CIUDAD DE MÉXICO.- A pesar de que el anuncio oficial sobre la visita del papa Francisco a México se dio el 6 de octubre del año pasado, fue desde mediados de septiembre cuando, en una operación silenciosa, el Gobierno Federal dio aviso a las autoridades estatales y locales para que empezaran con la organización.
Apenas culminaban las fiestas patrias, cuando las Diócesis de los estados que visitará el Papa (Ciudad de México, Estado de México, Michoacán, Chiapas y Chihuahua) empezaron a coordinarse con los gobiernos estatales para establecer los trabajos internos y la entrada del Estado Mayor Presidencial.
Fue el 6 de octubre cuando el vocero del Vaticano, Federico Lombardi, informó que Francisco tocaría tierras mexicanas en 2016, sin detallar días ni agenda. Lo único seguro era que rvisitaría el santuario de la Virgen de Guadalupe.
Pronto, la Arquidiócesis Primada de México tomó la batuta de la información y dio a conocer que se realizaría una colecta de dinero –el 17 de enero– para solventar los gastos desde todas las parroquias del país, en la que incluso aceptarían televisiones, estéreos y demás aparatos electrónicos.
Los detalles de los sitios que recorrería Francisco se conocieron hasta mediados de diciembre, sin embargo, a esas alturas la logística
desplegada en el país ya era notoria y la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) tomó la cabeza en ese entonces.
Empezó el reclutamiento de 297 mil voluntarios para formar las vallas humanas que rodearán el camino del pontífice y el diseño de los boletos que se entregarían, diseñados desde el Estado Mayor Presidencial.
El 5 de noviembre llegó a México Alberto Gasbarri, coordinador de los viajes internacionales del Papa. En este primer encuentro con autoridades mexicanas, comenzó una gira por los lugares "propuestos" por el jerarca católico para visitar, a fin de recabar la información necesaria.
Desde diciembre, los recorridos fueron constantes en los puntos establecidos; lo acompañaron Miguel Ángel Osorio Chong, titular de Segob, gobernadores y miembros del gabinete de seguridad.
Han pasado casi 150 días desde que la CEM fue apoyada por grandes empresarios para solventar los gastos del magno evento.
Carlos Slim, mediante su Grupo Carso, los apoyó con la instalación de las salas de prensa y los medios tecnológicos necesarios. Google implementó aplicaciones novedosas para poder seguir el paso del pontífice vía google maps.
Aeromexico apoyará con los traslados y Chrysler con la construcción de los "papamóviles".