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Esta clínica en Neza, que atendía a 500 mil pacientes, resultó dañada en el 19s y quedó en el 'olvido'

El terremoto de 2017 dañó la Clínica 25 del IMSS y ahora los pacientes deben buscar otras opciones.

En siete pisos de un armatoste de vigas de acero y concreto con 400 camas, salas de cirugía, consultorios, área de urgencia y más de mil empleados, ahora no hay nada, y los 500 mil derechohabientes de la clínica 25 del IMSS, en Avenida Zaragoza, tienen que pasar un peregrinar hasta Los Reyes, Texcoco, la Jardín Balbuena o La Raza.

De este edificio, inservible desde los sismos de 2017, nadie quiere hacerse responsable. Los usuarios son los que la pagan. La señora María Luisa Hernández Gutiérrez, de la colonia Virgencitas, en Neza, ha sufrido un riesgo serio de que se le reventara la vesícula cuando "en la 25 ya tenía fecha de cirugía y fue gracias a una trabajadora social que se apiadó de mí que me hicieron una cirugía ambulatoria. Pero ahora vamos a Los Reyes y nos dicen que no nos pueden atender, porque, claro, no hay médicos suficientes, ni enfermeras ni camillas... ni jeringas".

Miles de testimonios como ese ha recibido el senador de MC, Juan Zepeda; usuarios a los que el IMSS, el Estado de México, la alcaldía de Iztapalapa y el municipio de Nezahualcóyotl no han dado respuesta.

"Hace unos días anunciaron con bombo y platillo que demolerían el edificio y que sería la Sedena la que se haría cargo, pero no hay un solo soldado, no hay un plan de acción para edificar uno nuevo y mucho menos se sabe de dónde saldrá el dinero para rehabilitar este servicio", dice el senador en un recorrido por la zona con El Financiero.

Zepeda afirma que ha presentado puntos de acuerdo, exhortado para que se pronuncie el Senado, "he solicitado reuniones con el director del IMSS para que se explique el proyecto".

La ciudadanía de Nezahualcóyotl se manifestó hace unos días, incluso hicieron un plantón, y planean juntarse con los otros grupos inconformes en materia de salud. Mary Jiménez fue enviada de otra clínica a la 25 que, no sólo está abandonada, sino que una manta apenas da un dato de dónde comunicarse; cuando fue al módulo para informarse, "las personas a cargo no tenían idea de qué debía hacer. Me mandaron a La Raza, y ahí me dijeron que no me tocaba ser atendida", dice la mujer con una hija con padecimientos de oftalmología y que no ha podido ser atendida, luego de ocho meses.

Las quejas se triplican y a una hora de estar en el lugar, al menos cinco personas llegaron a las instalaciones donde la basura inunda las entradas y los grafitis 'decoran' las paredes.

Se trata de derechohabientes que son enviados, erróneamente, por el servicio de información telefónica del IMSS, o porque sus médicos familiares los canalizaron a esa clínica que no funciona.

"Y esto no va a cambiar y va para largo", explica el senador.

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