New York Times Syndicate

36 horas en Burlington, Vermont

El lugar del ejercicio y el encanto. La ciudad ha encarnado desde hace tiempo al progresismo terrenal y la independencia decidida que define al espíritu del estado.

Burlington, sede de la Universidad de Vermont y lugar de nacimiento de Phish, Ben and Jerry's y Seventh Generation, ha encarnado desde hace tiempo al progresismo terrenal y la independencia decidida que define al espíritu del estado.

Últimamente, esa esencia ha adoptado un brillo sofisticado, a medida que los chefs aplican la antigua obsesión de Vermont por los ingredientes locales en nuevas direcciones emocionantes.

1
VIERNES

4 p.m.

Bici y cerveza

Empiece el día corriendo -o rodando- juntando a dos pilares de la vida de Burlington: la cerveza artesanal y el ciclismo. Cervecerías provincianas como Alchemist y Hill Farmstead producen algunas de las cervezas más aclamadas del mundo, pero no es necesario salir de de aquí para encontrar fabricantes de cerveza de primera. Alquile una bicicleta en Local Motion, una organización sin fines de lucro que "promueve el transporte y la recreación alimentados con energía humana" y diríjase hacia el sur siguiendo el lago hasta Switchback Brewing Company, uno de los pioneros de la cerveza artesanal en la ciudad. La suave Switchback Ale con sabor a malta, que fue la primera propuesta de la cervecería en 2002, sigue siendo su variedad más popular. Suba por la calle Pine para probar las bebidas espumosas en Zero Gravity, actualmente ubicado en un ventilado espacio industrial chic, y en la cervecería Queen City Brewery.

7 p.m.
Un creemee al ocaso
Vermont quizás comparta una frontera con Quebec, pero se resiste el impulso de afrancesar el nombre de este clásico local de verano. Se pronuncia "crimi", y aunque para los foráneos no está claro qué hace que un creemee sea distinto a un suave helado normal -el contenido de grasa es supuestamente más alto en algunas versiones-, pídalo de maple para un máximo sabor regional. Tome un cono en Burlington Bay Market and Café, junto al Waterfront Park, encuentre una banca y vea al sol descender detrás de las Adirondack al otro lado del lago Champlain.

9 p.m.
Cocina gourmet
El orgullo de Vermont se une a la inspiración gastronómica en Hen of the Wood, se puede decir que la joya de la corona culinaria de Burlington. Este restaurante casualmente refinado, una filial abierta hace dos años del original en Waterbury, cuenta con carnes locales (pata de conejo con chirivía, por ejemplo) y entradas de verduras (coliflor asada). El menú cambia, pero una constante es el pan tostado con champiñones, que viene con tocino curado de la casa y un huevo de granja escalfado. Bleu, situado ahí cerca en el hotel Courtyard Burlington Harbor, se especializa en mariscos de Nueva Inglaterra; el emparedado de perca del lago Champlain es la estrella. Corone la noche con un coctel cerca del fuego en Juniper, en el Hotel Vermont. Pruebe el Juniper Crush, elaborado con ginebra Green Mountain, bayas de enebro y menta.

1
SÁBADO

9 a.m.

Ordeñe una vaca

Llénese de panqueques o con un sartén "vermontés" en Henry's Diner, un favorito de los residentes locales desde 1925. Después, recorra aproximadamente 11 kilómetros hacia el sur hasta Shelburne Farms, un Monumento Histórico Nacional que abarca 567 hectáreas ondulantes y verdes a orillas del lago Champlain. El lugar empezó a operar a finales del siglo XIX como la propiedad agraria de William Seward Webb y su esposa Lila Vanderbilt Webb. Los autores intelectuales del diseño de la propiedad incluyeron a Frederick Law Olmsted, famoso por los parques Central Park y Prospect Park, y al arquitecto Robert H. Robertson, cuya casa original y magníficos establos a dos aguas aún sobreviven. El complejo sigue siendo una granja en operación, pero, en la década de los 70, los descendientes de Webb la transformaron en una organización educativa sin fines de lucro enfocada en la agricultura sustentable. Los visitantes pueden ordeñar vacas, perseguir gallinas y ver mientras los queseros elaboran laureados quesos Cheddar con la leche de las vacas Brown Swiss de la granja.

