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Iglesia aprueba uso médico de la mariguana

Aunque la Iglesia no se opone al uso médico de la mariguana, el arzobispo primado de México Norberto Rivera aclaró que es necesario informar sobre el impacto de esta práctica y tratar de reducir su consumo recreativo.

Durante un encuentro con medios de comunicación, el arzobispo primado de México, Norberto Rivera Carrera, señaló que la Iglesia nunca se ha opuesto al uso de elementos de la naturaleza (en este caso, al de la mariguana) para mejorar la salud de los ciudadanos, si está comprobado científicamente su éxito.

"La Iglesia nunca ha tenido ningún problema en recomendar que todos los elementos de la naturaleza que sirvan para la salud, para una vida mejor de los ciudadanos sea aprovechada. Yo les puedo decir que desde chico yo conocí esta situación, sobre todo cuando uno trabajaba mucho, caminaba mucho, que llegaba bien cansado, le daban sus friegas de mariguana con alcohol, nunca nadie lo vio como algo fuera de orden", dijo.

Sin embargo, enfatizó que es necesario estar muy informados con estudios de las consecuencias que puede traer la medida, sobre todo de lo que ha sucedido en otros países, así como prevenir y reducir el número de personas que consumen drogas de forma recreativa, porque una vez dañados por ellas, es "casi imposible de que vuelvan a tener una salud completa".

"Lo que sí hay que consultar a gente que tiene estudios de lo que ha sucedido en otros países con conocimientos de las ciencias físicas, químicas, de cuáles son las consecuencias y sobretodo de gente que es especialista en cuestiones de impacto social, saber qué es lo que más conviene", explicó el cardenal" agregó.

DOBLE MORAL DE LAS AUTORIDADES
En el editorial dominical del semanario Desde la Fe, la Arquidiócesis habla de la percepción de la violencia entre los niños y jóvenes, y critica las medidas del país para garantizar ese derecho como una estrategia con un doble discurso.

"México es el país del doble discurso que pretende dotar de legislaciones modernas para la protección de niños y jóvenes y, por el contrario, tiene una gran deuda con estos grupos que, en algunas regiones, viven situaciones alarmantes. Desde el reclutamiento de niños sicarios hasta los atentados en el seno familiar que son poco conocidos, la condición de los niños impele a formular políticas públicas más eficientes para lograr su protección y desarrollo porque se trata de la seguridad y bienestar de todos", asegura el texto.

Y destaca las cifras de la Consulta Infantil y Juvenil, en donde 35.6% de los menores de 10 a 13 años dijo haber sido testigo de violencia contra otros niños; mientras que 27.2% del grupo de 14 a 17 dijo no sentirse seguros en las escuelas y alrededores.

"No debe olvidarse que, hasta hace unos años, México ocupó las primeras planas por reprobables casos de acoso escolar que, en algunos de ellos, costaron la integridad física y la vida de los alumnos agredidos; sin embargo, la fascinación por la cultura de la violencia propina, todos los días, implacables dosis de agresión", señala el Editorial.

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