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Dejar libres a quienes robó el auto, error de principiante del Chapo: especialista

Bernardo Gómez del Campo, especialista en seguridad pública, dijo que los errores que cometió Joaquín Guzmán Loera pudieron originarse por el nivel de estrés que vivió al tratar de fugarse. 

CIUDAD DE  MÉXICO.- Dejar libres a quienes robó a punta de pistola su vehículo para continuar su escape, una vez que evadió el cerco de la Marina en Los Mochis, Sinaloa, fue decisivo para la detención de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo.

Así lo aseguró el especialista en seguridad pública Bernardo Gómez del Campo, quien dijo que se trata de un "error de principiante" que pudo originarse por el nivel de estrés que el líder del Cártel de Sinaloa tenía en ese momento.

En Ahome, municipio donde se ubica la ciudad de Los Mochis, se robaron 89 vehículos con violencia en 2015, siete al mes, uno cada cuatro días. El 8 de enero, El Chapo robó dos autos con violencia en menos de 20 minutos.

La denuncia inmediata de las víctimas encendió los focos rojos de la policía que inició el rastreo de las unidades, un Jetta blanco y un Focus rojo, lo que al final permitió que dos policías federales reprehendieran a Guzmán Loera.

"En el momento que él escapa por el túnel, lo que tuvo a la mano es lo que hizo y quizá no le dio tiempo para pensar 'mejor me los llevo (a los dueños de los autos), no vaya a ser que me denuncien'.

"Bajo un súper estrés, último nivel del estrés humano, uno reacciona y no piensa. No veo descabezado que al Chapo se le haya pasado pensar que se tenía que llevar a los dueños de los autos para que no lo delataran", insistió.

La opinión del también académico se sustenta en un análisis a la versión oficial radicada en el expediente PGR/SEIDO/UEIDCS/008/2016, que revela que dos agentes federales, adscritos a la División de Caminos, detuvieron a El Chapo.

Dicha versión –publicada por El Financiero el mismo 8 de enero–, registra que Joaquín Guzmán estaba escondido en una casa ubicada en Boulevard Jiquilpan, número 1002, fraccionamiento Las Palmas, en Los Mochis, Sinaloa.

A las 4:40 horas del 8 de enero, 17 elementos de élite de la Marina-Armada irrumpieron en el inmueble, pero fueron recibidos a tiros por escoltas del Chapo; cinco murieron y seis más fueron detenidos.

La confusión que generó la balacera fue aprovechada por el narcotraficante para escapar por una puerta secreta, escondida en un vestidor, detrás de un espejo, que lo llevó a un túnel que estaba conectado al drenaje de Los Mochis.

Tras ocultarse cuatro horas en los ductos del alcantarillado, Guzmán Loera salió por una coladera en Boulevard Jiquilpan y Francisco Agraz, donde dejó un rifle AR-15. Iba con su jefe de sicarios, Iván Gastélum, El Cholo Iván.

Los infantes de la Marina-Armada que irrumpieron en el inmueble y enfrentaron a tiros a los gatilleros tardaron hora y media en localizar la entrada al pasadizo.

A la salida de la coladera, El Chapo y su sicario robaron un Jetta blanco, pero lo abandonaron tres calles adelante pues se descompuso. Ahí detuvieron a otro automovilista y le quitaron un Focus Rojo. Los propietarios denunciaron el hecho y se emitió una alerta que enseguida se convirtió en máxima.

Dos policías federales escucharon por el radio de su patrulla el aviso, vieron pasar el Focus, al que detuvieron sin saber que ahí se transportaba el narcotraficante más buscado del mundo.

El líder del Cártel de Sinaloa ofreció dinero, casas y negocios a los federales para que lo dejaran ir, pero éstos no accedieron a la petición.

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