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Nunca estuvo en peligro la vida del presidente: médicos

El presidente Enrique Peña Nieto fue intervenido quirúrgicamente para extraerle la vesícula biliar; los médicos aseguran que ha estado consciente, muy afable y en muy buenas condiciones.

CIUDAD DE MÉXICO.- En ningún momento estuvo en peligro la vida del presidente Enrique Peña Nieto, afirmaron los médicos del Hospital Central Militar que operaron al mandatario.

El vocero de la Presidencia, Eduardo Hernández; el general de brigada médico cirujano Fernando Alcaute Velázquez, director del Hospital Central Militar, y el coronel médico cirujano Héctor Faustino Noyola Villalobos, jefe de la división de cirugía del Hospital Central Militar, ofrecieron una rueda de prensa para dar los pormenores de la salud del Ejecutivo.

"El señor presidente desde el término de la cirugía se recuperó totalmente de la anestesia, y ha estado consciente, muy afable, ya está enterado de lo que se le realizó, y está en muy buenas condiciones", dijo el doctor Noyola.

Los médicos informaron que el presidente comenzó a tener un malestar intenso en la vesícula biliar en la madrugada del día de hoy.

"Hicimos nosotros una serie de análisis primero lo que es la clínica, lo que son todos los estudios de diagnóstico, tanto de imagen como de sangre, todo nos indicó que era un cuadro agudo, que no tenía otra solución más que la cirugía. Y eso fue lo que nos hizo pensar en la misma y la cual se realizó con todo éxito", dijo Alcaute Velázquez.

Está es la segunda ocasión del presidente Peña Nieto, quien en julio de 2013 fue intervenido quirúrgicamente en el Hospital Central Militar para retirarle un nódulo tiroideo.



El Hospital Central Militar es una unidad de atención médica de tercer nivel, de alta especialidad, dependiente de la Secretaría de la Defensa Nacional, donde también han sido atendidos otros mandatarios: Gustavo Díaz Ordaz y Vicente Fox.

En la historia, otros presidentes de la República han sido operados o han padecido enfermedades que han marcado sus gestiones.

El presidente Adolfo Ruiz Cortines (1952-1958), por ejemplo, fue operado cinco semanas después de haber arrancado su administración, para extraerle el apéndice.

Para que no se diera cuenta la prensa, Ruiz Cortines mandó a improvisar un quirófano en su residencia de San José Insurgentes, donde lo atendió el doctor Gustavo Baz, a quien por orden presidencial, se le ordenó no aplicar anestesia general.

Uno de los casos dignos de recordarse, es la intervención quirúrgica que se le realizó al presidente Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970), para atenderlo del ojo derecho.

De acuerdo con el escritor Fabricio Mejía Madrid en su libro "Disparos en la oscuridad", la actriz y cantante, Irma Serrano, La Tigresa, su amante despechada, lo abofeteó tan fuerte que los lentes volaron y la retina se le desprendió.

El presidente Adolfo López Mateos (1958-1964) padeció siete aneurismas (globos llenos de sangre) cerebrales, lo cual le provocaba crisis muy agudas de dolor de cabeza en los que delegaba sus responsabilidades a su secretario de Gobernación Díaz Ordaz y a su secretario particular Humberto Romero.

A diferencias de Peña Nieto, Vicente Fox (2000-2006), al ser operado de una hernia discal que comprime la raíz nerviosa de su columna vertebral el 12 de marzo de 2003, tuvo que dejar al entonces secretario de Gobernación, Santiago Creel, a cargo de los asuntos de la agenda nacional, ya que estuvo casi cuatro horas bajo los efectos de una anestesia general.

A Ernesto Zedillo Ponce de León (1994-2000) se le practicó la tarde del viernes 4 de julio de 1997 una microcirugía en la rodilla derecha por el natural desgaste que le dañó los meniscos por jugar tenis con Oliver Fernández, quien se convertiría en el mejor tenista nacional y también capitán del equipo Copa Davis.

Tras caerse de la bicicleta, Felipe Calderón (2006-2012) tuvo que ser atendido en instalaciones del Centro Hospitalario del Estado Mayor Presidencial en agosto de 2008 por una fractura de la cabeza del húmero (hombro) izquierdo, así como una contusión en la rodilla izquierda.

En el caso de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), tuvo que ser hospitalizado por un día, pero sólo para hacerle un "chequeo general".

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