2 p.m.
De compras en Church Street
Los residentes pueden parecer ambivalentes respecto a Church Street Marketplace, un centro comercial al aire libre con cadenas como Gap y Patagonia. La arquitectura histórica, la ubicación céntrica y la sensación de plaza hacen que la incursión corporativa sea más aceptable, y hay muchas tiendas locales como Lake Champlain Chocolates, la tienda de discos retro Burlington Records y la Vermont Flannel Company. Coma algo y tómese una cerveza en Farmhouse Tap and Grill, que se especializa en cervezas y comida de Vermont. Recargue pilas en Muddy Waters, el ideal platónico de una cafetería de moda con techos de estaño repujado, bancas de iglesia y un candelabro con luces de Navidad.

6 p.m.
Aliente al equipo de casa
El Centennial Field, casa de los Lake Monsters de Vermont -una filial de los Atléticos de Oakland-, es uno de los parques de beisbol profesional más antiguos. Fue inaugurado en 1906 en el campus de la Universidad de Vermont y ha cobijado a grandes del diamante como Tris Speaker y Ken Griffey Jr. El campo experimentó recientemente algunas renovaciones muy necesarias, pero las banalidades siguen siendo pocas. Hasta los agnósticos del beisbol serán vulnerables a los encantos de una noche de verano en la vieja tribuna.

10 p.m.
Presentaciones en vivo bien iluminadas
La compra de lámparas y la música en vivo pudieran no parecer el maridaje más obvio, pero representan una forma elegante de terminar el día. Light Club Lamp Shop, que abrió el año pasado sobre la avenida North Winooski, destella con la suave luz de decenas de lámparas clásicas, la mayoría de las cuales están en venta, y ofrece un ambiente seductor para combos de jazz y otras presentaciones cuyo volumen permite la conversación. La vibra es más la de un salón belle époque que la de un club de música, pero los que estén buscando un lugar de música en vivo más tradicional pueden encontrarlo sin salir del edificio. Light Club es parte de un complejo que incluye a la nueva cafetería de comida callejera Duino Duende y a Radio Bean, un sitio acogedor de música ecléctica.

1
DOMINGO

9 a.m.

Al agua

El lago Champlain ofrece un impactante telón de fondo para cualquier cosa que haga en Burlington, pero para realmente apreciar su belleza hay que meterse. Este lago tallado por un glaciar, que se extiende aproximadamente 193 kilómetros desde Nueva York hasta Quebec, tiene casi 123 metros en su parte más profunda, pero puede hallarse abundante encanto -y ejercicio- remando en las partes bajas y explorando su rocosa costa. En el Community Sailing Center puede hacerse de un velero, kayak, canoa o tabla de remo para que experimente la comunión con la naturaleza y la penitencia aeróbica por toda esa comida.

Medio día
Brunch de dim sum
Los humanos no pueden vivir únicamente de la cocina del Nuevo Vermont, así que condimente las cosas con un brunch de dim sum en A Single Pebble, sobre la calle Bank. Los bollos de pollo y repollo y la "anguila falsa", hecha con hongos shiitake, son platos destacados. Pero el dim sum, ofrecido todos los domingos, es siempre una sugerencia del chef.

1:45 p.m.
Navegue por el lago
Relájese y despídase de Burlington con una navegación tranquila a bordo del Spirit of Ethan Allen, un barco de 43 metros que atraca en el corazón del malecón. Los paseos turísticos y culinarios destacan la geología y la historia del lago, que fue sitio de batallas decisivas en la Guerra Revolucionaria y la Guerra de 1812. Manténgase alerta en busca de Champ, el análogo del Monstruo del lago Ness en este lago. Lake Aquarium ofrece una colorida historia del folclor que rodea al Champ, así como exhibiciones más científicamente rigurosas sobre la ecología y la vida natural del lago Champlain, con muchísimas actividades manuales para los niños.

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