CIUDAD DE MÉXICO.- El secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, rechazó ayer tener interés en ser el candidato del PRI a la Presidencia de la República, en 2018, y aseguró que es "orgullosamente militante priista", pero mientras esté al frente de un cargo público guarda su militancia "en un cajón".
El funcionario aseguró que la carrera presidencial no es algo "en lo que yo me vaya a distraer". Entrevistado en el noticiero "Despierta" con Carlos Loret de Mola, Videgaray enfatizó su compromiso con la dependencia a la que llegó el miércoles pasado.
"Mi determinación es clara, yo a lo que vengo es a trabajar por México, con profundo amor a mi país y con el enorme honor de representar a México ante todo el mundo, no solamente en Estados Unidos", destacó.
Admitió también que durante la visita de Donald Trump a Los Pinos, en agosto pasado, hubo errores; sin embargo, no se arrepiente de la invitación que se hizo al entonces candidato republicano, pues ese acercamiento se convirtió en "un activo" para la negociación con Estados Unidos en la siguiente administración.
Explicó que el objetivo de ese encuentro era establecer una comunicación con los candidatos presidenciales y dejar clara una posición de los mexicanos y el gobierno de México hacia las posturas del republicano y la demócrata. Reiteró que la invitación se realizó a ambos, pero Trump respondió "en cuestión de horas".
Una de las propuestas de campaña que Trump sigue pronunciando es la creación de un muro fronterizo con México. El viernes pasado, sostuvo que construirá una gran muralla en la frontera sur de su país, la cual sería financiada inicialmente por el Congreso estadounidense y que después México reembolsaría los gastos.
Ante ello, Videgaray apuntó que México no pagará ni reembolsará el costo de dicho proyecto, pues "no sólo (es) por una razón económica, sino de dignidad y soberanía". Recordó que en el encuentro en Los Pinos, el presidente Enrique Peña Nieto dejó claro al candidato que no se acordó hablar del muro porque México no lo pagaría.
Durante la campaña, Trump prometió revisar o incluso cancelar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el cual entró en vigor desde 1994 y genera cadenas de producción que benefician a los tres países que conforman la región.
Al respecto, el secretario negó que dicho tratado esté muerto, no obstante, reconoció que a 23 años de su operación es necesario renegociar sin temor: "Estoy seguro de que tenemos una posición más fuerte de la que podemos ver; tenemos una fuerza negociadora que nos da una ventaja importante, por su experiencia".
Ya que el comercio anual entre México y Estados Unidos asciende a 500 billones de dólares, México tiene que negociar con ese país como una nación soberana, sin miedo, conocedora de sus fortalezas, apuntó.
Subrayó que lo dicho por Trump sobre el TLCAN no debe menospreciarse, "no podemos hacer como si no hubiera pasado nada, nuestro principal cliente, a quien le mandamos 80 por ciento de nuestras exportaciones, no está contento con el acuerdo, por lo que debemos estar abiertos a negociar el TLC" con un "hombre que ha negociado toda su vida".