oliverio, de Mellow Ventures Backcountry Outfitters, atracado sobre Harbor Walk al final de la calle William Street, organiza eco-charteres privados de medio día o día completo hacia Cayo Marvin y las Marquesas para hasta seis pasajeros en un bote deportivo catamarán Twin-Vee. Los capitanes de la empresa llevarán a su familia o a su grupo a los mejores lugares para hacer paddleboard en los manglares, pescar besugos, practicar esnórquel entre barcos hundidos y arrecifes, hacer día de campo en una isla privada y nadar con delfines.

4 p.m.

"Hora Feliz" de ostiones


En Harbor Walk, la "hora feliz" empieza de las 4:00 a las 4:30 p.m., aunque algunos dirían que mucho antes. Vaya a Half Shell Raw Bar, al final de la calle Margaret Street, para probar los ostiones de Texas en su concha y para un paisaje donde los locales se topan con los vacacionistas, o camine una cuadra más hacia Pepe's, venerable establecimiento para comer donde se abren a pedido ostiones de la costa del Golfo. The Rum Runner, popularizado en la vecina Islamorada al combinar ron con una variante de licores de mora y plátano con jugo de piña, naranja y arándano, se baja fácil y es pegador.

7 p.m.

Pesca propia del día


La pesca quizás sea para volver a soltarla, pero el besugo, el dorado y el mero son buenos para comerse. Lleve su propia pesca fileteada a Café Solé, y se la servirán asada, a las brasas o salteada con acompañamientos. El chef John Correa, su esposa Judy y un amigable personal han estado ofreciendo platos de mariscos con influencias francesas y caribeñas desde 1995 en un ambiente cómodo iluminado por velas.

10 p.m.

Vida nocturna famosa


Todo vale y todo mundo es bienvenido en la mayoría de los bares de Cayo Hueso, y no hay escasez de opciones. Empiece la noche sobre la calle Duval Street, en Other Side, con un coctel artesanal, posiblemente el Not Coming Home, elaborado con ajenjo (cita de apertura a la Hemingway), o un Keys Disease, preparado con cuatro rones diferentes, y acomódese en el sofá de esta mansión victoriana que se dice está embrujada por el fantasma de su ex dueño, el dr. Porter. Después: Capt. Tony's Saloon, la ubicación original de Sloppy Joe's, donde Hemingway conoció a su tercera esposa, Martha Gellhorn, y donde podrá echar un ojo a las décadas de billetes de dólar y otros objetos de coleccionista (sostenes, placas, fotos) que cuelgan del techo y las paredes. Después de eso, tal vez una visita al Garden of Eden, el bar donde la ropa es opcional localizado en la azotea del Bull and Whistle.

1
Domingo

9 a.m.

A la playa


A Tennessee Williams le gustaba nadar al final de la calle White Street, pero el Parque Histórico Estatal Zachary Taylor es el lugar para hacer que dure el día. Aunque la entrada pudiera sugerir el fuerte abandonado que es, la playa tiene una extensión limpia de arena blanca, agua profunda para nadar y hacer esnórquel, una cafetería y mesas de día de campo bajo pinos australianos. La playa Smathers Beach, pese a estar más expuesta sobre South Roosevelt Boulevard, al Este, ofrece parapente, navegación, kayak, llantas flotadoras, paddleboard y windsurf.

1 p.m.

Almuerzo con vista

La mejor forma de finalizar un viaje a Cayo Hueso es almorzando en la cubierta de Louie's Backyard, famoso por sus suaves brisas, vistas al Atlántico y alta calificación Zagat, así como por su fácil proximidad al aeropuerto. Pruebe la sopa de caracol Doug Shook's Bahamian con un emparedado de besugo e imagine que estuvo aquí en 1975 celebrando con Thomas McGuane en la fiesta de posproducción de 92 in the Shade, la película de Peter Fonda basada en la novela de McGuane sobre las desgracias de un guía de pesca local.

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