CIUDAD DE MÉXICO.- La violación a los sistemas de seguridad del penal del Altiplano, pueden no constituir un nuevo castigo para Joaquín el Chapo Guzmán Loera, en caso de comprobarse que actuó sin cómplices y en su fuga no daño la estructura del penal del Altiplano.
Gilberto Santa Rita Tamés, asesor en materia penal de la Organización de los Estados Americanos y catedrático de la Universidad Iberoamericana, explicó a El Financiero que "mediante la evasión de presos no se castiga al fugado, y para que se lleve a cabo sin que genere responsabilidad, debe hacerlo sin la participación de otras personas, y sin generar un daño físico a la prisión. Si este ocurre, el Chapo continuaría purgando la pena que tenía".
La fuga "pone en entredicho lo que en el derecho penal moderno se conoce como derecho penitenciario del enemigo, que son las medidas de seguridad extremas, en un penal de máxima seguridad que, conforme al versión oficial, no funcionaron".
Para el especialista, el costo político de este hecho será muy grande e impactará directamente la figura del presidente, ya que "el Chapo era hasta ahora el gran golpe que había infundido el gobierno en materia de delincuencia organizada y lo va a llevar a un declive en la esfera política y publica, porque lo toman fuera del país y no se ha olvidado el caso Tlatlaya y el caso Ayotzinapa, que siguen sin resolverse".
Santa Rita explica que la salida a corto plazo para que Peña Nieto trate de equilibrar la imagen pública y la política criminal que "supuestamente implementó", sería resolver el caso Tlatlaya o Ayotzinapa, lo cual es complicado y lo coloca en un panorama sumamente complicado; además de que esto traiga consigo un acomodo en las posiciones del cártel y con ello, violencia.
"Desde el punto de vista político, el daño ya se generó. Hay medidas fuertes que están tomando, como la investigación de autoridades del penal, o el cierre del aeropuerto de Toluca, pero ya no sirven". Agregó