Nacional

Tengo la conciencia tranquila: Sócrates Campos Lemus

Señalado como provocador de la represión y delator del movimiento estudiantil de 1968 declaró que cuando estás en el Campo Militar te van ablandando día con día.

El 68

50 años después

Señalado como provocador de la represión y delator del movimiento estudiantil de 1968, Sócrates Campos Lemus asegura a El Financiero: "Tengo la conciencia tranquila".

Algunos de los líderes estudiantiles del 68 afirman que, al estar presos en el Campo Militar, Sócrates, acompañado de mandos militares, se asomaba a su celda y decía el nombre de cada uno de los detenidos a sus acompañantes.

"¿A poco ellos creen que el Ejército no sabía ya sus nombres y los tenía ubicados?", cuestiona.

"Muchas gentes hablan de torturas, a todos nos dieron de putazos, te pegaban en todos lados, menos en la cara; yo llegué orinando sangre, ese es uno de mis problemas, los riñones. Pero lo más cabrón es que tú escuchabas gritos, por ejemplo de mujer y los soldados te decían: 'Es tu mamá, hijo de tu puta madre'.

"Ya habías visto lo que pasó en Tlatelolco, lo que pasaba en el Campo Militar, que te sacaban encapuchado y empezaban a gritar: 'Preparen, apunten, fuego…' Ya no sabías si estabas vivo o muerto".

¿Cuántos días estuvo ahí?

–Como cinco o seis días. A ver, qué es lo que te dicen cuando la famosa declaración (de que el CNH dispuso de columnas de seguridad armadas en la Plaza de las Tres Culturas): "A ver cabrón, vas a salir y vas a leer esto porque ahí está tu mamá y la vamos a chingar". Pues entonces lees, ¿no? ¿O qué, vas a decir: "No leo?" Yo no sabía quiénes estaban afuera, si hubiera sabido que eran periodistas, a lo mejor te avientas el tiro, ¿pero así, cómo?

Señalado de tener grado militar y de haber sido entrenado por la CIA, Sócrates dice: "Te lo estoy diciendo por primera vez a ti (reportero), lo saben varios de mis amigos personales, entonces que ya se dejen de mamadas… como dijo 'El Búho' (Eduardo Valle): 'Es que él nos descubrió, pero no era un movimiento clandestino, todo mundo sabía quién era cada quién, de qué escuela era, tenían las fotos de todos nosotros'".

Sin embargo, apunta que "todos estos pendejos caen en ese juego. Yo te puedo decir con toda honestidad que tengo mi frente en alto, tengo la conciencia tranquila, puedo ver a mis hijos".

Afirma también que "cuando estás en el Campo Militar te van ablandando día con día, de tal forma que cuando te dicen: 'Lee esto', pues lo lees. Yo te juro que no lo he vuelto a leer (el documento que en 1968 leyó ante la prensa), porque me enoja, me encabrona".

Y añade: "En (la cárcel de) Lecumberri ya estaba yo en la Crujía H y teníamos instrumentado un sistema en el que los que iban llegando nos pasaban algún teléfono y nosotros, mediante las visitas, mandábamos para que avisaran a sus familias.

"Yo pregunto: ¿dónde está lo que le hicieron a los otros? ¿Cuándo comieron rancho? ¿Cuándo se los chingaron? Si yo hubiera sido policía no hubiera estado dos años y ocho meses en la cárcel; salí al exilio y Salvador Allende me apoyó. ¿Esto hubiera sucedido si yo hubiera sido policía?", finaliza.

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